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MIAMI SHORES, Florida, EE.UU.- Los residentes legales deben convertirse en ciudadanos de Estados Unidos porque es la única manera que tienen de protegerse de una eventual deportación.

Es lo que opinaron expertos y activistas, quienes enumeraron una serie de beneficios del proceso de naturalización para los inmigrantes, entre ellos el derecho a votar y a postularse para un empleo estatal, la posibilidad de viajar sin tener que fijarse cuántos días pasan afuera del país, y el acceso a créditos y programas de servicios sociales y de salud.

“La ciudadanía es la única protección contra la deportación. Los residentes legales pueden ser deportados si cometen un delito”, expresó María Rodríguez, directora de la Coalición de Inmigrantes de la Florida.

Los ingresos de una persona pueden subir al menos un 8% cuando se convierte en ciudadana estadounidense, y además acceder a contratos con organismos públicos, y una mejor educación, indicaron los panelistas.

“Es un tremendo refuerzo para nuestra economía”, consideró Rodríguez.

Para poder solicitar la ciudadanía, un inmigrante de más de 18 años debe haber sido residente legal por al menos cinco años, o por tres años si está casado con un ciudadano estadounidense, no haber cometido un delito, y leer, escribir y hablar inglés básico. Después de presentar la solicitud y de haber sido sometido a una verificación de antecedentes, el solicitante debe tomar un examen cívico y otro de inglés.

El trámite, sin embargo, puede ser aterrador para algunos residentes legales, sobre todo para quienes que no hablan bien el inglés o que en algún momento pueden haber permanecido ilegalmente en el país, dijeron los expertos en una mesa redonda realizada en la Arquidiócesis de Miami.

“Mucha gente tiene mucho miedo de ir a la oficina de inmigración y responder las preguntas frente a un funcionario de inmigración”, explicó Evgeniya Nechyparenka, quien trabaja ayudando a inmigrantes en el Comité de Rescate Internacional de Miami. Dijo que su organización cuenta con personal que asesora gratuitamente a los inmigrantes desde el principio del proceso, para que superen los temores y puedan convertirse en ciudadanos.

Otros de los obstáculos que pueden menguar los deseos de los residentes legales de convertirse en ciudadanos es el costo del trámite: el formulario para iniciar el proceso cuesta unos 680 dólares por persona.

Existen, sin embargo, excepciones para las personas de escasos recursos que no pueden abonarlo, y los expertos del Comité, los Servicios Católicos Legales de la Arquidiócesis y la Coalición de Inmigrantes de la Florida dijeron que ofrecen asesoramiento.

En todo el país unos 8,8 millones de residentes legales estarían en condiciones de hacerse ciudadanos, pero menos de un millón se naturaliza cada año, de acuerdo con la Campaña de los Nuevos Estadounidenses, que ha contribuido a completar las solicitudes de ciudadanía de 145.000 en los últimos cuatro años.