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Melissa Roberts, izquierda, administra una vacuna contra la gripe para Ternes Kelly en el Okaloosa County Health Department en Fort Walton Beach, Florida.
Melissa Roberts, izquierda, administra una vacuna contra la gripe para Ternes Kelly en el Okaloosa County Health Department en Fort Walton Beach, Florida.
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El virus de la gripe ha llegado esta temporada con precocidad y mayor severidad de lo habitual, con casos ya registrados en más de 40 estados de EE.UU. y al menos dos niños muertos, por lo que los médicos insisten en la necesidad de vacunarse para toda la población, especialmente los hispanos.

Mientras que la temporada de gripe intensa está en marcha en muchas partes del país, el número de casos en el área del Inland está en o debajo de lo normal para esta época del año.

Los funcionarios de salud, sin embargo, se sigue instando a la población a vacunarse.

“Hemos visto un nivel muy normal de la actividad”, dijo el Dr. Maxwell Ohikhuare, oficial de salud de San Bernardino County. “Pero una vez dicho esto, todavía le animo a todos a recibir sus vacunas contra la gripe. Todavía es eficaz para proteger contra al menos tres de los virus que la investigación muestra que se espera de manera generalizada esta temporada”.

No hay informes de las distintas muertes relacionadas con la gripe que hayan sido presentados por los hospitales de Riverside o San Bernardino, a pesar de que la gente podría haber muerto por gripe en el hogar o en un centro de enfermería especializada sin ningún informe al departamento de salud pública.

En una entrevista, el médico del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, Eduardo Azziz señaló a los latinos como comunidad “especialmente vulnerable”, ya que, por ejemplo, durante la pandemia de gripe de 2009, estos presentaron “mayor riesgo de muerte y hospitalización” que otros grupos de población. “Los hispanos tienen menos acceso a médicos y son una población por lo general más joven que, erróneamente, considera que no es necesaria la vacuna”, indicó el médico, quien destacó los numerosos casos de diabetes entre hispanos, un factor de riesgo “clásico” para que la gripe pueda derivar en una enfermedad más “severa”.

Aunque la temporada de gripe comienza en octubre, su punto culminante acostumbra a presentarse entre finales de enero y principios de febrero, pero este año, durante las últimas semanas de diciembre y la primera de enero se registraron cifras muy por encima de lo habitual.

En un año “estándar” como fue, por ejemplo, 2012 -en el que la gripe no revistió especial virulencia- la proporción media de personas que acudieron al médico por síntomas de gripe (fiebre, tos o dolor de garganta) durante las semanas “pico” en el conjunto de EE.UU. fue del 2.2 por ciento.

Durante las últimas semanas, esta cifra se ha disparado hasta el 5.6 por ciento, un porcentaje “muy alto” en opinión del también doctor del Centro de Prevención Michael Jhung, y cercano al de “picos” de años especialmente severos como 1999 (7.6 por ciento), 2008 (6.0 por ciento) o la pandemia de gripe de 2009 (7.7 por ciento).

Para el doctor Azziz, más allá de que el virus pueda haber llegado “antes” de lo que es habitual, otro factor explicaría también el alto número de visitas que estos días reciben los hospitales por parte de gente aquejada de síntomas de gripe.

“Los virus más comunes responsables de la gripe entre los humanos son los conocidos como H1 ó H3. El H3, predominante este año, causa una enfermedad más severa que el H1, lo que conlleva que los afectados noten más síntomas y se encuentren peor enseguida, por lo que acuden al médico”, explicó .

Por ello, Azziz y Jhung insisten en su recomendación a “todas las personas mayores de seis meses” de que reciban la vacuna, algo que se extiende más allá de los grupos especialmente vulnerables como ancianos, niños y personas con enfermedades crónicas, para quienes ello es “casi un imperativo”.

Además de la vacuna, hay otras precauciones que deben tomarse para evitar ser infectado por el virus: tratar de no pasar largos ratos junto a personas “visiblemente enfermas”, lavarse siempre y repetidamente las manos y evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca, especialmente después de estornudar.

Si pese a ello se contrae la enfermedad, el afectado debería “evitar el contacto con otras personas” por lo menos hasta 24 horas después de que la fiebre haya menguado.

Por su parte, aquellas personas que, por su estado de salud, tengan “alto riesgo de presentar complicaciones” deben acudir al médico durante las primeras 48 horas en las que se detectan los primeros síntomas.

Cada año hay hospitalizaciones y casos de muerte por culpa de la gripe y en lo que va de temporada ya se han registrado, por lo menos, dos fallecimientos en secciones de pediatría, por lo que Azziz insistió en que la gripe “debe tomarse muy en serio”.

En cuanto a la protección de los menores de seis meses, la mejor prevención es también la vacuna, en este caso de los familiares y personas cercanas, indicaron los médicos, para quienes “toda prevención es poca” ante una temporada que se prevé “especialmente severa” y que podría alargarse hasta mayo.