Fueron dos juegos que terminaron en derrotas, con distintos significados y con mucho de que aprender.
El primero fue ante los Clippers, también de Los Ángeles, antes de que iniciara la temporada regular. Tal vez hubiera sido un juego sin mucha importancia (ya que no cuenta) y sin gran interés, si no hubiera sido por la adquisición de varios jugadores de renombre (el más importante siendo Chris Paul de los Hornets de Nueva Orleans, que irónicamente por poco termina con los Lakers). Este hecho les da una nueva cara a unos Clippers con talento como nunca lo habían tenido.
Estos movimientos cambiaron el espectro del deporte de la ciudad de los angelitos. Los Lakers han sido el rey por años y los Clippers permanecían en su sombra. Pero esto parece estar cambiando y el juego del lunes pasado lo mostró cuando los Clippers le ganaron a los 16 veces campeónes por 19 puntos.
“Yo no se exactamente donde debo estar”, dijo Andrew Bynum después del juego.
Pareciera que ninguno de los Lakers lo sabía.
“Hubo una falta de chispa”, dijo Gasol al reflexionar sobre la derrota. “Tenemos que hacer un esfuerzo mental”.
La primera mitad estuvo reñida, con los dos equipos intercambiando canastas, sin embargo, todo cambio en la segunda mitad cuando los Lakers desaparecieron por completo.
“Fue un reto bueno (el jugar contra los Clippers)”, dijo Gasol. “Pero no pudimos jugar lo mejor que quisimos”.
Lo hicieron mejor contra los Bulls de Chicago en un esfuerzo que fue evidente desde el principio, el domingo pasado, cuando le dieron un susto al equipo que sostiene al Jugador Más Valioso de la NBA, Derrick Rose, y que estaba a punto de llegar a la Final la temporada pasada.
Pero al igual que con los Clippers, los Lakers volvieron a caer, pero esta vez el desempeño fue diferente, casi animador.
Aunque bastante cerrado por la mayoría del partido, los Lakers parecían tener el juego en la bolsa con menos de un minuto para terminarse el encuentro. Su defensa brilló, a pesar de no contar con la presencia de Andrew Bynum (que está castigado por cuatro juegos por una falta que le cometió a un jugador de los Mavericks de Dallas rumbo a la Final la temporada pasada).
Pero quién más pero Rose para romper los sueños de un Staples Center abarrotado de fans vestidos en amarillo y morado para poner a los Bulls un punto arriba con menos de cinco segundos restando.
Hasta hace dos años, Bryant fácilmente se lucía en estos momentos, pero ese ya no es el caso y, desafortunadamente para los Lakers y sus seguidores no lo fue esa noche. Una noche que prometía callar las críticas y las habladurías que han estado rodeándolos por más de una semana.
“Hay una razón el por cual es (Rose) el MVP”, dijo Steve Blake sombríamente, que admitió no saber lo que había sucedido. “Es extremadamente frustrante. Les tienes que dar crédito, pero a la misma vez realmente duele”.
“Pudimos haber jugado mejor”, dijo Gasol, lamentando la derrota.
Sin embargo, el español reconoció el cambio en juego positivo que aportaron él y sus compañeros a comparación con los de la pretemporada. “Hubo una mejora de los partidos que hemos estado jugando hasta ahora”, dijo. “Mantenemos un margen de mejora grande”.
Bryant resaltó su admiración por el buen juego de los novatos y la defensa del equipo, con excepción a los últimos minutos del partido contra los Bulls.
Pero también admitió no saber cuando cairán las cosas en su lugar para su equipo, al que dijo gustarle las piezas que tiene, solo diciendo que “lo averiguarémos”.
¿Cuándo? Ojala pronto.
Fueron dos derrotas, una reñida y otra que completamente se les fue de las manos a los Lakers. No hay duda que sus significados pesan mucho.
Pero a final de cuentas, lo que importan son las victorias y mientras no las comiencen a acumular, el desempeño y esfuerzo que demuestren los Lakers en un buen juego, no tiene mucho valor para un equipo que está diseñado para campeonatos.
“Esto pasa a veces”, dijo Gasol.
Solo esperemos que no pase tan a menudo.
