Para las familias divorciadas, las fiestas de fin de año pueden estar llenas de estrés, demasiadas agendas, demasiados conflictos y sí, digámoslo, demasiadas comidas navideñas.
Es fácil olvidar por qué las fiestas de fin de año son tan especiales. Pero hay muchas cosas que podemos hacer para facilitar la angustia de la temporada y pasar unas fiestas agradables.
Aquí le presentó algunos consejos que puede seguir, si ya no está con su pareja:
Regálele algo a su ex. Sí, habló en serio. Y no hablo de regalarle el rastrillo viejo que se le olvidó cuando se fue, o una foto de sus hijos para que se acuerde que no los visita lo suficiente. El otro día, cuando mi ex vino a recoger a nuestro hijo, halagó un par de audífonos que yo le acababa de comprar. Había comprado dos pares de los mismos audífonos, así que le regalé un par al papá de mi hijo, ya que casi llegaba su cumpleaños. En ocho años que hemos estado divorciados, creo que nunca lo había visto tan emocionado. Últimamente sonríe más, y a mí me gusta pensar que fue por ese simple gesto.
Compren regalos juntos. Cuando se trata de regalos para las fiestas navideñas, es muy, pero muy tentador ponerse a competir con el ex. Yo admito que en el pasado le he preguntado a mi hijo “¿qué te dio tu papá para Navidad?”, con la esperanza secreta de que mi regalo haya sido mejor. Hay dos razones por las cuales darles regalos juntos a sus hijos es bueno: primero, es un símbolo de solidaridad y le comunica a sus hijos que usted y su ex están unidos para ser padres (aunque no siempre estén tan unidos). Los niños necesitan sentirse amados por los dos padres de la misma manera y un regalo de parte de los dos, dice eso de una manera muy efectiva. Segundo, los regalos pueden ser más y más caros mientras los hijos crecen. Llegan a una edad en la que comienzan a querer iPods, en lugar de muñecas o carritos. Y si se unen los dos para un regalo como estos, les pueden dar a sus hijos justo lo que pidieron sin gastar tanto dinero.
Conozca sus límites. Cuando era divorciada y soltera, a veces era un poco difícil ver parejas casadas disfrutando de sus vidas. Especialmente durante las fiestas de fin de año. Trataba de enfocarme en las cosas que sí podía disfrutar, pero cuando se ponía demasiado difícil, mejor me iba. Podía ir a fiestas, pero no a citas con otras parejas. Disfrutaba de la Navidad con la familia, pero no del Año Nuevo (cuando usualmente me la pasaba sola en casa lidiando con mis hijos, mientras hacían un desorden en la casa). Como Reese Witherspoon dijo en una entrevista en el 2011, “el divorcio es muy, muy, muy estresante”. Siempre estén conscientes que si en algún momento algo se vuelve demasiado difícil, siempre tienen la opción de irse.
Celebre la Navidad… cuando usted quiera. ¿Quién dijo que la Navidad tiene que ser el 25 de diciembre? Cuando las fiestas de fin de año se ponen un poquito locas, la flexibilidad es una virtud. Por ejemplo, este año mi familia está celebrando la navidad el 23 de diciembre, para poder celebrar con todos. A mis hijos les encanta, porque tienen dos Navidades en lugar de sólo una y nunca se tienen que sentir excluidos de las tradiciones familiares. Si puede cambiar la fiesta familiar para asegurarse de que sus hijos estén ahí, hágalo. Si no se puede, pues entonces no se puede. Más bien trate de crear otras tradiciones familiares con ellos.
La combinación de exes, hijos y las fiestas navideñas puede ser un trago amargo, pero si es flexible, conoce sus límites y trata de trabajar con su ex, tal vez pueda tolerar y hasta disfrutar de esta temporada festiva.
