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Saná.- Un centenar de africanos murieron o están en paradero desconocido tras ser obligados a arrojarse al mar desde dos embarcaciones en un lapso de 24 horas frente a las costas del Yemen, informó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Los traficantes de personas obligaron a los inmigrantes -en su mayoría procedentes de Etiopía y Somalia y “de 16 años de edad de media”- a lanzarse por la borda desde dos barcos, en ambos casos frente a las costas de la provincia meridional yemení de Shebua, en el golfo de Adén, según la OIM.

En concreto, tuvieron que lanzarse al mar cerca de 180 personas, todas de nacionalidad etíope, de las que la OIM constató la muerte de al menos seis y dio como desaparecidas a otras dieciséis, informó a Efe la responsable de la oficina de esta organización en la ciudad de Adén, Lina Koussa.

Aunque en un primer momento se desconocía el paradero de 50 personas, la OIM constató que 34 de ellas consiguieron llegar a la costa a nado.

Koussa indicó que el personal de esa agencia prestó ayuda médica a 94 personas que se encontraban en la costa yemení.

“Los traficantes temen ser detenidos por las autoridades, por lo obligan a saltar (a los migrantes) a gran distancia de la costa”, aseguró la portavoz de la oficina en Adén, en el sur del Yemen.

Los cerca de 120 ocupantes de otro barco se lanzaron al mar por orden de los traficantes en la misma zona del incidente.

La OIM informó de la muerte de al menos 29 de ellos, mientras que otros 22 fueron dados por desaparecidos y 69 se cree que sobrevivieron.

Los propios supervivientes de los hechos enterraron a los ahogados en la playa, relató la patrulla de la OIM que prestó asistencia médica a una veintena de personas.

Algunos supervivientes explicaron que el traficante los obligó a saltar por la borda al ver a alguna autoridad cerca de la costa, según declaraciones del director de la OIM en el Yemen, Laurent de Boek, recogidas en un comunicado.

“Nos dijeron que el traficante regresó a Somalia para continuar con su negocio y recoger a más inmigrantes para traerlos al Yemen por la misma ruta”, afirmó.

En un mensaje en la red social Twitter, De Boek resaltó que los migrantes que huyen del Cuerno de África tienen como objetivo alcanzar los ricos Estados del golfo Pérsico, pero a mitad de camino, en el Yemen, se encuentran con un “país en guerra”.

Cerca de 55.000 personas han hecho la travesía marítima entre el Cuerno de África y el Yemen desde el pasado enero, de las que al menos 30.000 eran menores de edad, de acuerdo con cálculos de la OIM.

El viaje es especialmente peligroso en esta época del año, pues es la temporada con vientos más fuertes en el océano Índico, advierte el organismo, dependiente de la ONU.

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó el pasado 14 de julio que ha aumentado a 16 millones el número de personas que necesitan ayuda humanitaria en el este de África, en países como Somalia y Etiopía, de donde proceden estas personas, lo que supone un 30 % más que a finales de 2016.

El Yemen vive una guerra desde finales de 2014 entre los rebeldes hutíes, de credo chií, y las fuerzas leales al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, cuyo Gobierno se trasladó a Adén después de que los insurgentes se hicieran con el control de la capital en los primeros meses de contienda.

Fruto del conflicto, el país es escenario de la hambruna más grave del mundo, que amenaza a 17 millones de personas, y también de una epidemia de cólera, que ha causado al menos 1.300 muertes y se cree que ha infectado a 400.000 personas, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).