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Elmer Pérez, de 27 años y residente de Santa Ana, fue disparado mortalmente por la Policía, el jueves de la semana pasada por la mañana.
Elmer Pérez, de 27 años y residente de Santa Ana, fue disparado mortalmente por la Policía, el jueves de la semana pasada por la mañana.
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Los investigadores han encontrado pruebas insuficientes para determinar que la policía haya cometido un crimen cuando dispararon y mataron a un hombre de Santa Ana, que estaba armado con lo que resultó ser una pistola réplica, de acuerdo con la Oficina del fiscal de Distrito del Condado de Orange.

Los oficiales hicieron numerosas solicitudes a Elmer Pérez, de 27 años, para que dejara lo que ellos creían que era un arma de fuego, antes de dispararle por la preocupación de que haría daño a ellos o a su familia durante un enfrentamiento provocado por denuncias de violencia doméstica en una casa en 2010, de acuerdo con un carta publicada el jueves de la semana pasada, la cual describe los resultados de la investigación de la Oficina del fiscal de Distrito.

En ese tiempo, los miembros de la familia criticaron a la policía por dispararle a Pérez delante de su novia y su hijo de dos años de edad, alegando que él no representaba un peligro para ellos y que ellos habían llamado a las autoridades para ayudar a Pérez.

El padrastro de Pérez llamó a la policía poco después de las cinco de la madrugada del 16 de diciembre de 2010, diciendo a los operadores que Pérez se encontraba bajo la influencia de drogas y estaba actuando violentamente hacia su novia, quien estaba embarazada de siete meses en ese momento.

Su familia dijo a los investigadores de la Oficina del fiscal de Distrito que Pérez “no respondía, estaba agitado y actuando de manera extraña” después de no dormir durante tres días.

El padrastro de Pérez dijo a los operadores que Pérez estaba armado con una pistola de juguete.

Sin embargo, cuando los oficiales llegaron a la casa, el padrastro les dijo que él no estaba seguro de si el arma era real o falsa, según el informe del fiscal.

Sabiendo que había una mujer y un bebé dentro de la residencia y que estaban en situación de riesgo, posiblemente, el caporal de la Policía de Santa Ana Manny Moreno, y los oficiales David Prewatt, Tony Lee, Brandon Sontag y Adán Aloyian, entraron a la casa, dijo el informe.

Los investigadores basaron su descripción de los eventos dentro de la casa en una declaración de Aloyian. Los otros oficiales no ofrecieron declaraciones voluntarias a los investigadores de la Oficina del Fiscal de Distrito, de acuerdo con el informe.

Con base en el comportamiento de Pérez, Aloyian creía que estaba bajo la influencia de metanfetaminas, lo cual confirmó más tarde una autopsia, según el informe.

Aloyian dijo a los investigadores que Pérez ignoró numerosas peticiones de la policía de que dejara caer la pistola, la cual dijo que no tenía marcas que indicaran que se trataba de una réplica.

Moreno, Prewatt, Lee y Sontag dispararon contra Pérez después de que él levantó el arma por encima de su cintura y les apuntó, según el informe.

Como es habitual con los tiroteos que involucran a agentes de la policía, el incidente fue investigado por la Oficina del fiscal de Distrito.

Los investigadores de la Oficina del fiscal de Distrito determinaron que no había “pruebas suficientes para demostrar más allá de toda duda razonable que cualquier oficial de la policía de Santa Ana hubiera cometido un delito”, en relación con el tiroteo.

Documentos judiciales indican que Pérez había sido condenado por posesión y uso de drogas, resistencia a un oficial de policía y posesión de propiedad robada. Su familia afirmó que Pérez tenía un problema de drogas, pero no era violento.