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  • Addison Martínez lee en la clase de quinto y sexto...

    Addison Martínez lee en la clase de quinto y sexto grado del maestro John Evans en la Primaria Rosemary Kennedy en Riverside, el 9 de noviembre 2012. La primaria recibió el reconocimiento Modelo de Excelencia Académica por cómo ayuda a los niños.

  • Aldo Ornales, estudiante de kindergarden en la clase de la...

    Aldo Ornales, estudiante de kindergarden en la clase de la maestra Terri Manda, en la Primaria Rosemary Kennedy el 9 de noviembre 2012. La primaria recibió el reconocimiento Modelo de Excelencia Académica por cómo ayuda a los niños.

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Los maestros de la Escuela Primaria Rosemary Kennedy en Riverside empezaron a ver a sus pupilos como “nuestros estudiantes” en lugar de “mis estudiantes” hace un par de años.

Fue entonces cuando la escuela empezó a utilizar un periodo diario de especialización (Target Time), donde los estudiantes son enviados a otras clases para recibir 45 minutos de instrucción de lectura y una hora con otro profesor trabajando en matemáticas.

La directora Jackie Casillas dijo que los estudiantes son reevaluados y reasignados a grupos de niveles específicos cada seis semanas.

Los estudiantes que aprenden inglés como segundo lenguaje reciben dos horas de instrucción de lectura, en lugar de 45 minutos, comentó.

El acercamiento ha cambiado la cultura de docencia y aprendizaje de la escuela y les ganó el reconocimiento de Modelo de Excelencia Académica en el Distrito Escolar Unificado de Alvord de la Oficina de Educación del Condado de Riverside.

La escuela aumentó su calificación en el Índice de Desempeño Académico de 726 en el 2008 a 824 en el 2012. El índice, basado en calificaciones de exámenes estandarizados, varía de 200 a 1000 con una meta estatal de 800.

Casillas y Leslie Hahn, quienes entrenan a otros maestros en las estrategias de instrucción, dijeron creer que las calificaciones de la escuela seguirán en aumento, a pesar de la creciente pobreza en los vecindarios del oeste del Condado de Riverside.

Cerca del 84 por ciento de los estudiantes son de bajos recursos, una cifra que ha crecido en un 10 por ciento desde el 2008, comentó Casillas.

Los maestros también han cambiado su forma de utilizar los libros de texto, utilizando estrategias basadas en las necesidades de los estudiantes, agregó.

Los maestros han añadido preguntas para motivar a los estudiantes a pensar de manera crítica y a analizar y sintetizar la información que leen, comentó Hahn.

Por ejemplo, durante el periodo de especialización, el maestro John Evans le dijo a su clase, llena de estudiantes de cuarto y quinto grado, que pensaran en preguntas mientras leían el siguiente capítulo de su novela infantil.

Sus preguntas tienen que comenzar con “¿qué cambios harías para resolver…?”, “¿Qué pasaría si…?”, “¿Puedes predecir el resultado si…?” o “¿Puedes inventar nueva tecnología que ayude a los personajes en el libro?” Los estudiantes debían escribir cinco preguntas en su diario, luego intercambiar diarios y contestar las preguntas de sus compañeros.

“Todos ellos son estudiantes avanzados”, comentó Evans. “Saben cómo leer. Ahora están leyendo para aprender”.

El acercamiento de aprendizaje para ambos grupos de estudiantes, avanzados y con problemas, es motivarlos a que continúen su desempeño académico y prepararlos no sólo para el examen de egreso de la preparatoria en cinco o seis años, sino también para la universidad y sus diferentes clases de escrituras técnicas, comentó Casillas.

Los estudiantes dicen disfrutar de los periodos de especialización.

Gabriel Koshmerl, de quinto grado, dijo que disfruta de las clases de matemática con otros estudiantes en su nivel ya que no tienen que detenerse ni avanzar muy despacio por los estudiantes que no entienden.

El estudiante de cuarto grado, Jordan Viramontes, dijo que sus calificaciones en comprensión de lectura han aumentado desde entonces.