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León continúa enrachado en esta pretemporada.
León continúa enrachado en esta pretemporada.
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La tarde veraniega, inusualmente fresca, en el sur de California se vistió de verde y blanco en el Home Depot Center. La convocatoria anunciaba a dos equipos que han hecho de esos colores su estandarte dentro del campo de juego: León y Santos Laguna.

Sus seguidores respondieron a la invitación, ocupando tres cuartas partes del estadio de Carson. Las dos aficiones llegaron teñidas del mismo color, pero con actitudes diferentes.

Los santistas, sabiéndose campeones del máximo circuito del futbol mexicano y constantes protagonistas estelares del mismo en el pasado reciente. Los leoneses, como campeones de la Liga de Ascenso y, por consecuencia, con el pase que les permite retornar a la categoría que, por historia y tradición, pertenecen.

Los del norte alardeando estadio (Territorio Santos Modelo), triunfos y campeonatos nuevos. Los del centro cargando diez años de frustraciones en la Segunda División y presumiendo tímidamente una añeja etapa de éxitos, allá, en los albores del futbol profesional de México. Su título más reciente se dio hace 21 años. Como una paradoja, lo único nuevo lo encontramos en el nombre de su estadio, Nou Camp, que sigue siendo un magnífico campo, pero ya no es tan nuevo.

Con esos antecedentes, los dos equipos entraron al escenario del juego. Santos con el tradicional uniforme a rayas blancas y verdes. El León todo de blanco. Santos con los nombres conocidos: Oswaldo Sánchez, Aarón Galindo, Felipe Baloy, Iván Estrada, Juan Pablo Rodríguez, Daniel Ludueña, Carlos Darwin Quintero y la incorporación de Gerardo Lugo.

El León, aún en proceso de prueba, con la base que ascendió más algunas incorporaciones: Javier Muñoz Mustafá, José Calderón y Saúl Villalobos. Pero dejando en la banca a jugadores importantes como Carlos Peña, Luis Montes, Sebastián Maz, Hernán Darío Burbano, Nacho González, Juan Carlos Rojas, Johnny Magallón y Edgar Mejía.

Al inicio del partido, Santos tuvo la pelota y buscó ir a la portería defendida por Edgar Hernández. Lugo se movía por todo el frente de ataque e intentaba mostrarse, logrando que le cometieran algunas faltas, pero esos intentos fueron estériles porque, invariablemente, terminaban siendo controlados por la defensa esmeralda.

De a poco, el León empezó a lanzar cuchilladas a las bandas donde aparecía, por izquierda, el colombiano Eisner Loboa y donde nunca apareció, por derecha, Luis Nieves. La profundidad del León hizo que se presentaran más jugadas de apremio en la portería de Oswaldo Sánchez quien, un par de veces, tuvo que emplearse a fondo para evitar el gol guanajuatense.

El primer tiempo terminó con un entretenido 0-0 y en las tribunas una animada batalla de porras, donde los intentos de la afición lagunera de imponer su “¡Santos, Santos!” encontraban un eco más poderoso, el de “¡León, León!”.

Si el León estaba ganando el duelo en las gradas, necesitaba hacerlo en el terreno de juego. Para el segundo tiempo, Gustavo Matosas, el director técnico de los “Panzas Verdes”, mandó a Montes, Othoniel Arce, Maz y Peña. Benjamín Galindo hizo lo propio y ordenó el ingreso de Marc Crosas, Christian Suárez y Cándido Ramírez.

Los cambios le funcionaron a Matosas; las llegadas del León a la portería de Santos se volvieron más constantes y en un par de centros al área apareció Sebastián Maz y con certeros testarazos venció a Sánchez, para darle la victoria a la fiera y a su leal afición una gran alegría.

En la ya casi noche californiana, ganó el León 2-0, pero, sobre todo, ganó su gente; deseosa de triunfos aunque sean amistosos.