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INMIGRACION:Inmigrantes indocumentados son la más nueva fuerza política de California

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    María Ortiz, izquierda, mostrada en Brea durante el 2013, es una ciudadana mexicana que vive en los Estados Unidos. Recientes propuestas para ayudar a inmigrantes indocumentados incluyen un plan de 1,000 millones de dólares para incluirlos en el sistema de salud subsidiado por el estado.

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    Luis Nolasco, de ACLU del Sur de California, habla frente a la oficina de ICE en San Bernardino el lunes, 2 de marzo 2015.

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    Luz Gallegos, directora de programas comunitarios del Centro Legal TODEC en Perris, durante una manifestación pro derechos de inmigrantes en el 2013.

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    El presidente temporal del senado estatal, Kevin de León, D-Los Angeles, promueve un grupo de leyes diseñadas para ayudar a indocumentados que viven en Estados Unidos.

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    Para el senador estatal Ricardo Lara, D-Bell Gardens, la Propopisición 187, no era sólo política. Era personal. Lara se unió con otros políticos latinos para pelear la controversial medida en 1994.

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Ellos viven en el país ilegalmente. En sus manifestaciones usan el lema de “Soy indocumentado y no tengo miedo”. Y no pueden votar.

Aun así, algunos políticos han escuchado sus voces.

En California, los inmigrantes indocumentados tienen influencia política.

“Hoy día, le recordamos al resto del país que California es diferente”, comentó el presidente temporal del senado estatal, Kevin de León, en una conferencia de noticias en abril para promover 10 propuestas que él y otros creen ayudarán a la gente que se encuentra ilegalmente en el país.

Las propuestas varían desde un plan de 1,000 millones de dólares para extender el cuidado de salud subsidiado por el estado a los indocumentados, hasta el establecimiento de una nueva oficina estatal que haría más fácil que algunas víctimas de crímenes que son indocumentadas eviten la deportación.

Algo tal vez revelador, es que los legisladores discutieron sus propuestas en una mezcla de inglés y español, con algunas declaraciones presentadas en español, sin haber sido traducidas.

“Este paquete demuestra inequívocamente el compromiso de California con los inmigrantes”, dijo De León, un demócrata de Los Angeles, en una entrevista.

Las propuestas vienen de la mano con varias victorias legislativas para los indocumentados en California. Entre las más prominentes están las licencias de conducir para todos, los límites en la cooperación estatal con autoridades federales de inmigración, y el derecho de convertirse en abogado en California, sin importar el estado migratorio.

El próximo año, la gente que vive aquí ilegalmente será capaz de solicitar docenas de otras licencias profesionales y vocacionales, incluyendo médicos, enfermeras, farmaceutas y agentes de bienes raíces.

De León evadió una pregunta sobre si los inmigrantes indocumentados ahora tienen poder político en California.

“Cuentas con un número importante de legisladores que están muy conscientes que para el continuo crecimiento económico de California, necesitamos normalizar el estado legal de su población”, dijo.

Muchos otros, sin embargo, tienen una opinión diferente. Ellos dicen que los beneficios ofrecidos a los inmigrantes indocumentados son un albatros económico para California, y que sirve como un magneto para atraer a personas a través de la frontera ilegalmente que consumen los impuestos pagados por los residentes legales.

“Lo que esto ha hecho es darle un impulso a la cámara política latina para que vaya por más. ¿Por qué no?”, se preguntó Joe Guzzardi, portavoz del grupo Californianos por la Estabilización de la Población.

Los inmigrantes indocumentados tienen poder político, sin el voto, en parte porque están relacionados con personas que pueden votar, y lo hacen a menudo a favor de legislación en pro de la inmigración.

Los residentes indocumentados “son potenciales agentes del cambio, al igual que cualquier estadounidense que habla de temas que son importantes para ella o él”, dijo Marisa Cianciarulo, profesora en la Escuela de Leyes de la Universidad de Chapman y Directora de la Clínica de Protección Familiar de Chapman, la cual trabaja con casos de inmigración.

Kathleen Kim, profesora en la Escuela de Leyes de Loyola y supervisora académica para la Clínica de Justicia Inmigrante de Loyola, no cree que los inmigrantes indocumentados tengan poder político. En su lugar, ella cree que los estadounidenses son cada vez más conscientes de los temas relacionados con los inmigrantes y que los políticos responden a eso.

“La legislación que los protege de la explotación y facilita su integración en nuestras comunidades, es un reflejo de normas sociales más amplias que reconocen sus contribuciones económicas y culturales”, dijo sobre los inmigrantes indocumentados.

Luis Bravo, de 23 años, es un residente de Costa Mesa que vive en este país ilegalmente. Él trabaja activamente en causas pro inmigrantes y ha dicho que no duda que las personas en su situación puedan tener influencia política, incluso sin la capacidad de votar.

“Tenemos poder como comunidad. Hemos sido capaces de dar forma a la conversación en torno a la inmigración”, comentó.

Cuando tenía 20 años, Bravo viajó junto con otros activistas a Sacramento para reunirse con personal legislativo y discutir la apariencia de la nueva licencia para residentes indocumentados. Como miembro de Juventud Inmigrante Unida del Condado de Orange, él ahora trabaja para aumentar la participación electoral entre los latinos que viven aquí ilegalmente.

“Podemos influir en la conversación política”, dijo Bravo. “En las últimas elecciones, al menos 10 de mis amigos fueron a votar porque yo les dije, ‘Oye, yo no lo puedo hacer, pero tu si’’.

El ascenso del poder político de los indocumentados en California inició en un momento en que los indocumentados estaban en su punto más frágil – la aprobación de la propuesta 187 en 1994. Esa iniciativa, la cual hubiera retirado muchos servicios básicos a los inmigrantes indocumentados, fue abatida en la corte. Desde entonces los legisladores de California han aprobado leyes cada vez más amigables a los inmigrantes, incluyendo a los indocumentados, en respuesta a un creciente electorado latino.

Ahora, California es reconocida por las fuerzas a favor de los inmigrantes como un líder nacional en el debate de inmigración. El año pasado, el estado aprobó el mayor número de leyes relacionadas con la inmigración en todo el país: 26, de acuerdo a la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales.

“California está diciendo, ‘no tienes por qué dejar a la gente afuera’”, dijo Leo Chávez, un profesor de UC Irvine que se especializa en inmigración.

Chávez añadió que los inmigrantes indocumentados, aunque no son ciudadanos en el sentido tradicional, “tienen una presencia”.

“Hay una ciudadanía económica de las personas que trabajan y contribuyen impuestos. Y hay ciudadanos sociales, que tienen familias. Hay ciudadanos culturales… Y ellos sienten que pertenecen. No se puede ignorar su presencia, y muy pronto, serán sus hijos los que votarán por ti”, comentó Chávez.

Niños como Oswaldo Farias, de 23 años y residente de Costa Mesa.

Él es ciudadano estadounidense, pero sus padres, quienes cruzaron la frontera desde México hace 24 años, no lo son. Él no ha faltado a ninguna elección en el corto tiempo que ha sido elegible para votar.

“Todos tenemos una responsabilidad cívica”, dijo Farias, quien es activo en el grupo Juventud Inmigrante Unida del Condado de Orange. “Pero parece aún más importante cuando eres parte de una comunidad donde las personas se ven afectadas por las decisiones tomadas”.

No es claro si el poder de los indocumentados en California se extenderá a nivel nacional.

Algunos otros estados, como Illinois y Nueva York, también han seguido adelante con una agenda a favor de los inmigrantes, respondiendo a los inmigrantes indocumentados.

Pero 26 otros estados han tomado una dirección diferente, uniendo fuerzas en una demanda legal contra el plan de inmigración del presidente Barack Obama, el cual incluye extender un estado de residencia legal de tres años y un permiso de trabajo a los padres indocumentados de niños nacidos en los Estados Unidos.

Cianciarulo, de Chapman, dijo que le gustaría pensar que el cambio pro inmigrante de California se extendería, pero indicó que no es probable dado el actual clima político nacional.

Aun así, algunos creen que el poder de los indocumentados en California se extenderá, en parte porque el resto del país pronto se parecerá un poco más a California.

“La población latina ha reducido su velocidad en California, pero está creciendo en el resto de los Estados Unidos”, dijo Manuel Pastor, director del Centro para el Estudio de Inmigración en la Universidad del Sur de California (USC).

Después del miedo y la ansiedad inicial, Pastor cree que los residentes en otros estados se aclimatarán a sus nuevos vecinos y darán la bienvenida a legislación que ayude a todos los inmigrantes.

“Creo que sucederá… Pero ¿Será un camino turbulento? Sí”.

Chávez, de UC Irvine, recordó: “Lo que hoy es radical mañana será la norma”.