Skip to content
  • Salomon Salgado de 21 años considera que todos son humanos...

    Salomon Salgado de 21 años considera que todos son humanos y por lo tanto sujetos a cometer errores.

  • El arzobispo José Gómez durante la celebración de misa en...

    El arzobispo José Gómez durante la celebración de misa en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles en el centro de Los Angeles.

  • En este foto de archivo de septiembre 2007, el cardenal...

    En este foto de archivo de septiembre 2007, el cardenal Roger Mahony habla durante una misaen la Catedral de Nuestra Señora de los Angeles en Los Angeles.

  • Frank Zamora, de 67 años, muestra una vieja foto de...

    Frank Zamora, de 67 años, muestra una vieja foto de su hijo Dominic Zamora, luego 8, sentada en el regazo de su abusador, el sacerdote Michael Stephen Baker, Zamora unecon los miembros de la Red de Sobrevivientes de los Abusados ??por Sacerdotes (SNAP), durante una conferencia de prensa frente a la Catedral de Nuestra Señora de los Angeles en Los Angeles Lunes, 1 de febrero 2013.

  • Jorge Luis Rodríguez, sacerdote de la Iglesia de Nuestra Señora...

    Jorge Luis Rodríguez, sacerdote de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en San Bernardino.

of

Expand
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

DIANA CERVANTES/ESPECIAL PARA LA PRENSA

La Iglesia Católica comienza la Cuaresma este mes con una nube negra ya que la Arquidiócesis de Los Ángeles recientemente publicó cientos de documentos que detallan casos de sacerdotes pedófilos..

Sin embargo, algunos feligreses católicosprefieren dejar la justicia en manos divinas.

Salomón Salgado tiene 21 años y vive en la ciudad de Chino. De familia católica, asegura que los abusos sexuales de los sacerdotes no merman su fé. “Yo me ocupo de mi salvación y que ellos se ocupen de la suya”, dijo convencido.

Aunque asegura no asistir a la iglesia de manera regular, explica que ha pensado mucho en lo que ha leído y visto en los noticieros. “Los sacerdotes son humanos y como cualquier humano, pueden pecar”.

Debajo de la capucha de su sudadera, Salgado levanta los ojos, como si orara y dijo: “La justicia de los humanos se hará cargo de ellos, pero la verdadera justicia, la de Dios, los va a alcanzar y a esa justicia si hay que tenerle temor”.

La semana pasada el más reciente capítulo de la historia de abuso sexual en el arquidiócesis de Los Ángeles empezó cuando el Arzobispo José Gómez relevó al Cardenal retirado Roger Mahony de las funciones que seguía desempeñando.

La misma noche Thomas Curry, quien fue encargado por Mahony de los sacerdotes acusados de abuso sexual, renunció su actual cargo cuando la Iglesia hizo públicas miles de páginas de expedientes personales de sacerdotes acusados de abuso sexual.

“Estos expedientes me resultan brutales y dolorosos de leer”, dijo Gómez en un comunicado en referencia a los documentos recién publicados por la Iglesia después de la orden de un juez. “La conducta descrita en estos expedientes resulta terriblemente lamentable y malvada. No hay excusa, no hay manera de explicar lo que le sucedió a estos niños”.

Gómez anunció que ha “informado al cardenal Mahony que ya no tiene ninguna función administrativa o pública”.

Mahony, que se retiró en 2011 luego de más de 25 años al frente de la arquidiócesis, se ha disculpado públicamente por los errores que cometió al enfrentar casos de sacerdotes que abusaron de niños.

La Jueza de la Corte Suprema de Justicia de Los Ángeles, Emilie Elías, ordenó que la diócesis entregara unas 30,000 páginas de los archivos confidenciales de sacerdotes acusados de abusar sexualmente de niños, sin tachar los nombres de jerarcas eclesiásticos responsables por los clérigos que habrían cometido las violaciones.

La jueza dio a la arquidiócesis hasta el 22 de febrero para entregar los archivos a los abogados de las presuntas víctimas. Los documentos se divulgaron casi de inmediato.

El material recopilado, al que ha tenido acceso, está seleccionado de entre 12,000 páginas de comunicaciones internas, informes psiquiátricos y correspondencia con el Vaticano acerca de los 122 curas de la diócesis acusados de abusos sexuales.

“Este material documenta abusos que ocurrieron décadas atrás. Pero eso no lo hace menos serio. Estos archivos suponen una lectura brutal y dolorosa. El comportamiento descrito en estos documentos es terriblemente triste y malvado”, afirmó Gómez en la misiva publicada por la archidiócesis de Los Ángeles.

“No hay excusa alguna, no hay explicación para lo que les ocurrió a estos niños. Los curas involucrados tenían el deber de ser sus padres espirituales y fracasaron. No puedo deshacer los errores del pasado que encontramos en estas páginas. Leer estos documentos y reflejarme en las heridas que causaron ha sido la experiencia más triste que he tenido desde que soy arzobispo”, manifestó Gómez.

Aunque la indignación social va en aumento al darse a conocer la forma en que la Arquidiócesis de Los Ángeles ocultó y hasta protegió a los sacerdotes pederastas va en aumento, entre la grey católica existe un claro convencimiento de que la naturaleza humana puede caer en el pecado y por lo mismo.

‘Nadie para juzgar’

“Nosotros no somos nadie para juzgar a nuestros semejantes”, dijo Jazmín Martínez, quien en los últimos años ha participado intensamente en grupos de oración en el condado de San Bernardino. “Son los hombres los que fallan, no la Iglesia”, dijo convencida.

Mientras tanto, John Andrews, director de comunicaciones de la Diócesis de San Bernardino con 1.2 millones de católicos dijo que la publicación de los documentos en la Arquidiócesis de Los Ángeles ha sido muy doloroso.

“Sabemos que ha sido doloroso para las víctimas de abusos y sus familias; sacerdotes; líderes de la Iglesia y fieles laicos, nosotros en la Diócesis seguimos orando por todos los que están sufriendo”, dijo Andrews. “Que encuentren consuelo y sanación a través del amor de Cristo”.

La institución asegura que desde hace más de una década ha tomado una serie de medidas para proteger a los niños de posibles situaciones de abusos y por eso en su página de internet tiene un apartado para denunciar cualquier acto de abuso en contra de niños y jóvenes.

Así mientras este escándalo ensombrece a la Iglesia Católica, en la región los feligreses continúan los preparativos para dar inicio a la Cuaresma, que es sin duda uno de los tiempos principales del calendario católico.

Este año comienza el miércoles, 13 de febrero cuando la imposición de ceniza marca el comienzo de los 40 días de preparación para la celebración de la Pascua.

“La cuaresma es el tiempo de la conversión, de cambio de mentalidad, es la oportunidad de llevar nuestra vida de acuerdo a la vida de nuestro señor Jesucristo”, dijo el sacerdote Jorge Luis Rodríguez, que desde hace dos años se encuentra al frente de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en San Bernardino.

Originario del Estado de México, Rodríguez, tiene cinco años en la Diócesis de San Bernardino, lo que le ha permitido observar el momento por el que atraviesa la Iglesia Católica en la región.

“He meditado mucho ante esto, es una situación muy fuerte, yo de manera personal lo veo como una invitación a ser fiel, a identificarme más con el señor Jesucristo”, dijo el sacerdote.

También dijo “estos actos no se aceptan, y cuando alguien pregunta algo, es regularmente porque fueron ofendidos, entonces uno trata de guiarlos para que alcancen consuelo”.

Una necesidad espiritual

Para José Z. Calderón, doctor en sociología del Colegio Pitzer de Pomona, la Iglesia ha sido siempre un consuelo para los trabajadores e inmigrantes que buscan un espacio espiritual que no encuentran en ningún otro lugar.

“En tiempos difíciles, el pueblo busca los espacios espirituales que le den un sentido de comunidad; en esto la Iglesia ha jugado un papel fundamental. Muchos trabajadores, inmigrantes, hombres y mujeres han depositado su confianza en la institución”, dijo Calderón.

El sociólogo reconoce la importancia de la participación de la Iglesia en temas que han sido de relevantes en el avance de la comunidad, principalmente en la lucha por los derechos civiles de las minorías.

Sin embargo también opina, “Esto que ha pasado no se puede permitir. La Iglesia tiene que luchar por el pobre, criticar lo que ha pasado, denunciar a los que violan la ley y moverse a niveles más altos, esta será la única forma de avanzar”.

Raymond Buriel, profesor de psicología en el Colegio Pomona considera que en este tipo de acontecimientos el católico ve con personalismo los hechos.

Es decir no generalizan. “Si es un sacerdote que ellos no conocen piensan que cometió un error pero no por ello piensan que todos son iguales”, dijo Buriel.

Buriel explica que regularmente los fieles católicos no cuestionan a la Iglesia porque no es bien visto. “En la cultura americana no tiene nada de malo preguntar. En la cultura latina preguntar puede ser malo porque puede ser tomado como una falta de respeto”.

“En muchas ocasiones no preguntan porque sienten mucha pena, sienten dolor por las personas afectadas y también por los sacerdotes hay una cierta empatía que produce la religión”, concluyó Buriel.