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  • Michael Danciu, 15, trabaja en su tarea de biología en...

    Michael Danciu, 15, trabaja en su tarea de biología en Notre Dame High School en Riverside.

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    Carla García de 15 años (izquierda) y Valen González de 17 años, trabajan en su tarea de biología el martes, 22 de enero, en la preparatoria Notre Dame de Riverside. Las preparatorias católicas como Notre Dame tienen una tasa de casi 100 por ciento de alumnos que se gradúan y se inscriben en la universidad.

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Casi todso los estudiantes de una preparatoria católica del Inland continúa su educación en una universidad, así que los padres dicen que la matrícula –que puede llegar a ser la misma que la de un año en la universidad, vale la pena.

“Es todo un sacrificio”, dijo Andrew Emery, un residente de Riverside cuya hija asiste a Notre Dame High School en Riverside, y también un hijo que se graduó de esa misma institución en el 2007.

Casi todos y cada uno de los graduados el año pasado de las preparatorias católicas de la diócesis de San Bernardino se inscribieron en la universidad, como muestran las estadísticas de la diócesis.

Las razones de esto incluyen la fuerte participación de los padres que están dedicados a la educación de sus hijos, instalaciones pequeñas donde los profesores y administradores conocen a todos los jóvenes y valores comunes que los une a todos. Además, dicen los expertos, las escuelas privadas no tienen estudiantes en extrema pobreza, ni familias que enfrentan desafíos diarios que interfieran con el aprendizaje.

Las escuelas públicas no mantienen un registro que indiquen si los estudiantes se inscriben en un colegio comunitario o universidad, información que posiblemente compartan con sus consejeros antes de graduarse.

Pero, sí reportan el número de estudiantes de cada promoción que obtienen una calificación de C o mejor en las clases que son requisito para la admisión en el sistema de University of California o Cal State University. Hay más estudiantes que cumplen con los requisitos para ingresar a las universidades que los que en realidad asisten a ellas.

A través del estado, la tasa de estudiantes que cumplen con esos requisitos es de casi 37 por ciento en el estado, 31 por ciento en el condado de Riverside y 30 por ciento en el condado de San Bernardino.

Entre las preparatorias públicas del área de Inland, Great Oak High en Temecula tiene la tasa más alta de preparación a la universidad, 65.8 por ciento. Casi el 70 por ciento de los graduados de Aquinas High School en el 2012 continuaron su educación en una universidad y el 92 por ciento de los graduados de Notre Dame en el 2012 asistieron a una universidad.

SACRIFICIO POR EDUCACIÓN

El sacrificio financiero – el renunciar a automóviles nuevos y vacaciones familiares — durante los años de preparatoria de sus niños muestra sus beneficios cuando los estudiantes van a la universidad y pueden graduarse en cuatro años, mencionó Steve Richardson, un padre de Notre Dame y residente de Riverside.

La más pequeña de sus hijas se graduó hace dos años; su otra hija se graduó en el 2007 de Notre Dame y de Cal State San Marcos, con los más altos honores, cuatro años después. Mencionó que a la más pequeña de sus hijas le va bien en San Marcos, y se siente mejor preparada que sus compañeros universitarios.

Richardson agregó que cuando sus hijas asistían, una a Notre Dame y la otra a Cal State, la matrícula en Notre Dame de casi $7,000 por año, era más que la matrícula de un año en la universidad. En San Bernardino, la matrícula de Aquinas High School es de aproximadamente $6,600 al año, mencionó el director Chris Barrows.

Pero no todos los padres son de clase alta, dijeron los directores.

El director de Notre Dame, Matthew Luttringer, quien asistió a ésta cuando era joven, dijo que una cuarta parte reciben alguna ayuda financiera. Barrows dijo que en Aquinas se dará $300,000 en ayuda financiera este año.

Aunque no puedan pagar toda la matrícula, el compromiso de los padres de escuelas católicas es, tal vez, la razón principal del éxito de las escuelas, dijo el profesor de UC Riverside, Doug Mitchell, decano interino de la Escuela de Estudios de Postgrado en Educación, citando la obra del desaparecido profesor James Coleman de la Universidad de Chicago.

Las familias no están entre las más pobres de todas, pero otros factores para el éxito de las escuelas incluyen: el compartir una meta en común y la confianza entre maestros, estudiantes,

padres y administradores, y un “alumnado más homogéneo” dijo Mitchell. Aunque los estudiantes provengan de distinta procedencia étnica o racial, agregó Mitchell, la mayoría son familias Católica Romanas. Ellas comparten no solo sus creencias religiosas, también “el compromiso que la superación en este mundo llega a las personas que trabajan arduamente y obedecen las reglas”, agregó Mitchell.

Los valores de “familia” de los estudiantes convierte el trabajo en las aulas más fácil para los profesores, que pueden enfocarse en la educación y no en la disciplina.

Los padres y los estudiantes están de acuerdo. Michael Danciu, del décimo grado, dijo que le gusta la atmósfera en Notre Dame; “me molestaban mucho”, mencionó Michael, sobre sus años de estudio en una secundaria pública.

Luttringer dijo que los maestros algunas veces se quejan de que los estudiantes no visten apropiadamente el uniforme escolar. También se quejan de que algunos estudiantes hablan mucho, mencionó Monica Brown, madre de familia de Riverside.

Pero los maestros de escuelas públicas pueden tener a un estudiante cuyos padres estuvieron en la cárcel la noche anterior, agregó Brown, quien ayuda a los comités del anuario en escuelas públicas.

Brown, exprofesora de Notre Dame, dijo que ella manejaba desde Moreno Valley para llevar a su hija a la escuela; y otros padres conocen a familias que traen estudiantes de tan lejos como San Jacinto y Azusa.

UNA FAMILIA ESCOLAR PEQUEÑA

Barrows and Luttringer dicen conocer a todos sus estudiantes – y sus familias. Aquinas tiene menos de 400 estudiantes y Notre Dame tiene 465. Borrows califica el tamaño pequeño de su escuela como una bendición.

“Puedo salir al patio y recordar el nombre de cada niño”, dijo. “Si sé de algún niño que esté payaseando en la clase, voy al patio, lo detengo y le digo, ¿Qué está pasando?, ¿quieres que llame a tus padres?

Barrows agregó que la relación de confianza que él y los maestros tienen con los estudiantes es importante y difícil de establecer cuando una escuela tiene 2,000 o 3,000 estudiantes.

La estudiante del décimo grado de Notre Dame, Carla García, dijo que le gusta el hecho que su escuela es pequeña.

“Todos nos conocemos”, mencionó Carla.

“Se parece más a una comunidad”, agregó Valen González del onceavo grado. “Te sientes más cercano a las personas, como que las conocieras”.

Brown dijo que ella piensa que todos los estudiantes de Notre Dame comparten sus expectativas sobre la universidad. Los estudiantes también se les alienta a participar en equipos de deportes, clubs y grupos de artes escénicas; y casi todos lo hacen, indicaron los padres.

A los padres también les gusta la educación con base en la fe y los valores.

“Me siento agradecida que tengamos la oportunidad de ofrecerle esto a nuestros hijos”, dijo Claudia Gudino, padre de familia de Notre Dame y residente de Riverside.