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ELECCIONES: Latinos serán clave en distritos del Congreso del Inland Empire — pero no en su máximo potencial

 Diana Ramos (izq.) de Riverside se inscribe para que le envíen un recordatorio para votar, mientras observan las promotoras de votos de Mi Familia Vota, Mariana Torres, de 18 años de Perris, al centro, y Lizeth Cortez, de 19 años de Riverside, a la derecha.
Diana Ramos (izq.) de Riverside se inscribe para que le envíen un recordatorio para votar, mientras observan las promotoras de votos de Mi Familia Vota, Mariana Torres, de 18 años de Perris, al centro, y Lizeth Cortez, de 19 años de Riverside, a la derecha.
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Un análisis del Pew Research Center sobre el electorado latino que fue dado a conocer hoy indica que la capacidad de los latinos para influir en candidaturas claves en las elecciones del 4 de noviembre es limitada.

Una cifra récord de 25.2 millones de latinos en todo el país están habilitados para votar, reportó Pew. Pero esa posible influencia se ve silenciada por la baja participación de los latinos en las elecciones no presidenciales, como las de éste año, y el relativamente pequeño porcentaje de latinos en las candidaturas más competitivas del Senado y para gobernadores de este año, según Pew.

Pew, que basó su análisis en los estimados de población de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, también examinó el voto latino en los 435 distritos del Congreso federal.

Los latinos probablemente jugarán un papel crucial en la determinación de las dos contiendas congresionales más competitivas del Inland: en el Distrito 31, en el condado de San Bernardino, donde el demócrata Pete Aguilar está postulado en contra del republicano, Paul Chabot, por el puesto que dejó vacante el representante titular y republicano, Gary Miller; y en el Distrito 36, en el condado de Riverside, donde el representante titular y demócrata, Raúl Ruiz se encuentra en lo que se cataloga como una reñida contienda con el republicano Brian Nestande.

Pero, como es el caso a nivel nacional, la proporción de latinos elegibles para votar en los distritos es significativamente más baja que la población de latinos en dichos distritos. Y, en base a los patrones en las elecciones pasadas, los latinos probablemente serán un porcentaje aún menor de las personas que realmente salgan y voten el 4 de noviembre.

En el Distrito 31, el 52.1 por ciento de los residentes son hispanos —pero solo el 42.1 por ciento son elegibles para votar. En el Distrito 36, la brecha es aún mayor: el 46.5 por ciento de los residentes son latinos, pero solo el 30.6 por ciento de los votantes elegibles.

El nuevo informe de Pew no analiza la participación en el pasado de los votantes por distrito congresional. Así que le pregunté a Statewide Database —una unidad de investigación de la Facultad de Derecho de UC Berkley, financiada por el estado— por esas estadísticas. Dos advertencias: los números de participación son a partir del 2012, y se utilizan los apellidos

hispanos para calcular el número de votantes latinos. Los números de Pew son del 2014 y utilizan estimaciones reales de la población.

En noviembre del 2012, solo el 28.8 por ciento de las personas que votaron en el Distrito 31 —de mayoría latina— eran latinos. Y en Distrito 36, solo el 20.9 por ciento de los votantes eran hispanos.

Y el 2012 fue un año de elecciones presidenciales. La brecha entre la participación entre los latinos y no-latinos suele ser más alta en las elecciones de medio término, como lo son las próximas elecciones.

Así que, aunque el voto latino será crítico en los distritos 31 y 36, sería aún más importante si los latinos salieran a votar en los mismos números que los no latinos.

Los resultados para Aguilar y Ruiz el 4 de noviembre dependen en gran medida de si son capaces de conseguir que los votantes latinos salgan a las urnas, indicó Jack Pitney, profesor de Política en el Claremont McKenna College, para un reportaje sobre los votantes latinos que escribí esta semana.

“Si yo fuera ellos, invertiría fuertemente en la participación de los votantes”, expresó.

Los activistas latinos están preocupados de que la participación latina en todo el país sea especialmente decepcionante este año, debido a la desilusión por falta de progreso en la reforma migratoria y otros temas de interés para muchos votantes hispanos.

A pesar de los retos sobre la participación en las urnas de los votantes latinos, no se puede negar la creciente influencia política que los latinos tienen en Riverside y San Bernardino, donde casi la mitad de la población es ahora latina.

No hace mucho tiempo, la mayor parte de la región era sólidamente republicana. El voto latino es la principal razón por la cual un número de distritos legislativos y congresionales del estado en la región son ahora muy competitivos políticamente. La mayoría de los latinos tienden a votar por los demócratas.

En noviembre del 2012, republicanos y demócratas por igual me dijeron que la elección de los demócratas Mark Takano al Congreso, José Medina a la Asamblea estatal y Richard Roth al Senado estatal se debieron en parte a la gran cantidad de votantes latinos en sus distritos.

Los analistas políticos habían pronosticado que la contienda entre Takano y el republicano John Tavaglione sería muy cerrada, pero Takano ganó por 18 puntos porcentuales.

El Distrito 41 de Takano tiene el 12º mayor porcentaje de latinos de los 53 distritos del Congreso en California, según Pew: 58.3 por ciento. Más del 44 por ciento de los votantes inscritos son latinos. Esos números son una razón clave por la que, a pesar de la baja participación de los votantes latinos en las elecciones de mitad de período, Takano es favorito en su campaña de reelección contra el republicano Steve Adams. Es también una de las razones por las que el distrito más densamente latino en el Inland Empire —el vecino Distrito 35, que se encuentra

mayormente en el condado de San Bernardino y es casi dos tercios latino— se quedará en manos de los demócratas. Ambos candidatos para las elecciones del 4 de noviembre son demócratas.

¿Por qué hay una brecha tan grande entre el número de residentes y los votantes latinos?

Una de las razones es que muchos latinos no son elegibles para votar porque o son inmigrantes indocumentados o residentes permanentes legales que no han solicitado la ciudadanía. Otra razón es que hay un mayor porcentaje de latinos que blancos o afroamericanos que son menores de 18 años de edad. Solo los ciudadanos estadounidenses mayores de 18 años pueden votar.

La edad también es un motivo por la cual los votantes latinos elegibles son menos probables a inscribirse para votar, y por lo que la participación de votantes hispanos elegibles es tan baja.

La edad promedio de los votantes hispanos elegibles es de 38 años, en comparación con 50 años para los blancos, encontró el análisis de Pew. Los jóvenes de todos los grupos étnicos y raciales son menos probables a votar que sus contrapartes mayores.

Además, los latinos en promedio tienen niveles educativos más bajos y menores ingresos que los no hispanos —otros de los factores asociados con la baja participación.

Cuando estuve de puerta en puerta en Eastside Riverside recientemente con promotores del voto de Mi Familia Vota, que se centra en la inscripción de votantes y la movilización, vi los desafíos para que los latinos vayan a las urnas.

Les oí hablar con varios votantes desilusionados, como Marisa Leyva, de 19 años, quien me dijo que no tiene planes de votar porque “no cree que eso hará una diferencia”.

Pero la inmigrante mexicana, Nereida Vázquez de 26 años, dijo que una de las principales razones por que se convirtió en ciudadana es para ejercer su voto, en parte para representar a los miembros de la familia y amigos indocumentados que no pueden emitir votos.

Vázquez, un miembro del personal de Mi Familia Vota, que trabaja en campañas de ciudadanía para la organización, dijo que se siente muy frustrada por la falta de avances en la reforma migratoria. Pero ella cree que no votar demorará la reforma migratoria aún más, al hacer más probable que ganen los candidatos que se oponen a un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes indocumentados.

“Les estamos dando más poder de decisión a esos políticos que se oponen a la reforma migratoria”, explicó Vázquez. “¡Tenemos que salir a votar!”.

Encontrar a más inmigrantes como Vázquez para que se hagan ciudadanos es vital, dijo Elisa Sequeira, la directora de participación en California para la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO, por sus siglas en inglés). NALEO trabaja con organizaciones en el área del Inland y en otros lugares en campañas para convencer a los residentes permanentes legales a convertirse en ciudadanos y proporcionar asistencia para dichas campañas.

A diferencia de otros con los que hablé, que están preocupados por la baja participación de los votantes hispanos, sobre todo en este año, Sequeira cree que el estancamiento del esfuerzo por

conseguir la reforma migratoria podría aumentar la participación —especialmente en los latinos que son inmigrantes.

“Será algo que los motive a emitir su voto”, predijo.