A simple vista, el carro de golf convertido en un Chevy modelo de la década de los 1950s, podría ser confundido con un juguete, un adorno o atractivo de parque de diversiones.
Pero al mirar detalladamente se puede apreciar que el carro es una obra maestra de avanzada tecnología digna de copiar.
En efecto, el pequeño carro de golf azul con acentos blancos, es producto del programa académico de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés), del Colegio Comunitario San Bernardino Valley, develado el viernes, 29 de abril durante una breve ceremonia.
Según Marc Donnhauser, director del programa STEM, el proyecto fue posible gracias a la colaboración de la facultad, empleados y estudiantes en varias ramas, incluyendo tecnología aplicada, hojalatería y pintura, computación, y matemáticas.
“El proyecto fue posible también gracias al apoyo de la Institución de Servicios Hispanos Titulo 3, parte del Departamento de Educación de los Estados Unidos, que nos brindó 5.5 millones de dólares para el programa STEM. El programa es muy popular y a la fecha contamos con casi 350 estudiantes participando”, indicó Donnhauser. “La beca termina en septiembre y este proyecto es prueba clara de lo mucho que los estudiantes pueden aprender con la continuación del programa”.
El carro de golf no usa gasolina ni corriente, y en vez utiliza la energía solar, una energía renovable y limpia que aprovecha la radiación electromagnética proveniente del sol. Los paneles solares fueron cuidadosamente instalados en el techo del carrito por estudiantes de electrónica del profesor y jefe de departamento de electricidad y electrónica, Tarif Halabi.
“Una cosa es la lectura y otra cosa es poner en práctica lo aprendido. Los estudiantes pusieron en práctica todo lo aprendido y el resultado fue genial. Esto les ayudo de mucha experiencia ya que los expuso a retos que se encuentran en el día a día laboral”, añadió Halabi.
El carrito de golf diseñado en honor al festival Rendezvous, el cual celebra la herencia de la Ruta 66, cuenta también con sensores en la parte trasera que alerta al conductor de obstáculos en el camino para evitar colisiones. Además, el carrito cuenta con una pantalla Diodo Emisor de Luz (LED), en donde anunciarán mensajes. Dicha pantalla fue instalada por estudiantes de programación en computación.
Según Adrián Sánchez, de 38 años de edad, estudiante de hojalatería y pintura, el proyecto fue divertido y a la vez educativo. Antes de que los estudiantes de STEM pudieran poner a prueba sus conocimientos, estudiantes como Sánchez practicaron lo aprendido en pintura automotriz.
“Tuvimos que desmantelar la carrocería, lijar, cubrir todo bien para luego pintar. Fue un proyecto delicado por el tamaño de las partes, pero fue muy divertido. Quedo muy bonito”, indicó Sánchez.
Según Henry Hua, decano de la Facultad de Matemáticas, Administración de Empresas y Tecnología Aplicada, el proyecto duró alrededor de tres semestres debido a que se hizo en partes y como lección.
“Espero que otros estudiantes se motiven y busquen una carrera en la ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería, son carreras bien pagadas”, señaló Hua.
Donnhauser agregó que el proyecto no tiene como finalidad ser producido en masa pero que si alguna compañía tiene interés en apoyar al programa, será bienvenida.
“El carro de golf no está en venta ni pensamos producirlo en masa. Lo usaremos como orgullo del programa y del plantel”, indicó.
