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    Leobardo Becerra y Fabiola Delgado, en la parte de atrás, se encuentran en la fotografía junto a su hijo, Eloy Becerra de 11 años, quien es estudiante en la Academia Santo Rosario. La Diócesis de San Bernardino creó una fundación para ayudar a los estudiantes y sus familias con el costo de las matrículas. El objetivo es recaudar $3 millones por año.

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    Fabiola Delgado con su hijo Eloy Becerra, 11, quien es un estudiante en la Academia Santo Rosario.

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En un esfuerzo por ayudar a las familias y sus hijos a quedarse en las escuelas católicas del Inland, y para atraer a nuevos estudiantes, la Diócesis Católica Romana de San Bernardino tiene como meta aumentar veinte veces el monto para becas, a $3 millones al año.

“El motivo No. 1 por el que las familias no inscriben a sus hijos en las escuelas católicas es porque creen que no pueden pagar las matriculas”, dijo el portavoz de la Diócesis, John Andrews. “La fundación católica se está creando para resolver ese problema”.

La Fundación para la Educación Católica tiene previsto hacer disponibles las primeras becas en el año escolar 2015-16, informó Andrews. La meta es proporcionar becas de $1,000 a 3,000 de los aproximadamente 7,600 estudiantes en las 26 escuelas católicas en los condados de Riverside y San Bernardino, dijo Andrews. Pero eso depende si la Diócesis puede alcanzar su meta de $3 millones en recaudación de fondos, explicó.

Los donantes se comprometieron con $100,000 para la fundación desde junio, y un donante anónimo prometió dar $ 1 millón si esa cantidad puede ser igualada por otros donantes, informó Andrews.

Al principio, las becas probablemente sean otorgadas a los estudiantes que ya reciben ayuda para cubrir el costo de las matrículas y así los niños puedan continuar en las escuelas católicas hasta el doceavo grado, dijo Andrews. A medida que aumente el fondo de becas, el plan es de ofrecer becas a estudiantes que aún no están inscritos en una escuela católica, agregó.

“No queremos que los padres tomen una decisión basados en la asequibilidad en costo”, dijo Andrews. “Queremos que la decisión se base en lo que es mejor para sus hijos y el futuro de los mismos”.

Alrededor del 40 por ciento de estudiantes en las escuelas católicas de la Diócesis viven en o por debajo del nivel de pobreza, indicó Austin Conley, director de desarrollo para las escuelas diocesanas y el coordinador del lanzamiento de la fundación.

La Diócesis cuenta con unos $150,000 dólares disponibles para becas. Las escuelas ofrecen descuentos a algunas familias en el costo de matrícula. En el 2013-14, las escuelas reportaron $2.4 millones en descuentos, informó Conley.

Eso puede ejercer presión sobre las finanzas escolares, y provocar recortes en programas o despidos, dijo. Un descuento de $1,000 es dinero que la escuela no podrá utilizar para fines académicos o de otro tipo.

El fondo de becas ayudará a tomar parte de la carga financiera de las escuelas, explicó Conley. Esto dejará más dinero en las escuelas para pagar los sueldos del personal docente, programas, libros y reparaciones de edificios, entre otras cosas.

MATRÍCULAS DE $4,000 AL AÑO

La Academia del Santo Rosario, que se encuentra en un barrio principalmente de bajos ingresos en San Bernardino, ofrece descuentos a las familias que solicitan ayuda y cumplan con los requisitos financieros, dijo la presidenta de la escuela, Dalila Vásquez.

Pero la escuela no promueve los descuentos a otras familias porque opera con un presupuesto tan ajustado que no podría permitirse el lujo de ofrecer descuentos en la matrícula a todos los estudiantes, explicó Vásquez.

El costo total de la matrícula es aproximadamente $4,000 al año para los 154 estudiantes, que es el costo promedio para las escuelas primarias de la Diócesis.

La mayoría de las familias pagan el monto total, dijo Vásquez. Este ciclo escolar, el Santo Rosario distribuyó $30,000 en descuentos de matrícula basados en las necesidades; además de $12,000 del fondo de becas de la Diócesis a las 40 o más familias que reciben algún tipo de asistencia. Aun así, muchos de ellos pagan más de la mitad del total de la matrícula.

Fabiola Delgado y su esposo, Leobardo Becerra, de San Bernardino, inscribieron a su hijo Eloy, ahora de 11 años, en el tercer grado en una escuela pública después de que la escuela católica de su vecindario, San Antonio, cerró por motivos financieros en el 2011.

Poco después, Eloy estaba más agresivo y grosero en casa, y no prestaba atención como antes a lo que sus padres pedían que hiciera, explicó Delgado. Eloy repetía malas palabras que escuchaba de sus compañeros de clase de tercer grado que nunca había utilizado en la escuela católica, agregó.

Delgado y Becerra se acercaron a Austin y le explicaron que querían inscribir a Eloy en la escuela del Santo Rosario, pero no estaban seguros sí podrían pagar el costo completo de la matrícula. La familia recibió un descuento.

“Sin su ayuda, no lo hubiéramos logrado”, dijo Delgado.

Después de que Eloy regresó a la escuela católica, su comportamiento regresó a la normalidad y volvió a disfrutar de sus estudios, indicó Becerra.

Una de la razones de la creación de la fundación es para que los estudiantes, como Eloy, puedan continuar su educación católica hasta la secundaria, que tiene un costo de alrededor de $8,000 anuales en Aquinas en San Bernardino y Notre Dame en Riverside; y, más de $11,000 para Xavier College Preparatory en Palm Desert.

Los $3 millones que la diócesis está tratando de recaudar para las becas del 2014-15 serían solo un comienzo, dijo Andrews. La Diócesis probablemente necesitará más cada año para alcanzar su meta de aumentar el número de niños en escuelas católicas, agregó.

Hay espacio para cerca de 2,400 estudiantes adicionales en las escuelas católicas de la zona, dijo Andrews. Esos asientos adicionales son el resultado, en parte, a una disminución del 21 por ciento en la asistencia en las clases desde preescolar hasta el octavo grado en los últimos 10 años, informó Andrews.