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Ni la lluvia, ni el frío detuvieron a los miles de devotos en la Gran Peregrinación del Valle de Coachella para conmemorar a la Virgen de Guadalupe.

Entre los paraguas, algunos de los peregrinos iban cargados con objetos de devoción. Se podían ver banderas, crucifijos, estandartes, estatuas, rosarios y otras imágenes marianas.

Luis Ortiz, de Jalisco, llevaba en un brazo un óvalo de madera con la Virgen tallada en él. Venía caminado con la imagen porque dijo que fue la misma que llevó su madre a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad de México para que él se curara.

“Ahora que me siento bien y puedo caminar otra vez, me la traje conmigo”, dijo Ortiz.

Ana Silva, de Jalisco, iba con un estandarte de la Virgen rodeada de fotos y nombres de familiares enfermos o fallecidos.

“Camino hoy por mi hija y mi sobrina porque padecen de una enfermedad la cual todavía no tiene cura”, dijo Silva. “Y otras personas me han pedido que les pusiera sus nombres, también”.

Jesús López, de Oaxaca, cargaba una estatua de la Virgen amarrada a la mochila. Llevaba siete años caminando por una promesa a la Virgen de Guadalupe, la cual no quiso revelar.

“Cada año camino por esta promesa”, dijo el joven.

Otros dos jóvenes alegres iban con retratos grandes de la Virgen sujetados en la espalda. Uno de ellos, Julio Adrián Vargas, del estado de Querétaro, dijo que venían para hacer una manda, que por lo general, es una cosa buena que se pide a la Virgencita.

Justine Boyer, de Cathedral City, llevaba una cruz sencilla adornada con flores rojas y blancas. Caminaba en la procesión con la idea de Jesús Cristo en mente, quien levantó y cargó su cruz a cuestas.

“Espero que con este sacrificio, tendré una recompensa para todo el año”, dijo la peregrina.

Otro caminante, Isidoro Hernández, de Guanajuato, no llevaba nada pero iba vestido con un traje especial, una túnica blanca parecida a la misma tilma que llevaba Juan Diego, con la Virgen de Guadalupe bordada en el frente.

“Hago esto por tradición que traigo de mi pueblo, al sur, para acompañarla a la Virgen hasta Coachella”, dijo Hernández.

La Gran Peregrinación de este año se dedicó a todas las personas que sienten miedos por dentro, bien sean espirituales o por perdidas de trabajo, comentó Jesús Mora, coordinador del Comité Guadalupano de Palm Springs. El título conjeturado para el tema de la décimotercera procesión fue: “Yo, el más pequeño de tus hijos, cúbreme y guíame”.

Mora le agradeció a su equipo de voluntarios por haber trabajado fuertemente para sacar la Peregrinación guadalupana adelante, que casi se canceló por cuestiones monetarias pero nunca por la tormenta del día, afirmó.

“Mira aquí estamos”, dijo.