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  • Judy Ávalos

    Judy Ávalos

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    Lucero Carrera, de 27 años y residente de Santa Ana, es acusada de asesinar a su hija de dos meses ahogándola en la bañera de la casa móvil que compartía con su madre.

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Mujer ordenó asesinato del padre de su hijo, según la policía

PERRIS – Después que un hombre fuera baleado cuatro veces en un intercambio de disparos cerca de Perris, la policía pensó en un principio que podría haber sido un asunto relacionado con drogas.

Pero su atención pronto se centró en la madre del hijo de la víctima, de 20 años de edad. Ella es ahora acusada por haber orquestado el intento de asesinarlo. El hombre sobrevivió a sus heridas.

Judy Avalos, de Perris, fue arrestada en el hospital mientras visitaba a su novio herido el día después del tiroteo del 30 de diciembre. Ella se declaró inocente al cargo de conspiración para cometer asesinato y se encuentra recluida bajo una fianza de 1 millón de dólares.

El atacante y un hombre que lo acompañó aún no han sido identificados, según el teniente David Lelevier. La compensación del atacante por el tiroteo parece no haber sido un pago en efectivo, sino una relación romántica con Avalos, dijo.

El abogado defensor, Nic Cocis dijo que Ávalos no quería que mataran a su novio. Avalos creía que iba a ser golpeado, no a recibir disparos, agregó Cocis.

El tiroteo fue reportado al Departamento del Alguacil del Condado de Riverside alrededor de las 9:30 pm en el bloque 23300 de la Calle Edmond, en el área no incorporada conocida como Good Hope.

Avalos les dijo a los investigadores que ella y su novio, de 24 años, habían ido a Bakersfield juntos para recoger un automóvil Jeep y que ella lo siguió de vuelta al Condado de Riverside en su camioneta, según indican documentos en una orden de registro. El novio esperó afuera en el Jeep mientras Avalos ingresaba a la vivienda de su madre a recoger a su hija de cuatro años. Avalos dijo que había estado dentro de la vivienda por unos 10 minutos cuando escuchó una lluvia de disparos y se lanzó al piso.

Después que el tiroteo se detuvo, Avalos dijo haber salido de la vivienda y encontrado a su novio, con cuatro heridas de bala, caminando en la entrada de la vivienda y con una pistola en la mano, según escribió el investigador Robert Cornett en documentos del registro.

Agentes del alguacil más adelante descubrieron un vehículo abandonado, el cual había sido robado, a unas cuadras de distancia. El vehículo estaba cubierto de agujeros de bala.

El novio les dijo a los investigadores que el atacante y otro hombre conducían un vehículo blanco cuando se acercaron a él mientras se encontraba estacionado en la Calle Edmond, según documentos de registro. Él dijo que el vehículo había pasado junto a él, luego se detuvo por unos minutos en el tope de la calle sin salida, y posteriormente se acercó a él con la ventana abajo.

Los hombres en el vehículo le dijeron que estaban perdidos y le pidieron instrucciones para llegar a la Autopista 74. Un minuto o dos más tarde, dijo, uno de ellos sacó una pistola y empezó a dispararle. Él dijo que tomó una pistola bajo su asiento y les disparó de vuelta mientras el carro se alejaba, según documentos de registro.

“(Él) dijo que había tenido una extraña conversación con Avalos unos días antes”, según reportó Cornett. “Él dijo que ella lo había llamado para preguntarle si le habían disparado”.

Cuando los investigadores le preguntaron a Avalos sobre la conversación, ella dijo que lo había soñado, añadiendo que “cuando ella sueña algo, las cosas se hacen realidad”, según Cornett.

Ella negó haber tenido algo que ver con el tiroteo y dejó que los agentes del alguacil descargaran datos de su teléfono celular.

Los investigadores dijeron haber encontrado varios textos sospechosos que habían sido borrados del teléfono. Avalos le escribió a alguien diciéndole que quería que se encargaran de su novio y que tenía que ser esa noche – el 30 de diciembre, según documentos de registro.

Ella escribió que él iba a estar en un Jeep estacionado frente a la casa de su madre y el individuo contestó que estaba listo con dos personas para esa noche. A las 9:24 pm, Avalos envió un texto para informarles que ya estaban allí. La otra persona contestó, diciéndole que borrara los mensajes de texto antes que “ellos hicieran su trabajo”, escribió Cornett.

Después de ser arrestada, Avalos les dijo a los investigadores que su novio la estaba maltratando y que no la dejaba salir de la casa con sus amigos, según Cornett. Avalos dijo que él le apuntaba con un arma y le decía que la iba a matar, pero que ella nunca lo había reportado a la policía, según los documentos de registro.

“Ella dijo que habían estado discutiendo toda la semana y que estaba ‘enojada’ con él”, según Cornett. “Ella dijo que lo que hizo estuvo mal pero que no sabía de ninguna otra forma de salir de la relación”.

Madre de Santa Ana acusada de ahogar a su hija en la bañera

SANTA ANA – “La sujeté. La ahogué en la bañera”.

Con esas palabras dirigidas a detectives y abogados acusadores de Santa Ana, Lucero Carrera admitió haber matado a su propia hija, a dos meses de su nacimiento.

Cuando los investigadores le preguntaron por qué ahogó a la joven Kimberly, el asistente del fiscal de distrito, Jim Mendelson, dijo que Carrera contestó, “para que no sufriera lo que yo sufrí”.

A casi dos años y medio después que la abuela de la niña regresó de compras para encontrar a su nieta sin vida en el dormitorio principal de su casa móvil, un jurado decidirá si Carrera es culpable de asesinar a la niña.

En su discurso de apertura en la corte de Santa Ana del juez Thomas Goethals, Mendelson describió a Carrera como una mujer profundamente perturbada que había sufrido por más de una década de un desorden bipolar, alternando entre estados maniacos y depresivos que duraban aproximadamente seis meses.

Carrera se había mudado de vuelta con su madre, Estela, después de varios meses de vivir con un hombre mayor en Las Vegas. Poco después de regresar a Santa Ana, Carrera descubrió que estaba embarazada. Carrera temía no ser capaz de cuidar a la niña, según Mendelson, pero su madre la persuadió a no dar a la niña en adopción y se encargó de la mayor parte de los deberes de su crianza.

El 29 de junio del 2012, Estela regresó de un viaje rápido a la tienda para comprar agua para la fórmula del bebé y carne para taquitos, y encontró a Carrera en el cuarto que las dos compartían con la bebé. Al ver a Carrera sentada sola al borde de la cama, Estela les dijo a las autoridades que le preguntó dónde estaba Kimberly.

“La ahogué”, fue lo que Carrera contestó, según Mendelson.

Estela sacó el cuerpo sin vida de Kimberly de la bañera, y trató histéricamente de revivirla. Escuchando sus gritos, los vecinos llamaron al 911 y corrieron a ayudarla.

No fue hasta que los paramédicos notaron una botella vacía de medicamentos que Carrera tomaba para su desorden bipolar que admitió que había ingerido 30 píldoras. Ella fue llevada al hospital, donde terminó en la unidad de cuidado intensivo.

Mendelson describió las acciones de Carrera como “infanticidio” combinado con intento de suicidio. Él dijo que tan pronto como Estela salió de la casa móvil, Carrera había tomado el medicamento, desvestido a Kimberly, llenado la tina de baño, cerrado la puerta del cuarto y luego sujetado a la niña bajo el agua hasta que dejó de resistir.

En la sala de corte, Carrera lloró cuando fotos del cuerpo de Kimberly fueron mostradas al jurado y a los espectadores, junto con imágenes de la tina al lado de una cuna color rosa.

Se espera que la abogada de Carrera, la defensora pública Kira Rubin, presente su discurso de apertura el jueves por la mañana.

Si el jurado decide que Carrera asesinó a Kimberly, una segunda fase del juicio determinará si estaba en control de sus facultades mentales al momento del hecho.