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Esta imagen muestra una explosión aérea en Irak, el martes de esta semana.
Esta imagen muestra una explosión aérea en Irak, el martes de esta semana.
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BAGDAD Un ataque aéreo del gobierno iraquí mató a 25 milicianos de al-Qaida, al tiempo que estallaron choques al oeste de Bagdad el martes de esta semana, en la agudización de un enfrentamiento de varios días en la provincia de Anbar, dijeron funcionarios.

Fuerzas iraquíes y combatientes de tribus suníes aliadas al gobierno han estado enfrentándose con milicianos extremistas en un esfuerzo para recapturar las importantes ciudades de Faluya y Ramadi, la capital provincial. Los avances de al-Qaida en Anbar — una vez un sangriento campo de batalla para las tropas estadounidenses — representan el reto más peligroso para el gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki desde la retirada de los soldados norteamericanos en el 2011.

El portavoz militar general Mohammed al-Askari dijo que la fuerza aérea atacó un centro de operaciones de los extremistas en las afueras de Ramadi, matando a 25 combatientes que estaban adentro.

Al-Askari no dio detalles de cómo se confirmó la cifra de muertos, pero citó reportes de inteligencia. No fue posible verificar independientemente la aseveración.

El ataque aéreo se produjo después que estallaron choques unos 20 kilómetros al oeste de Faluya luego de la captura de un oficial y cuatro soldados en el área la víspera, le dijo a The Associated Press el portavoz provincial Dhari al-Rishawi.

No hubo informes de bajas. Los combates comenzaron horas después de ataques dinamiteros que mataron por lo menos a cuatro personas en el resto del país.

Combatientes de una rama de al-Qaida conocida como Estado Islámico de Irak y el Levante tomaron control del centro de Faluya — 65 kilómetros (40 millas) al oeste de Bagdad — y parte de Ramadi la semana pasada.

El gobierno de mayoría chiíta de Al-Maliki ha prometido que va a derrotar a los extremistas, y llamó el lunes a los residentes de Faluya a expulsar a los combatientes de al-Qaida para evitar una batalla campal.

El gabinete se reunió el martes para discutir la situación en Anbar y llamó a realizar todos los esfuerzos “para apoyar al ejército y los servicios de seguridad en la expulsión de los terroristas”, de acuerdo con una declaración del gobierno.

La declaración dijo que las operaciones militares proseguirán hasta que Irak “quede limpia” de terrorismo.

La violencia aumentó después que el gobierno desarticuló con bajas un campamento de protesta sunií en abril.

Los ataques continuaron el martes cuando un suicida embistió su camión con explosivos contra una comisaría policial en la ciudad norteña de Kirkuk, matando a dos personas e hiriendo a 55, algunas de ellas en estado crítico, según el mayor Raid Emad Rasheed.

Una carga explosiva al pie de carretera alcanzó a una patrulla del ejército al sudeste de Bagdad, en el área de Madain, matando a un soldado e hiriendo a otro, dijo un policía. Otra carga en el barrio capitalino de Jisr Diyala mató a un combatiente e hirió a cuatro, agregó.

El periodista de Associated Press Sinan Salaheddin contribuyó a este artículo