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    Grecia Meza, de siete años, y su madre, Eloisa (al centro), se emocionan al ver llegar un camión de bomberos, con escoltas policiacos, para una sorpresa navideña, el jueves de la semana pasada.

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    Santa Claus llegó montado en un camión de bomberos para llevarle regalos a la familia de Osmara Meza, de cinco años, que murió atropellada en junio por un conductor que no paró.

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por ocho agentes en motocicleta y dos patrullas con regalos, el jueves de la semana pasada, para una familia de Santa Ana cuya vida cambió para siempre cuando un conductor mortalmente atropelló a su pequeña hija.

Osmara Meza, de cinco años, murió el 23 de junio cuando el conductor presuntamente ebrio golpeó a ella, a su madre y a su hermana mientras cruzaban las calles 17 y Spurgeon, en su camino hacia el desayuno en un restaurante.

Su muerte fue una de las que nunca olvidaron los defensores de víctimas, la Policía y los Bomberos. Ellos organizaron una visita de Santa, con regalos donados, para traer alegría a la familia, especialmente a la hermana de Osmara, Grecia, ahora de siete años.

“Muchas gracias por ayudarme”, dijo Grecia, una estudiante de segundo grado en la escuela primaria Hoover de Santa Ana, a quien le gustan las matemáticas y la ciencia. Ella quería un iPod para poder escuchar la música de su cantante favorita, Jenni Rivera.

El padre de Osmara, Jorge Omar Meza, de 34 años, dijo que él está en una licencia de seis meses de su trabajo en La Jolla Group, una compañía de licencias de ropa en Irvine. Él ha estado cuidando a su esposa, la ama de casa Eloísa Magaña, de 47 años, quien fue dada de alta del hospital alrededor del primero de agosto. Ella estuvo en coma durante seis semanas y tiene la cicatriz de una traqueotomía. Ella sufrió lesiones cerebrales, varios huesos rotos y se fue a casa con una sonda de alimentación. Está recibiendo terapia física y sigue mejorando, aunque a finales del evento del jueves estaba cojeando visiblemente.

“Estoy mejor”, dijo ella, “pero no puedo escuchar en este oído”, dijo apuntando a su sien derecha. Ella debe comer lentamente, a causa del dolor en la mandíbula.

“Todavía lloro porque no puedo ver a mi hija”, dijo Magaña, “todavía duele, pero estoy mucho mejor”.

El esfuerzo de la comunidad para alegrar la Navidad de la familia Meza empezó cuando Victoria Maciha, una abogado de víctimas con Mothers Against Drunk Driving, decidió que quería hacer algo por Grecia.

“Hace diez días, me desperté y me di cuenta de que quería hacer algo especial para la Navidad de Grecia”, dijo Maciha, quien ha estado trabajando con la familia. Ella pidió ayuda en Facebook, y unos 40 amigos donaron regalos. La Policía y los Bomberos querían ayudar. El oficial de la Autoridad de Bomberos del Condado de Orange, Rommel Laura, la hizo de Santa Claus, y el jefe de batallón, Kris Concepción, se puso un traje de elfo.

“Es increíble cómo todo se hizo tan grande”, dijo Maciha.

El oficial Weston Hadley estaba entre una multitud de funcionarios que asistieron al evento en el Departamento de Policía de Santa Ana, ayudando a llevar regalos. Hadley, padre de tres hijos, dijo que sintió una conexión personal con la familia.

“Uno no puede dejar de ver a sus propios hijos”, dijo el oficial de motocicleta. “Son regalos maravillosos, y que se pierda uno de manera trágica es insoportable”.

Meza dijo que agradecía a Dios por la ayuda ofrecida por los defensores de las víctimas y de la Fundación de la Policía de Santa Ana, que le han ayudado a pagar el alquiler y otros gastos. Él está agradecido de que Grecia, que sufrió traumatismo de cráneo, sobrevivió.

Dijo que estaba feliz porque Grecia era feliz. A medida que el evento terminó, ella se abrió paso a través de regalos, entre libros, juguetes y una bolsa de plata brillante, colocados delante de un árbol de Navidad.

“Yo no tengo mi otra hija, pero la vida continúa”, dijo. “Vamos a tener que seguir adelante”.

Grecia, dijo, habla de su hermana cada día.

“Ella dice que la extraña, pero ella está con nosotros, cada día, en espíritu”, dijo. “Gracias a Dios, ella es todavía una niña, y ella no sabe mucho sobre el dolor”.

Magaña, aunque preocupada por los gastos médicos y de otro tipo que se acumulan, dijo efusiva que el gesto del jueves la tomó por sorpresa.

“Estoy feliz porque veo a mi hija feliz con los regalos. Nunca podríamos haber tenido esto, y Santa Claus”, dijo Magaña. “Ahora mi hija quiere volver a la escuela para decir que ha visto a Santa Claus. Estoy feliz por mi hija de que esto haya sucedido”.

Ella dijo que le gustaría que Osmara hubiera estado presente, para tomar parte.

“Estoy seguro de que ella está en el cielo, mirando todo esto con felicidad”.

Al cruzar una intersección entre las calles 17 y Spurgeon, Jessicah Louise Cowan se desplazaba en dirección oeste por la 17 en un Lexus plateado y se pasó una luz roja cerca de las 11:00 de la mañana y le pegó a tres miembros de la familia, según la Policía.

El auto de Cowan tiró o arrastró los cuerpos unos 70 metros, dijo la Policía.

Cowan, de 33 años cuando ocurrió el incidente, continuó conduciendo, pero una mujer que presenció el choque la siguió a dos cuadras, luego la interceptó y la atrapó entre las calles 17 y Main. Cowan enfrentará una audiencia preliminar el próximo mes, acusada de matar a Osmara, conducir bajo la influencia del alcohol y otros delitos.

“Yo no quisiera que alguien tuviera un accidente como éste”, dijo Magaña. “Cuando uno tiene niños, uno no piensa que va a morir. Nadie quiere que esto les suceda a ellos. Menos a una hija”.