Skip to content
  • Starbucks® Caramel Flan Latte, an espresso beverage inspired by the...

    Starbucks® Caramel Flan Latte, an espresso beverage inspired by the deliciously popular dessert called flan.

  • Starbucks® Caramel Flan Frappuccino was inspired by the deliciously popular...

    Starbucks® Caramel Flan Frappuccino was inspired by the deliciously popular dessert called flan.

  • El café Caramel Flan Latte estará por un tiempo limitado...

    El café Caramel Flan Latte estará por un tiempo limitado en el menú de los cafés Starbucks de la región.

  • El café Caramel Flan Latte de Starbucks estará por un...

    El café Caramel Flan Latte de Starbucks estará por un tiempo limitado en el menú.

  • El Caramel Flan Latte estará por un tiempo limitado en...

    El Caramel Flan Latte estará por un tiempo limitado en el menú de los cafés Starbucks de la región.

  • El Caramel Flan Latte estará por un tiempo limitado en...

    El Caramel Flan Latte estará por un tiempo limitado en el menú de los cafés Starbucks de la región.

of

Expand
Author
PUBLISHED: | UPDATED:

Por segunda vez, el café con leche con sabor a flan, vuelve al menú de Starbucks. Y sí, confieso que voy allí muy seguido pero no me había fijado en él la primera vez que hizo su debut el año pasado. Bueno, como dicen, nunca es tarde si la dicha es buena. El café cargado con leche caliente, canela, crema y un hilo de caramelo agregado encima, de veras me olió sabroso y remotamente al postre al que llamamos flan.

El flan es, definido por el diccionario de la lengua española, un dulce que se hace con yema de huevo, leche y azúcar, y se cuaja al baño María dentro de un molde cubierto por dentro de azúcar tostada. Suele llevar también harina y, con frecuencia, se le añaden ingredientes como café, naranja, vainilla, u otros. Para los que les fascina el saborcito del café expreso con leche caliente y canela, no hay que decirles más nada.

La bebida que me sirvieron sabía a café laté, quizás con cierto sabor a rompope, aunque no podría decir con certeza. A mi parecer, estaba bastante apetecible.

Lo que noté es que sabía muy dulce, tirando a estar empalagoso. Por esta razón, me compré uno de tamaño ‘corto’ para no endulzarme demasiado y creo que hice una buena decisión. Si tuviera diabetis, procedería con más cuidado todavía.

El encontrarme con un flan como el que se hace en nuestros países de origen era lo que realmente quería comerme yo, lo cual no pude hallar en el jarabe que tenía delante de mí en la taza sobre la mesa. La verdad es que, para los nostálgicos como yo, este cafecito puede imaginarse como una aproximación a nuestro flan bastante curiosa y cada vez más lejos.

En resumidas cuentas, si se piensa ir a probarlo, no hay que demorar demasiado porque no estará en el menú todo el año. Cuando lo prueben, podrán decir a qué supo exactamente, si a flan, a rompope, o a algún otro manjar familiar.