La Diócesis de San Bernardino convoca a la comunidad al cese temporal de donaciones en vista de que no están programados para recibir a más familias centroamericanas tal y como lo hicieron la semana pasada en la ciudad de Fontana.
Según John Andrews, portavoz diocesano, de cambiar la situación “se revelaría una lista de necesidades básicas y los lugares que actuarían como centros de acopio”.
La convocación llega tras la respuesta efectiva de la comunidad hacia el llamado de apoyo para las familias centroamericanas que llegaron a la iglesia St. Joseph en la ciudad de Fontana el pasado 10 de julio.
La iglesia Santa Catherina de Siena en la ciudad de Rialto, fungió como centro de acopio, hasta donde llegaron bolsas de ropa para todas las edades, decenas de kilos de comida no perecedera, y una gran cantidad artículos de higiene personal, entre otros.
Al mismo tiempo, la diócesis abrió una cuenta de banco para los gastos de boletos de camión o tren de las familias con el fin de reunificarse con sus parientes en estados como Nueva York, Nueva Jersey, e Illinois, entre otros.
En total la iglesia St. Joseph recibió a 46 refugiados de Centro América, la mayoría menores de edad que llegaron a este país escapando de la violencia imperante en sus país, impunidad y pobreza. Para el viernes, 11 de julio por la noche, la iglesia ya había trasladado a todas las familias a sus destinos finales, dijo Andrews.
Ese mismo día, seis personas con ideas anti-inmigrantes invadieron los terrenos de la iglesia en su afán de protestar su presencia. Según Fernando Romero, organizador de la Coalición Justicia para Inmigrantes de Inland Empire, Robin Hvidston, directora ejecutiva de la organización We the People, así como Raúl Rodríguez, portavoz del mismo, allanaron el terreno de la iglesia a lo que se vieron obligados de hablar a la policía.
Un video grabado por Romero corrobora el incidente. Según Martha Guzmán-Hurtado, portavoz del Departamento de Policía de Fontana, los manifestantes fueron desalojados sin mayores problemas. La iglesia no entabló cargos en su contra, añadió Guzmán-Hurtado.
Los mismos manifestantes, acompañados de un grupo pequeño, se congregaron el domingo por la mañana enfrente de la iglesia para exigir que la diócesis se enfoque en ciudadanos estadounidenses antes de brindar ayuda a los “ilegales”.
La iglesia respondió diciendo que su labor es brindarle ayuda al necesitado sin tomar en cuenta su status legal.