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Chicago.- Mientras el gobernador de Illinois, Bruce Rauner, tiene a la firma una ley que convertirá al estado en santuario para indocumentados y avanzan otras iniciativas en ese sentido, el tiempo se agota para muchos inmigrantes, como el veterano de Afganistán Miguel Pérez Jr.

La última apelación para evitar la deportación que el inmigrante de origen mexicano y 39 años de edad presentó fue rechazada por una jueza de inmigración.

En una carta enviada este martes a su abogado, Chris Bergin, la jueza Robin Rosche le comunicó que no se aplica en este caso la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas, según la cual Estados Unidos no puede deportar a Pérez a un país donde puede ser torturado.

La vida del exsoldado correría peligro en México, país de donde salió a los ocho años de edad, y podría ser blanco de los cárteles de drogas interesados en reclutar a veteranos con experiencia en combate, según la apelación.

Pero en su dictamen la jueza señala que, a pesar de ser residente permanente, Pérez no tiene ninguna protección en EE.UU y debe ser deportado, después de haber cumplido una pena de siete años en una prisión estatal por un delito grave.

Pérez fue condenado por haber entregado un maletín de cocaína a un oficial de policía encubierto y por más que su caso despierta simpatía por ser alguien que sirvió al país en una guerra, la jueza entendió que “debe enfrentar las consecuencias”.

Bergin presentó hoy un nuevo recurso de amparo y confía en una “solución política”, que evite la aplicación a su cliente del procedimiento estándar de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), de deportar a los extranjeros condenados a penas de prisión, sin importar su estatus.

Illinois se apresta a convertirse en santuario de inmigrantes, según la Ley TRUST que espera la promulgación del gobernador Bruce Rauner.

Pero para estar protegidos en escuelas, iglesias y hospitales, donde no podrán ingresar los agentes federales sin una orden judicial de arresto, los inmigrantes no podrán tener antecedentes de delitos graves.

Asimismo, ningún departamento policial de Illinois podrá colaborar con ICE en tareas de inmigración y el estado no tendrá registros de extranjeros basados en nacionalidades o religiones, como ha propuesto el presidente Donald Trump para los musulmanes.

El gobernador republicano Rauner tiene plazo hasta la medianoche del 28 de agosto para firmar esta ley, vetarla o dejar que entre en vigencia sin modificaciones.

Al igual que California, Nueva York y Connecticut, Illinois ha aumentado la protección a los inmigrantes sin papeles, a pesar de las amenazas de Trump de cortar fondos federales a quienes ofrezcan santuario y de las órdenes ejecutivas que aumentaron y aceleraron las deportaciones.

“Illinois es el estado más progresista de todos”, declaró hoy a Efe el director político de la Coalición de Illinois para los Derechos de Inmigrantes y Refugiados, Artemio Arreola.

Destacó que Chicago ofrece santuario desde hace 34 años y últimamente se han sumado ciudades de su área metropolitana como Evanston, Oak Park y Berwyn.

Asimismo, Chicago comenzará a emitir este año una identificación municipal que podrán solicitar los inmigrantes indocumentados, similar a las que funcionan en otras ciudades del país como Nueva York, San Francisco (California), Denver (Colorado) y Detroit (Michigan).

La tarjeta será aceptada como identificación por la policía y todos los departamentos municipales y sus datos estarán protegidos de inmigración.

La iniciativa podría extenderse a todo el condado de Cook, el mayor de Illinois con 2,4 millones de habitantes y donde se asienta Chicago, según informó hoy el comisionado Jesús “Chuy” García.

En su opinión, una sola tarjeta a nivel del condado tendría más sentido que una enfocada en una ciudad, porque cubriría los suburbios de Cícero, Berwyn, Stickney, Calumet y otros “donde cada vez viven más inmigrantes”.