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BUENOS AIRES.- El gobierno argentino impulsará una reforma de la ley de estupefacientes con el objetivo de “no criminalizar” la tenencia de drogas para consumo personal y así concentrar los recursos en el combate al narcotráfico, aunque algunos críticos advirtieron que con esta iniciativa el país sudamericano avanzará hacia una peligrosa legalización de las drogas.

“Estamos pensando más que nada en la palabra no criminalización, exponer en la realidad algo que ya es un hecho a partir de dos fallos de la Corte Suprema. Que el consumo en el ámbito personal no es punible, y es darle legalidad a eso”, dijo el lunes el sacerdote Juan Carlos Molina, a cargo de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).

En 2009 la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional someter a proceso penal a una persona por la tenencia de droga para consumo personal y privado. Sin embargo, la ley de estupefacientes nunca fue modificada. Uno de sus artículos establece que la tenencia de estupefacientes es castigada con prisión de uno a seis años.

Esta discrepancia entre el fallo de la Corte Suprema y la ley provoca que una persona con drogas pueda ser detenida por la policía hasta que se determina si la cantidad es para consumo personal. Y le demanda al Estado un costo de 1.200 millones de pesos anuales (141 millones de dólares), que según Molina se podrían destinar “a la verdadera lucha contra el narcotráfico”,

“El consumo personal ya no está penalizado de hecho…tanto al pibe (el joven) que tiene dos porros (cigarrillos de marihuana), una pastilla o unos gramos de cocaína a ninguno de esos la ley los manda presos”, afirmó Molina en diálogo con radio Del Plata.

La iniciativa de Molina ha generado fuertes cuestionamientos en momentos en que el narcotráfico se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de los argentinos y directamente asociado a la ola de inseguridad que afecta principalmente a Buenos Aires.

“Toda ley lleva consigo una ejemplaridad. No podemos correr el riesgo que en el imaginario de nuestros jóvenes esté el vale todo”, aseguró monseñor Oscar Ojea, presidente Cáritas Argentina al canal Todo Noticias.

“Su pensamiento (por Molina) no coincide con la enorme mayoría de los sacerdotes que están trabajando en las villas, cuerpo a cuerpo con el adicto. La edad de comienzo es de chicos cada vez más menores, de 9 años, 10, 12 años, con drogas que se inhalan”, agregó.

“La idea de despenalizar todo es una idea sumamente ignorante”, manifestó el diputado opositor Felipe Solá. “Los asesores que representan al oficialismo (en el Congreso) están convencidos de que hay que liberalizar, y una cosa es hacerlo para un tipo (de consumidor) que es seguido en una clínica o por la familia, y otra es hacerlo en un medio pobre o humilde, donde la familia está en problemas o está partida”, apuntó.

Más allá de la polémica, el gobierno elevará el proyecto al Congreso, donde tiene mayoría en ambas cámaras.

“Ratifico lo que ha dicho el padre Juan Carlos Molina, que en definitiva la perspectiva de no criminalización tiene que ver con el análisis de dos iniciativas de modificación de los artículos (de la ley de estupefacientes)… La no criminalización es ver a nuestro hermano, a aquel que padece un problema de adicción, tanto de alcoholismo como de uso de estupefacientes, es cómo entender una política muy activa para garantizar inclusión”, dijo el jefe de gabinete de ministros, Jorge Capitanich, en rueda de prensa.