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Proyecto de ley en California aborda preocupaciones sobre seguridad en clínicas de diálisis

El proyecto de ley, presentado por el senador Ricardo Lara (demócrata de Bell Gardens), establecería tasas mínimas para la proporción personal-paciente, exigiría un mayor tiempo de transición entre pacientes y requeriría inspecciones anuales de las 562 clínicas de diálisis con licencia del estado.
El proyecto de ley, presentado por el senador Ricardo Lara (demócrata de Bell Gardens), establecería tasas mínimas para la proporción personal-paciente, exigiría un mayor tiempo de transición entre pacientes y requeriría inspecciones anuales de las 562 clínicas de diálisis con licencia del estado.
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Argumentando que están preocupados por la seguridad en las clínicas de diálisis de California, una coalición de enfermeras, técnicos, pacientes y representantes sindicales respalda una legislación que requeriría más personal y supervisión.

El proyecto de ley, presentado por el senador Ricardo Lara (demócrata de Bell Gardens), establecería tasas mínimas para la proporción personal-paciente, exigiría un mayor tiempo de transición entre pacientes y requeriría inspecciones anuales de las 562 clínicas de diálisis con licencia del estado.

Más de 63.000 californianos reciben hemodiálisis, un proceso que filtra las impurezas de la sangre en pacientes con enfermedad renal avanzada. La demanda del procedimiento está creciendo a nivel estatal y nacional a medida que la población envejece y más personas sufren de condiciones crónicas que pueden conducir a insuficiencia renal, como diabetes, hipertensión y enfermedades del corazón.

Si la legislación se aprueba, California se uniría a varios otros estados que han impuesto las proporciones mínimas para los centros de diálisis, incluyendo Utah, Carolina del Sur y Nueva Jersey.

El proyecto de ley de California, el SB 349, indica que la dotación inadecuada de personal está llevando a hospitalizaciones, errores médicos y “muertes innecesarias y evitables”.

En un caso, tres pacientes contrajeron una infección en una clínica de diálisis en el condado de Los Ángeles, después de que los trabajadores no limpiaran y desinfectaran las máquinas correctamente, según un informe publicado en el American Journal of Infection Control.

Los pacientes sometidos a diálisis están en riesgo de presión arterial baja, acumulación de líquidos e infecciones.

Los problemas pueden pasarse por alto si las enfermeras no tienen tiempo suficiente para dedicarse a sus pacientes y entre la llegada de un paciente y otro, dijo Megallan Handford, enfermera registrada en una clínica de diálisis en Fontana que ayudó a redactar el proyecto de ley. Handford dijo que, a menudo, las enfermeras y los técnicos tienen demasiados pacientes a la vez, lo que dificulta garantizar que estén recibiendo atención segura. En algunos casos, los pacientes dejaron la diálisis antes de que terminara la sesión, solo para morir en sus automóviles, dijo.

“Lidiamos con poca dotación de personal día tras día… basta, ya es suficiente”, dijo Handford durante una reunión informativa en las oficinas de la Unión Internacional de Empleados de Servicio-United Healthcare Workers West (SEIU-UHW), que está patrocinando el proyecto de ley y espera sindicalizar a los trabajadores de diálisis. “Vamos a hacer lo necesario para cambiar esta industria”, agregó.

Lara estuvo de acuerdo, diciendo que la supervisión de este negocio en crecimiento en el estado está atrasada. “Tenemos que vigilar de cerca la industria de la diálisis”, dijo Lara en un correo electrónico.

Las clínicas de diálisis en el estado argumentan que la industria ya está bien regulada y que el proyecto de ley agregaría requisitos innecesarios.

Las clínicas ya tienen dificultades para contratar a suficientes trabajadores y necesitarían aún más para satisfacer las proporciones propuestas de personal-paciente, dijo Kristi Foy, directora asistente del Consejo de Diálisis de California, la asociación estatal de clínicas. Además, dijo, no hay evidencia de que las proporciones obligatorias mejoren la calidad o la satisfacción del paciente.

Foy agregó que, aunque ha habido “problemas aislados”, California está superando a otros estados en cuanto a calidad y satisfacción del paciente. Añadió que un gran porcentaje de clínicas de California tienen altas calificaciones del gobierno federal, basado en factores tales como complicaciones, tasas de mortalidad y hospitalizaciones.

“No hay necesidad documentada para este proyecto de ley”, dijo Foy. “Estamos muy, muy preocupados de que resulte en consecuencias imprevistas que serán malas para los pacientes”.

En una encuesta de clínicas de diálisis en el estado, el consejo determinó que más de 100 estarían en riesgo de cierre si se aprueba el proyecto de ley, en parte debido a la imposibilidad de encontrar personal, dijo Foy. Las clínicas en las zonas rurales y las que tratan a un gran número de pacientes del Medi-Cal son particularmente vulnerables, agregó.

Si la proporción personal-paciente cambia, las clínicas no tendrán flexibilidad cuando un empleado se enferma o para los turnos nocturnos que normalmente requieren menos personal, dijo el doctor Bryan Wong, nefrólogo de Berkeley. Eso podría obligar a las clínicas a ofrecer menos citas o a rechazar pacientes, dijo.

“Elevaría el costo de atención porque el paciente tendría que ser hospitalizado para recibir su tratamiento”, explicó.

El doctor Randall Maxey, nefrólogo y propietario de una clínica, dijo que el proyecto de ley es bien intencionado, pero cree que la industria ya es “la más regulada del mundo”.

“Si usted aprueba una legislación para poner más regulaciones… va a haber menos diálisis disponible para las personas en ciertos vecindarios”, dijo.

La industria de la diálisis está controlada en gran parte por dos corporaciones con fines de lucro: DaVita Kidney Care y Fresenius Medical Care, que poseen casi tres cuartas partes de las clínicas en California. Como la demanda de diálisis ha crecido en todo el país, ambas empresas han adquirido pequeños proveedores de diálisis.

Mientras tanto, los estudios han demostrado que los pacientes tienen resultados más pobres en las clínicas de diálisis con fines de lucro que en las instalaciones sin fines de lucro. Un estudio de 2010 encontró que las tasas de mortalidad fueron más altas para los pacientes tratados en sitios pertenecientes a empresas rentables, comparado con las entidades sin fines de lucro. Otro estudio publicado el mismo año, basado en datos de 2003, mostró que los pacientes tratados en las clínicas sin fines de lucro pasaron menos días en el hospital.

Los partidarios de la propuesta de ley sostienen que empresas como DaVita y Fresenius ponen las ganancias por encima de la seguridad del paciente.

“Esta es una industria increíblemente rentable”, dijo Joan Allen, abogada de relaciones gubernamentales en SEIU-UHW. “Hay una decisión financiera que la industria de la diálisis necesita tomar, y es si van a invertir en la seguridad y la atención del paciente o si harían una elección financiera para reducir el acceso”.

Portavoces de DaVita y Fresenius dijeron que eran parte de una coalición que se oponía a la legislación, pero se negaron a comentar más.

El proyecto de ley requeriría que las clínicas tuvieran una enfermera por cada ocho pacientes y un técnico por cada tres pacientes. La medida requeriría que las citas de los pacientes sean por lo menos 45 minutos aparte, lo que los partidarios dicen que da tiempo al personal para limpiar el equipo y asegurar que los pacientes que salen están seguros.

La legislación también obligaría al Departamento de Salud Pública del Estado a inspeccionar anualmente los centros de diálisis. Lara dijo que sólo hay inspecciones en las clínicas aproximadamente una vez cada seis años.

Hace unos días, en la oficina de SEIU-UHW en Commerce, el técnico de diálisis Carlos Castillo explicó por qué apoya el proyecto de ley. Atender a demasiados pacientes a la vez puede ser peligroso, dijo, especialmente si uno tiene una emergencia. “La diálisis no es sólo poner agujas en los pacientes”, dijo. “Nunca se sabe lo que va a pasar”.

Vince Gonzales, de 54 años, quien ha estado en diálisis durante 20 años, recordó haber visto a un paciente colapsar en su silla y morir.

“[El personal de la clínica] está tan ocupado haciendo las cosas que está haciendo”, dijo. “Siempre tengo la misma preocupación: ‘¿Puedes cuidarme adecuadamente?’”.

Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de la Kaiser Family Foundation.