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Casi 800 estudiantes de 27 preparatorias de Los Ángeles, Ventura y Santa Bárbara agradecieron a Dios por haber culminado sus estudios, para dirigirse en su siguiente meta al colegio, en el acto litúrgico celebrado en la Catedral Nuestra Señora de los Ángeles.
Casi 800 estudiantes de 27 preparatorias de Los Ángeles, Ventura y Santa Bárbara agradecieron a Dios por haber culminado sus estudios, para dirigirse en su siguiente meta al colegio, en el acto litúrgico celebrado en la Catedral Nuestra Señora de los Ángeles.
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LOS ÁNGELES – Tanto Natalie Fuentes como Mauricio Joshua Romero, son jóvenes ansiosos de alcanzar el éxito en la vida.

Ambos provienen de comunidades y familias pobres, pero comparten grandes valores morales adquiridos en escuelas católicas.

Fuentes es hija de padres mexicanos y recién se ha graduado con altos honores académicos en la preparatoria Pomona Catholic High School.

De igual manera, Romero, hijo de padres salvadoreños ha sido investido como uno de los mejores estudiantes de Cathedral High School, en Los Ángeles.

Los dos jóvenes de 17 años de edad y otros 800 estudiantes que estudiaron en preparatorias de algunas de las comunidades más pobres en la Arquidiócesis de Los Ángeles, llenaron la Catedral Nuestra Señora de Los Ángeles durante la Misa anual organizada por la Fundación para la Educación Católica (CEF).

“Las escuelas católicas ofrecen la mejor oportunidad para que los niños que viven en la pobreza puedan tener éxito en la vida”, dijo Denise Martin, directora ejecutiva de la CEF. “Sin embargo, con un ingreso familiar promedio de $24,000, miles de familias no pueden afrontar los pagos de matrícula”.

Así, la ayuda de matrícula de la CEF cambia las vidas de los niños y adolescentes mediante una educación católica, en la que, además del alto rendimiento académico, se les inculcan valores éticos, morales y religiosos que perduraran para toda la vida.

La Misa dirigida por los estudiantes, con el tema “Nuestras Escuelas, Nuestro Futuro”, honró los logros de más de 800 estudiantes de 27 preparatorias de Los Ángeles, Ventura y Santa Bárbara.

“Desde su creación en 1987, nuestra fundación ha emitido más de 141,000 premios de matrícula, para un total de más de 146 millones de dólares”, dijo a UNIDOS Chris O’Dea, portavoz CEF. “Según un estudio de la Universidad Loyola Marymount, el 98% de los estudiantes patrocinados por CEF siguen una carrera universitaria”.

‘Dios primero en cada decisión’

En 1986, empero, el entonces Arzobispo Roger Mahony, consciente de los problemas críticos que enfrentaban las escuelas católicas, desafió a un grupo de líderes empresariales – entre ellos el ex alcalde de Los Ángeles, Richard Riordan – para hacer algo significativo.

Gracias a Mahony, la Junta de Síndicos de la Fundación para la Educación Católica rebasó la meta inicial de recaudar $100 millones a $140 millones, a pesar de la crisis económica de 2008.

Entre los nuevos beneficiarios de esa ayuda financiera, Natalie Fuentes ya tiene decidido su futuro y planea estudiar psicología en la Universidad de California, Santa Bárbara.

“Dios me ha hecho ser fuerte y gracias a mis padres [Salvador y Ruth] y la educación católica que he recibido, quiero ser y hacer la diferencia en la vida de muchas personas”, expresó Natalie. “El secreto del éxito en la vida está en prepararse para aprovechar la ocasión cuando se presente, aunque siempre, teniendo a Dios primero en cada decisión”.

Mauricio Joshua Romero demuestra la misma madurez. Ha sido aceptado en UC Irvine, Cal State LA, UC Santa Cruz y UC Davis para la carrera de genética.

“Me interesa estudiar el ADN para hacer medicinas que curen los males de millones de personas”, declaró Romero a UNIDOS. “Siempre hay que devolver el bien recibido a la humanidad y así quiero hacerlo, y, primero Dios, me decidiré por UC Davis”.

Su decisión, no obstante, pretende discutirla con sus padres nacidos en El Salvador: Mauricio Romero, un cuidador de autos y Norma Andrade, empleada de una tienda de autoservicio.

De acuerdo con Samuel Torres, director de la preparatoria Pomona Catholic, las escuelas católicas tienen un impacto tremendamente positivo en los estudiantes, sus familias y comunidades.

“A los alumnos les exigimos buen carácter moral, ánimo para tener un alto rendimiento académico y espíritu de servicio comunitario”, aseguró el directivo. “Cada mes deben ayudar a llevar comida a los desamparados y visitar a los enfermos en hospitales”.

Sin embargo, para muchos niños y jóvenes como Natalie y Mauricio, quienes viven en barrios de bajos ingresos, la escuela católica fue el único lugar donde se sintieron a salvo de la violencia y las drogas; ahí se les ofreció, además, una formación académica excelente.

“Nos enseñaron los valores de auto-respeto, integridad, responsabilidad, y la fe en Dios”, expresó, por su parte, Jennifer Grande, destacada alumna de San Gabriel Mission High School. “Por eso, el sacrificio que hicieron mis padres por mi se los recompensaré cuando me gradúe en el colegio”. La jovencita de 17 años reveló que acudirá a la escuela de ingeniería Biola University, ubicada en La Mirada, Calif.

“Todos estos chicos llevarán a las universidad el carácter moral que han recibido”, expresó a UNIDOS, Monseñor Joseph Brennan, vicario general de la Arquidiócesis de Los Ángeles. “Muchos vienen de familias pobres y humildes, pero dentro de sí mismos van a llevar la riqueza de un corazón dispuesto para dar testimonio de Dios delante de todos los demás”.