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Joe Arpaio.
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Tucson.- El exalguacil de Arizona Joe Arpaio dijo que el cierre de la polémica Ciudad de la Carpas, que él ideó para detener a indocumentados, entre otros reos, es un “error” especialmente bajo la política migratoria de “mano dura” del presidente Donald Trump.

Mientras activistas celebran hoy el fin del “circo”, como lo calificó este martes pasado el sucesor de Arpaio, Paul Penzone, al anunciar el cierre de esta prisión al aire libre, su creador dijo a Efe que se trataba de una “equivocación”.

“Por supuesto que es una mala decisión, la cárcel cumplía con su propósito, las personas odian estar en este lugar”, aseguró Arpaio, quien fue durante 24 años alguacil del Condado Maricopa hasta el pasado 1 de enero tras su derrota electoral.

La cárcel ganó atención internacional no sólo porque los reos tienen que soportar las altas temperaturas del desierto de Arizona, de hasta 110 grados Fahrenheit, en carpas como las del Ejército, sino por el uso obligatorio de uniformes de rayas blancas y negras, y ropa interior rosada.

Arpaio señaló que tarde o temprano el condado la volverá a necesitar bajo el mandato de Trump, al considerar que el republicano llevará “más gente en las cárcel”, especialmente porque se están enfocando en “personas que cometen crímenes”.

Sin embargo, dijo, que una vez se cierre, no existirá otra cárcel similar porque “sería muy difícil volver a conseguir los permisos”.

Arpaio, quien estableció la prisión en 1993, explicó que lo hizo por la necesidad que existía en ese momento de camas adicionales en las cárceles.

“No es una cárcel cómoda ni tampoco es linda”, cumplía con su propósito de “castigar” a los reos, dijo Arpaio y rechazó que no se contara con la opinión de los votantes del condado para tomar la decisión.

“En mi carrera he hecho muchas cosas, no solo la Ciudad de las Carpas”, enfatizó Arpaio al rechazar que el cierre de la Ciudad de las Carpas borre su trabajo.

Mientras tanto, los activistas e inmigrantes celebraron hoy el fin del que fuera el “símbolo” del legado de “abuso de poder” de Arpaio, quien a finales de abril enfrenta un juicio por desacato a las órdenes de la corte en un caso federal de discriminación racial contra de conductores hispanos.

Su sucesor, Penzone, anunció que con la eliminación de esta prisión al aire libre, en los próximos seis meses, la oficina del alguacil se ahorrará unos 4,5 millones de dólares anuales.

“A partir de hoy el circo se termina, la Ciudad de las Carpas no es efectiva, solamente es una distracción, las carpas se quitarán”, expresó Penzone tras hacer efectiva la recomendación que le hicieron trece miembros de la comunidad.

El grupo Puente calificó como un “paso positivo” el cierre y señaló que sus esfuerzos estarán ahora encaminados a retirar a los oficiales de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) del interior de las cárceles.

Penzone precisó que los reos comenzarán a ser transferidos a otras cárceles en los próximos dos meses y esperan desmantelarla en los próximos seis meses.

A pesar del descenso en los reos, el costo de operación de la cárcel continuó siendo el mismo, unos 8,7 millones de dólares anualmente.

“Es un lugar horrible, el calor es insoportable, no hay agua o toallas mojadas que te lo quite, la piel se te reseca, te enfermas por respirar tanto polvo”, recordó María Santos, quien estuvo seis meses detenida en el lugar.

La cárcel tiene una capacidad para 2.100 reos, pero nunca operó a su máxima capacidad, albergando hasta 1.700 personas, pero de acuerdo a Penzone en los últimos años la población disminuyó paulatinamente hasta albergar un promedio de 700 a 800 reos diariamente.