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 Para conseguir un mejor ‘high’ y más barato de lo que conseguirían con las píldoras con receta, más mujeres están utilizando la heroína en el condado de Orange, lo que refleja una tendencia nacional que reportaron recientemente las autoridades federales de salud.
Para conseguir un mejor ‘high’ y más barato de lo que conseguirían con las píldoras con receta, más mujeres están utilizando la heroína en el condado de Orange, lo que refleja una tendencia nacional que reportaron recientemente las autoridades federales de salud.
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Para conseguir un mejor ‘high’ y más barato de lo que conseguirían con las píldoras con receta, más mujeres están utilizando la heroína en el condado de Orange, lo que refleja una tendencia nacional que reportaron recientemente las autoridades federales de salud.

Aunque las mujeres representaron menos de la mitad de las 466 intoxicaciones por heroína el año pasado en el condado de Orange, empiezan a alcanzar a los hombres.

El número de mujeres hospitalizadas por intoxicación de heroína entre el 2010 al 2014 aumentó 2.5 veces, a 119 de 48, mientras que para los hombres se duplicó en ese mismo período, según los datos del condado proporcionados por la Oficina estatal de planificación y desarrollo de la salud.

En todo el país, el promedio anual de consumo de heroína se disparó un 100 por ciento para las mujeres y el 50 por ciento para los hombres entre el 2002-04 y entre el 2011-13, los dos períodos de tres años analizados.

También aumentó en todos los niveles de ingresos —el 60 por ciento de los hogares con ingresos anuales superiores a los $50,000, de acuerdo con un nuevo informe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades.

Las cifras no sorprenden a los funcionarios de salud locales y especialistas en adicciones como Jim O’Connell, quien dijo que esos números “han alertado” sobre el problema desde hace varios años. Han notado un aumento en el número de personas que buscan tratamiento y las sobredosis fatales, y un cambio en cómo y quién usa la heroína.

“El porcentaje de adolescentes con adicción a la heroína, es sorprendente”, dijo O’Connell, director ejecutivo de Social Model Recovery Systems, Inc., que cuenta con programas de tratamiento en los condados de Orange y Los Ángeles. “Hace veinte años, casi nunca encontrábamos a un niño adicto a la heroína. Ese no es el caso hoy en día, en absoluto”.

El problema creció al punto en que los agentes del alguacil del condado de Orange, que a menudo son los primeros en responder, pronto portarán la naloxona, el antídoto para revivir a las personas con sobredosis de opiáceos.

El verano pasado, el fiscal general de EE. UU., Eric Holder, instó a los organismos encargados de hacer cumplir la ley el proveer el antídoto, indicó que estaba seguro de que “tienen el potencial de salvar vidas, familias, y el futuro de un sinnúmero de personas”.

El condado también está invirtiendo más dinero para ayudar a los adictos de heroína y otras drogas a recibir tratamiento, designando $1.7 millones adicionales en los próximos dos años para alquilar más camas en los centros de desintoxicación y rehabilitación.

La culpa del auge de la heroína se coloca en el aumento correspondiente en el uso de analgésicos, a menudo prescritos por los médicos y promovidos por la industria farmacéutica.

En el 2013, los proveedores de atención médica en los EE. UU. entregaron 259 millones de recetas para analgésicos, suficientes para que todos los adultos cuenten con una botella de píldoras, según el Centro para Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas in inglés).

Las mujeres son más propensas que los hombres a ser prescritos con opiáceos. También es más difícil para ellas dejar las sustancias adictivas, incluyendo la heroína, y son más susceptibles a las recaídas, según la publicación Harvard Health Publications.

Los adultos y los niños se sienten tan cómodos con los opioides con receta que les es indiferente la heroína, dicen los expertos. Ya no se percibe como una “droga dura”, y los adolescentes hablan con gran naturalidad sobre ella, como lo hacen con la marihuana. Incluso se le conoce con el nombre antiguo de calle de la marihuana, “dope”.

En la mayoría de los casos, dicen los expertos, la heroína se convierte en una sustitución para los adictos a los opiáceos cuando ya no pueden pagar, o encontrar, las recetas.

Ofrece un efecto similar, y a veces más eufórico, con un menor precio.

Puede llegar a costar hasta $100 por día el mantenerse “high” con las píldoras, mientras que un globo de heroína que ofrece un “high” de ocho horas cuesta alrededor de $35, dijo Mike

Darnold, que dirige las intervenciones familiares y una línea de ayuda las 24 horas y los 7 días de la semana para los estudiantes de la secundaria Dana Hills High en Dana Point.

Hace varios años, los especialistas en tratamientos y los agentes del orden público se dieron cuenta del nuevo rostro del consumo de heroína en el condado de Orange, un hombre blanco, acaudalado, que vivía en las montañas o en la playa. Eso representó un cambio de hace 20 años, cuando el consumidor de heroína era más probable de los vecindarios marginados.

Con más datos que muestran que la heroína está encontrando su sitio en los suburbios en todo el país, algunos en el condado de Orange tienen la esperanza de que se pude hacer más para intentar cambiar la cultura en torno a la heroína, al igual que las campañas anti-tabaco de la década de 1990.

“Necesitamos un esfuerzo y compromiso concertado con la sociedad para hacer que el uso recreativo de sustancias psicoactivas no sea popular”, dijo O’Connell.

Darnold está de acuerdo, agregando que la lucha contra los opioides no se puede librar en las salas de emergencia y centros de rehabilitación.

“La única manera de cambiar o reducir esta epidemia es cambiando la cultura”, explicó.

Los esfuerzos a nivel comunitario ya están en marcha para crear conciencia acerca de la prevalencia de los medicamentos recetados y la ola del consumo de heroína en el condado de Orange. Pero los foros comunitarios, presentaciones y talleres, proyecciones de documentales y la educación en las aulas apenas abordan el problema —el número de muertes por sobredosis de opiáceos va en aumento, y no hacia abajo.

La sobredosis por opiáceos causó la muerte de 263 personas en el condado de Orange el año pasado —90 a consecuencia de la inyección de morfina o heroína. En el 2013, 246 personas fallecieron de sobredosis de opioides, incluyendo 59 por inyección de morfina o heroína, según los datos facilitados por el médico forense.

Del 2011 al 2013 en el condado de Orange, el 70 por ciento de todas las muertes por sobredosis investigadas por la oficina del forense involucraron los opioides. De las mismas, más de la mitad fueron causadas por los medicamentos con receta, el 17 por ciento por la heroína, y el resto por alguna combinación de las dos o alcohol, según el Departamento de Salud del Condado de Orange.

Darnold concuerda que es necesario un cambio en la cultura. Indicó que a pesar de que ha logrado hacerlo en Dana Hills, no se hace lo suficiente en otros lugares del condado.

“Los incidentes de abuso de sustancias aquí se han reducido mucho”, dijo. “Nuestros chicos todavía fuman marihuana y consumen drogas. Pero no en la escuela”.

En Dana Point, donde trabaja Darnold, más residentes per cápita mueren por sobredosis de drogas y alcohol que en cualquier otra ciudad en el condado: casi 35 de cada 100 mil habitantes, según el Departamento de Salud del Condado de Orange.

La muerte en el 2012 de Tyler Macleod, de 18 años, estudiante del último año en Huntington Beach High School y jugador del equipo de lacrosse, por una sobredosis de heroína colocó a Huntington Beach en el centro de atención.

Cerca de 80 residentes exigieron al Concejo Municipal resolver el problema, que según ellos había sido ignorado en gran medida.

Una unidad compuesta por seis agentes encubiertos de la policía de Huntington Beach está trabajando para desmantelar las redes de distribución.

En agosto, un agente comenzará a trabajar a tiempo completo con un grupo de trabajo anti-narcóticos en todo el condado. La policía también colectó miles de píldoras entregadas voluntariamente para su destrucción, informó el jefe de la policía Robert Handy.

Los agentes que responden a los casos de sobredosis ya no tratan a los casos como médicos estrictamente. Ahora también buscan la fuente de la heroína, dijo.

Pero, Handy dijo que tema que “el problema pueda empeorar”, porque la Proposición 47 rebajó la posesión de heroína para uso personal a un delito menor. Hay pocos incentivos para que las personas busquen tratamiento porque ya no enfrentan consecuencias graves, explicó.

“El tratamiento y la prevención son las respuestas, no sólo la detención y el cumplimiento de las leyes, pero es un componente crítico”, dijo Handy. “Deben existir consecuencias, y las personas necesitan incentivos para buscar tratamiento”.

Los números

466 El número total de intoxicaciones de heroína en el condado de Orange en el 2014.

119 El número de mujeres hospitalizadas por intoxicación de heroína entre el 2010-14, un alza de 48.

$100 El costo por día para mantenerse “high” con analgésicos recetados.

$35 El costo por un globo de heroína que brinda 8 horas de “high”.