En 1973, dos jóvenes soñadores fundaron en la ciudad de Nueva York una agrupación que pronto dio mucho de que hablar gracias a su peculiar manera de expresar sus sentimientos. Había nacido KISS, una agrupación cuyos conciertos incluían pirotecnia, llamaradas, sangre, fumarolas, levitación y pasión desenfrenada.
Con el paso del tiempo, la banda se consolidó como una de las agrupaciones de rock más influyentes del mundo. Hoy, después de haber vendido más de 100 millones de discos a nivel mundial, KISS sigue vigente.
Atrás han quedado los maquillajes y trajes oscuros diabólicos. Atrás han quedado los conciertos salvajes y desenfrenados que enloquecían a las multitudes en los recintos más importantes de los cinco continentes.
Hoy en día, KISS viaja el mundo presentando un concierto acústico, un espectáculo digno de su edad, maduro y relajado. KISS captivó a sus fans la noche del jueves 23 de julio durante su magistral concierto en el Casino San Manuel de la ciudad de Highland.
Ataviados con ropa decente, sin maquillaje ni lengua postiza, cómodamente instalados en el escenario y sin la mayor presión, KISS entonó sus mayores éxitos de manera acústica, dejando en claro que con o sin maquillaje y sin la parafernalia de sus conciertos pasados, KISS sigue siendo KISS.
De manera magistral, KISS ejecutó canciones propias como “Beth”, “Christine Sixteen”, “Hard Luck Woman”, “Calling Dr. Love”, “Got to Choose”, y “Comin’ Home”, entre otras. Sin duda las canciones con mejor recibimiento fueron las canciones grabadas en el primer disco titulado KISS, incluyendo “Strutter”, “Nothing to Lose”, “Let Me Know”, y “Black Diamond”, entre varias otras.
En ocasiones, Paul Stanley, vocalista principal y líder de la banda ganadora de 30 discos de oro, narró situaciones curiosas que han vivido a través de su historia.
Dirigiéndose al público como “niños”, en tono de broma, Stanley reiteró no tener la misma energía para brincar y correr por el escenario como en sus viejos tiempos. Para su suerte, tampoco los aficionados. El tiempo no pasa en vano, bromeó Stanley.
Cuando KISS se presentó el año pasado en el mismo recinto de Highland, Stanley hizo hincapié de que tal vez no volverían a hacer el concierto acústico; sin embargo, la noche del jueves Gene Simmons, mejor conocido como El Demonio, acentuó que lo disfrutan.
En la versión acústica, KISS se desnuda y entrega el alma, ejecuta canciones de antaño cuidadosamente seleccionadas que no han sido entonadas en varias décadas. El recibimiento del público es ejemplar. Y es que la conexión, el lazo invisible entre KISS y el público es digno de admirar.
Cabe señalar el gran número de aficionados que no rebasan los 30 años de edad, prueba clara de que la banda ha sabido conectar. Tal recibimiento y aceptación han hecho pensar a la banda grabar un disco nuevo, nada oficial pero casi seguro.
Otra curiosidad ocurrida durante el concierto es que mientras cantantes y agrupaciones relativamente nuevas venden sus recuerditos como playeras a 25 dólares o más, KISS las vende a $10, prueba de que para la banda el dinero es secundario.
Con el nombre de KISS grabado en letras de oro en el Salón de la Fama de Rock and Roll, como banda distinguida como las mejores en el mundo y como una agrupación sólida que aún tiene calidad, las masas continuarán disfrutando por muchos años más.
