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Gobernador de California Jerry Brown.
Gobernador de California Jerry Brown.
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Los Ángeles.- Activistas que defienden la salud de campesinos expuestos a los efectos nocivos del pesticida clorpirifós piden al gobernador de California, Jerry Brown, que prohíba su uso en el estado después de que el Gobierno federal dejase sin efecto la restricción a nivel nacional.

“En el Valle Central (California) hay un problema con el uso de pesticidas muy cerca de las comunidades, que al fin del día viene afectando la salud de las familias, sobretodo de los niños”, dijo a Efe Ángel García, portavoz de CAPS, coalición que aboga por un uso seguro de las pesticidas.

El activista, residente de la comunidad agrícola californiana de Lindsay, instó a la ciudadanía a llamar por teléfono, enviar cartas o firmar formularios en internet donde aparece la petición al gobernador Brown de “prohibir el uso de clorpirifós” en haciendas de California.

“Ha sido comprobado que el clorpirifós está relacionado con el autismo, con la disminución de inteligencia, con ciertos tipos de hiperactividad, y también en afectar el funcionamiento de los pulmones en los niños”, detalló García.

La Agencia para la Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos prohibió en el 2000 el uso de pesticidas con clorpirifós en viviendas, sin embargo el organofosfato de la empresa química Dow es usado en el campo para matar insectos en cítricos, almendras y manzanas, entre otros.

En 2007 el Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC) y la Red de Acción contra Pesticidas (PAN), con apoyo científico, iniciaron un largo proceso legal para prohibir el uso de clorpirifós en la producción de alimentos, en lo que una corte federal puso como fecha límite el 31 de marzo de 2017 para que EPA se pronunciara.

“Pero la respuesta del nuevo Gobierno (de Donald Trump), con Scott Pruitt como administrador de EPA, a finales de marzo, fue que no va a poner en efecto esa propuesta (de prohibición)”, indicó a Efe Miriam Rotkin-Ellman, científica de NRDC.

Pruitt decidió no prohibir el clorpirifós alegando que los estudios científicos están “sin resolver”, indicó la experta en sustancias tóxicas, quien aseguró que si Brown “protege la salud de los californianos”, los demás estados seguirán su ejemplo.

Claudia Angulo, de 38 años de edad, trabajó del 2002 al 2007 procesando verduras y frutas rociadas con pesticidas para la empresa Juice Harvest en San Bernardino, incluso cuando estaba embarazada de su hijo Isaac, quien nació con afecciones neurológicas en 2006.

“Estos pesticidas dañan en primer lugar, directamente, a los trabajadores que están ahí día a día trabajando, ellos llenan su ropa de este pesticida y lo traen a la casa”, relató Angulo.

“A mi hijo le hicieron el examen y le encontraron rastros de más de 50 pesticidas”, reveló la mujer que ahora vive junto a sus cuatro hijos en Orange Cove, en un área de plantaciones de cítricos.

Isaac, de 11 años, “fue diagnosticado con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD), y yo le atribuyo este padecimiento a los pesticidas, ya que yo trabajaba en un lugar donde estaba en contacto con productos que venían con pesticidas de los campos”, argumentó Angulo.

Fidelia Morales, quien vive rodeada de naranjales en Lindsay, aduce que por las fumigaciones tanto ella como su esposo y sus hijos sufren de “resequedad y ronchas en la piel”, dolor de cabeza y afecciones a la garganta, entre otros padecimientos.

“Lo que le estamos pidiendo al gobernador Jerry Brown es que prohíba ese pesticida (clorpirifós) que sabemos que es muy dañino, (porque) nuestros hijos se están envenenando”, clamó Morales quien pide controles de plagas “que no enfermen”.

“Es preocupante eso porque tenemos que proteger la salud de los trabajadores, de nuestros niños especialmente, porque si no protegemos nuestros niños ¿Quién los va proteger?”, agregó.

De su parte, la subgerente del Departamento de Regulación de Plaguicidas de EPA en California, Charlotte Fadipe, indicó a Efe que “la gente está en su derecho de hacer solicitudes a legisladores o a la oficina del gobernador para detener el uso del químico”.

En Estados Unidos hay aproximadamente uno 2.5 millones de trabajadores de campo, de los cuales “más del 90 por ciento son latinos”, apuntó a Efe Armando Elenes, portavoz del Sindicato de Trabajadores del Campo (UFW).