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Héctor Figueroa, de 43 años, vive en Moreno Valley junto a su esposa, Amalia Figueroa, de 45 años, a quien conoció en una Exposición para Sordos. Tienen 5 hijos nacidos en los Estados Unidos, cuatro de ellos sordomudos. Su hijo mayor tiene 19 años y la niña menor, 10 años.
Héctor Figueroa, de 43 años, vive en Moreno Valley junto a su esposa, Amalia Figueroa, de 45 años, a quien conoció en una Exposición para Sordos. Tienen 5 hijos nacidos en los Estados Unidos, cuatro de ellos sordomudos. Su hijo mayor tiene 19 años y la niña menor, 10 años.
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“Please, help me [Por favor, ayúdeme]”. Así decía la nota que el mexicano sordomudo, Héctor Figueroa le entregó a la abogada, Hadley Bajramovic en la iglesia St. Catherine of Alexandria, de Riverside, donde se realizaba un taller sobre inmigración.

La abogada entendió que necesitaba intérpretes de lenguaje de señas estadounidense para realizar esta consulta.

Su caso inició a comienzos de los años 90, y ahora ha logrado regularizar su situación migratoria, gracias a una visa especial conocida como 42 b.  Es un caso excepcional de conseguir, pero que ya está dando frutos.

La abogada Bajramovic ya ha logrado varios casos de este tipo.

Inicialmente la abogada quería solicitar asilo para Figueroa, pero ese es un beneficio se debe requerir el primer año de haber llegado a este país.

“Él es un hombre fuerte y no quería que lo miraran como una persona débil,” afirmó Bajramovic.

Con la ayuda de la intérprete  Kathy Rock la abogada logró obtener los detalles que necesitaba para ayudar a Figueroa.

Figueroa ha estado en Estados Unidos desde 1972 y le contó cómo en México las familias se avergüenzan de tener un pariente con una discapacidad, como en su caso, ser sordo.

“Aprendimos que no había ningún tipo de asistencia en la educación para las personas con discapacidades en México,” dijo Bajramovic.

Figueroa cae en la categoría de inmigrantes que temen regresar a sus países por temor a ser perseguidos por su raza, religión, o por pertenecer a un determinado grupo social.

Una vida hecha en EEUU

Héctor Figueroa, de 43 años, vive en Moreno Valley junto a su esposa, Amalia Figueroa, de 45 años, a quien conoció en una Exposición para Sordos. Tienen 5 hijos nacidos en los Estados Unidos, cuatro de ellos sordomudos. Su hijo mayor tiene 19 años y la niña menor, 10 años.

“Estoy aquí porque hay mucha ayuda y los niños tienen mejores oportunidades de educarse,” dijo Figueroa.

Figueroa recuerda cómo conoció a Bajramovic.

“Ella se presentó como abogada de inmigración en la iglesia. Yo había tenido malas experiencias con otros abogados que me querían cobrar mucho dinero. Pero ella fue capaz de conseguir un intérprete”, expresó.

Figueroa trabaja en el Centro de Distribución de Walgreens donde se dirige caminando desde su hogar.

La abogada Bajramovic relató que hoy día tiene unos 250 clientes que son sordomudos, la mayoría de los cuales le han narrado cómo familiares cercanos han abusado de ellos, incluso sexualmente, porque no pueden hablar.

“Las historias que me han contado son terribles… me van a afectar por el resto de mi vida. Cometen abusos a personas vulnerables sin ningún tipo de castigo,” dijo Bajramovic.

La mayoría de las personas sordomudas vienen a la ciudad de Riverside porque aquí está una escuela para ellos: California School for the Deaf, donde ofrecen desde kindergarten pasando por la preparatoria y carreras técnicas.

Beneficio poco común

El equipo de la abogada construyó este caso desde cero. Recurrieron a Rachel Mayberry, profesora del Departamento de Lingüística de la Universidad de California en San Diego, quien ha realizado estudios sobre la sordera y cómo ocurre el proceso de la adquisición del lenguaje en niños sordomudos.

“Básicamente nos explicó que los niños sordomudos sufrirán si no son educados, y en México no tienen acceso a esa educación especial,” dijo Bajramovic.

Entonces apelaron por lo que legalmente se conoce como suspensión de deportación o Cancellation of Removal.

La agencia de Servicios de Inmigración y Ciudadanía de los Estados Unidos define esta visa como un beneficio discrecional que ajusta el estatus de un extranjero deportable, a uno legalmente admitido para residencia permanente. La solicitud de suspensión de deportación se realiza durante una audiencia ante un juez de inmigración.

“La visa 42 B es un tipo de beneficio muy poco común, para ser concedido el juez exigirá una buena conducta moral, haber estado en los Estados Unidos por 10 años y demostrar cómo podía ser peligroso para los hijos si son removidos de los Estados Unidos,” explicó la abogada.

Ahora bien, hay que esperar por visas disponibles. Cada año se otorgan 4,000 visas de este tipo, y también cada año hay más de medio millón de solicitantes, es decir, existe una larga lista de espera.

Figueroa esperó alrededor de un año y medio desde que le juez le concedió esta visa.

“Esto es como ganarse la lotería, como dicen por allí, hay más probabilidades que te caiga un avión a que te otorguen esta visa,” dijo Zayra Padilla, asistente legal en la oficina de Bajramovic.

Más respeto

Héctor Figueroa confesó que sufrió mucho en México. Narró que cuando tenía 12 años iba a una escuela en su natal Aguascalientes simplemente a sentarse en la clase, porque no entendía nada de lo que estaba pasando a su alrededor.

“Mi maestra era muy mala. Me sentaba al frente y una vez me pegó con un libro en mi cabeza, me dolió. Todos se estaban riendo. Fue un momento muy humillante,” dijo Figueroa.

En otra oportunidad iba en su bicicleta y dos jóvenes se la robaron, Figueroa trató de buscar ayuda, pero la policía no le prestó atención y no hicieron nada. Sólo le dijeron: es un sordomudo.

El lenguaje de señas mexicano es distinto al estadounidense. Figueroa tuvo que aprenderlo aquí, al igual que el inglés, idioma en el que prefiere comunicarse por escrito, ya que fue muy poco el español que aprendió en México.

En los Estados Unidos Figueroa iba a la iglesia donde había intérpretes y así empezó a familiarizarse con este lenguaje.

Al preguntarle qué siente de haber obtenido esta visa, puso sus manos en el pecho, respiro profundo y respondió: “Estoy emocionado, feliz y muy agradecido con la abogada Bajramovic”.

“En Estados Unidos hay mucho más respeto y compresión por las personas con discapacidades,” dijo.