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    Izamar Galeana (izq.), Stephanie Macareno, y Valeria Ibarra, usan piezas de Lego durante una lección sobre engranajes y fricción en una clase de robática en el Girls and Boys Club de Santa Ana, el lunes, 20 de julio 2015.

  • Paola Ramón, (centro), recibe una demostración de lo que es...

    Paola Ramón, (centro), recibe una demostración de lo que es fricción al empujar a Valeria Ibarra (izq.) y a Izamar Galeana, en una silla sin ruedas durante una lección sobre engranajes y fricción en una clase de robática en el Girls and Boys Club de Santa Ana, el lunes, 20 de julio 2015.

  • Alumnos usan piezas de Lego durante una lección sobre engranajes...

    Alumnos usan piezas de Lego durante una lección sobre engranajes y fricción en una clase de robática en el Girls and Boys Club de Santa Ana, el lunes, 20 de julio 2015.

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SANTA ANA – José Delgado y Víctor García atraviesan la clase como abejas, zumbando de emoción mientras sus estudiantes juegan con legos.

Pero estos legos no son simplemente piezas de plástico de colores. Pueden ser utilizados para construir robots.

La clase es parte de un programa de codificación y robótica lanzado a principios de este año en el Boys & Girls Clubs de Santa Ana. Éste busca darles a niños y adolescentes de bajos recursos más acceso a la tecnología y a la Internet.

“Estos niños van a ser los que preparen el futuro para nosotros”, dijo José Delgado, un especialista de programación con el club.

La semana pasada, un grupo de inquietos estudiantes de cuarto y quinto año aprendió los fundamentos de la robótica.

En una habitación iluminada con muros verde azulados, cerca de una docena de estudiantes preparaba sus cajas cargadas de legos robóticos mientras Delgado les hablaba sobre su próxima tarea. El salón de tecnología cuenta con una computadora portátil, un proyector y una pintura tricolor de Albert Einstein que parece observar en silencio a los estudiantes.

Después de aprender sobre conceptos que incluyen engranajes y ficción, los estudiantes deben construir un aparato con ruedas utilizando legos especiales.

El equipo de trabajo está lleno de piezas de plástico que serán utilizadas para construir un robot. Éste también incluye piezas más complejas como motores, sensores y un “cerebro” CPU programable. Delgado, de 27 años, dice que desearía haber tenido acceso a un curso de robótica cuando era niño. Después de graduarse de UC Irvine con una licenciatura en cine y estudios mediáticos en el 2009, Delgado creó el programa tecnológico para el Club de Niños y Niñas. Ahora, en el recibe la atención de la audiencia.

“Estoy verdaderamente emocionado de saber a dónde pueden ir”, agregó.

Fungiendo de animador tanto como maestro, Delgado enfatizó un enfoque práctico.

Para enseñarles a los niños sobre la fricción, pidió dos voluntarios. Él puso a un estudiante sobre una silla rodante. El otro se sentó en una silla sin ruedas.

La silla con ruedas se desplazó fácilmente sobre la alfombra, y Delgado utilizó la experiencia para mostrar cómo las ruedas mejoran la velocidad.

Delgado da clases junto a Víctor García, de 20 años y residente de Santa Ana que estudia ingeniería mecánica en la Universidad de Stanford. García dijo que espera que los niños obtengan un entendimiento básico de las ciencias de la computación y la robótica a través del curso de verano.

El asegurarse que los estudiantes no tengan que descifrar la jerga de la industria tecnológica es importante. Durante la presentación de García, él comparó los sensores de un robot a los sentidos humanos, ilustrando la conexión entre el hombre y la máquina.

“¿En que otros sensores pueden pensar?”, preguntó García a los estudiantes.

“¡El tacto!” gritó un estudiante.

Valeria Ibarra, de nueve años, se sentó con sus compañeros mientras construía una rueda utilizando legos.

“Soy muy creativa, y me encanta construir cosas”, comentó.

El ingresar en este curso de robótica lleva tiempo. Los estudiantes en la clase de verano tuvieron que aprender codificación por varios meses antes de avanzar a la robótica. A través de ejercicios en code.org, los estudiantes obtienen un firme entendimiento de la programación de computadoras.

Ambos programas son parte del objetivo del club de expander el acceso a la tecnología, incluyendo dejar que los niños usen computadoras portátiles y tabletas.

Travis Whitten, director de filantropía para el club, dijo que algunos estudiantes no tienen acceso a computadoras personales o a la Internet en sus viviendas. Él espera que estos programas los preparen para el mercado laboral.

“Si los niños no tienen idea de cómo usar la tecnología… Al momento en que se gradúen en 10 años, estarán en desventaja con respecto a sus compañeros”, agregó.

Whitten dijo que el club está interesado en asociarse con escuelas cercanas para que los niños tengan un mayor acceso a la codificación y a la robótica.

Delgado dijo que también quiere ver que el programa se expanda.

“Ver su emoción al descubrir lo que pueden hacer… Es gratificante”, dijo Delgado. “Éstos chicos van a estar en un nivel más alto cuando tengan mi edad”.

Mientras Delgado terminaba la lección del lunes 20 de julio, los niños le aplaudían. Pero antes de dejarlos ir, les dio un regalo inesperado: tarea.