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CRIMEN: Un juez de Santa Ana decidió que el caso de ‘cautiverio mental’, violación y secuestro puede proseguir a juicio

 Isidro García
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SANTA ANA – Un hombre acusado de secuestrar a una niña de 15 años de edad, casarse con ella y vivir con ella durante una década, será sometido a juicio por cargos de violación y secuestro, dictaminó un juez el viernes, 24 de abril.

Ella fue una “captiva metal” por una década de Isidro García, quien le dijo que sería deportada si le informaba a las autoridades que su aparente matrimonio en realidad se inició con su secuestro a la edad de 15 años, así testificó un detective de Sana Ana el viernes en una audiencia preliminar.

La historia de la víctima de un ciclo de diez años de abuso sexual, físico y mental atrajo la atención nacional cuando salió a la luz pública hace un año. Inicialmente, la policía se mostró incrédula antes de confirmar que había sido reportada como desaparecida del apartamento de su familia en Santa en el 2004.

Los que vivían cerca a García y la víctima en Bell Gardens se sorprendieron. Describieron a la pareja y su hija como una pareja normal, amorosa, y la víctima parecía entrar y salir a su antojo.

El abogado de García, Carlos Frisco, dijo después de la audiencia que la mujer no estaba en el hogar en contra de su voluntad.

“¿Cómo se le podría forzar por más de 10 años?”, preguntó Frisco. “Nuestro argumento de defensa es que ella está inventándolo todo”.

Las autoridades pintan un cuadro distinto. La policía y los fiscales alegan que García empezó a tomar ventaja de la niña poco después que llegó a Santa Ana desde México. En entrevistas con los investigadores, la mujer afirmó que García —quien en ese momento estaba saliendo con la madre de la adolescente— empezó a obligarla a tener relaciones sexuales con él, con frecuencia, antes de secuestrarla tras una pelea en su apartamento en Santa Ana.

Durante la audiencia del viernes, el capitán de la policía de Santa Ana, Ricardo Díaz, testificó que el día de su desaparición, un desacuerdo sobre el uso de cigarrillos por parte de la adolescente escaló a los gritos, y después a una pelea entre la adolescente, la madre y García. La chica huyó del apartamento a un parque cercano, que a menudo visitaba cuando tenía problemas en el hogar.

García la encontró en el parque y le dijo que no podía regresar a casa porque la policía estaba hablando con su madre, testificó Díaz. Al parecer, García le dio varias pastillas después de que ella se quejara de un dolor de cabeza. Poco después, según el testimonio de Díaz, la chica se sintió mareada.

Cuando despertó más tarde esa noche, estaba encerrada en el garaje de una casa en Compton, testificó Díaz.

La pareja presuntamente vivió en ese garaje por los próximos seis meses, utilizando identidades falsas, creadas por García. En los siguientes años, la pareja vivió en varias ciudades del condado de Orange antes de establecerse en Bell Gardens.

La mujer dijo al detective que García continúo teniendo relaciones sexuales con ella en contra de su voluntad, y la atacó una vez cuando intentó escapar. Díaz dijo que la mujer también indicó que García la amenazó si ella pedía ayuda.

“Le recordaba que ella estaba aquí ilegalmente”, explicó Díaz. “Tenía miedo que fuera deportada”.

El juez impidió que el abogado de García cuestionara al detective sobre los últimos años de su relación, cuando la mujer y García se casaron en el 2007 y dio a luz en el 2012. La mujer contactó a su familia a través de los medios sociales en el 2014 antes de acudir a las autoridades.

Con base al testimonio del detective, el juez del Tribunal Superior del Condado de Orange, Robert R. Fitzgerald, dictaminó que había suficientes pruebas para que García sea juzgado por cargos de violación grave, secuestro y actos lascivos con un menor de edad.

Mientras tanto, el juez ordenó que García permanezca en la cárcel en lugar de la fianza de $1 millón.

Después de la audiencia, la vice fiscal de Distrito, Whitney Bokoski, reconoció que la mujer no había sido forzada físicamente en cautiverio, pero sostuvo que fue una “cautiva mental” de García, debido a sus amenazas y su falta de familiaridad con los Estados Unidos.

Si es declarado culpable, García enfrenta hasta 19 años a cadena perpetua en prisión estatal.