SANTA ANA – Los pequeños se reunieron todos frente al jardín del Centro de Recursos para Niños de la Fundación Illumination, sobre la Calle Ross, ansiosos y esperando que se develara lo que estaba detras de un objeto rectangular cubierto con una manta.
Y en cuanto los mayores removieron la manta y un pequeño estante repleto de libros montado sobre un poste de madera fue revelado, los ojos de los niños se abrieron por completo llenos de admiración.
“Spider-Man”, dijo en voz alta y emocionado el pequeño Ian Cruz, de tan solo cuatro años de edad mientras alzaba su mano para alcanzar el libro de su superhéroe.
El pequeño Cruz, que vive al cruzar la calle, fue de los primeros niños que tuvieron la ventada de disfrutar de la Pequeña Biblioteca de Intercambio Gratis en Santa Ana, una de las más de 50,000 que existen alrededor del mundo.
Este proyecto que maneja la organización sin fines de lucro, ‘Little Free Library’, estima que existen en las más 35.5 millones de libros que se comparten alrededor del mundo anualmente, o lo que equivale a unas 10 millones de veces más de lo que comparte la Biblioteca de Nueva York, por ejemplo.
“Juntos al igual que los vecindarios de todo el mundo realizamos el mayor intercambio de libros en todo el planeta y empezamos con una cajita frente a una casa como esta”, dijo el fundador de la organización y director ejecutivo Todd Bol.
Marytza Rubio, gerente de concesiones para la Fundación Illumination, que entre otras cosas lucha por evitar la indigencia, dijo que solicitaron por los fondos disponbiles de Little Free Library para ayudar a vecindarios con muchas necesidades.
En enero, Rubio fundo su propia organización sin fines de lucro, el Makara Center for the Arts, con el propósito de establecer presencia física para este proyecto, ya que la Biblioteca de Santa Ana es apenas el único establecimiento de este tipo para una ciudad con más de 340 mil residentes.
Bol dice que su organización consideró los problemas del área actualmente impactada por la indigencia, así como otros desafíos que enfrentan, para decidir abrir la pequeña biblioteca.
Su organización espera alcanzar las 100,000 para el final del año 2017.
“Consideramos que este lugar producirá un tipo de semillas de cambio de gran impacto”, esbozó.
La madre de Cruz, Verenice Cruz, de 35 años de edad, dijo que van a ser clientes frecuentes de este nuevo oásis de libros.
“Nos queda bien cerca, me gusta más que esté aquí”, acotó.
Algunos miembros de la fundación estaban temerosos de que la pequeña caja pueda ser vandalizada o maltratada, pero igual decidieron continuar con la idea.
“¿Que tal si alguien toma todos los libros? Pues creo que será algo bueno. Eso es precisamente lo que queremos” dijo Rubio entre risas.