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 Jennifer Sweeney, de 56 años y maestra en Southern California Online Academy, trabaja con la estudiante Helen Likharev, de cinco 5 y residente de Desert Hot Springs, durante un taller en el Museo Metropolitano de Riverside, el miércoles 17 de septiembre de 2014. Sweeney, maestra en el Distrito Escolar Unificado de Elsinore, no había recibido un aumento de sueldo durante siete años, además de días de cesantía laboral sin goce de sueldo por dos años. Ella recibió su primer aumento este año.
Jennifer Sweeney, de 56 años y maestra en Southern California Online Academy, trabaja con la estudiante Helen Likharev, de cinco 5 y residente de Desert Hot Springs, durante un taller en el Museo Metropolitano de Riverside, el miércoles 17 de septiembre de 2014. Sweeney, maestra en el Distrito Escolar Unificado de Elsinore, no había recibido un aumento de sueldo durante siete años, además de días de cesantía laboral sin goce de sueldo por dos años. Ella recibió su primer aumento este año.
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En otra muestra que la economía del Inland sigue aumentando después de años de declive económico, los ingresos de los residentes del área finalmente aumentaron en el 2013, y la tasa de pobreza empezó a reducirse, de acuerdo con estimaciones de la oficina del censo presentadas el pasado miércoles.

Aun así, el área de Riverside-San Bernardino-Ontario nuevamente cuenta con la tasa de pobreza más alta entre las 25 mayores áreas metropolitanas de la nación, y los ingresos medios en la región siguen muy por debajo del resto de California y de su nivel máximo en el 2007.

El ingreso medio anual por vivienda de 53,220 dólares de la región en el 2013 es más de 11,000 dólares menor que la cifra del 2007 en dólares ajustados a la inflación y 7,000 dólares por debajo de la cifra estatal del 2013.

La tasa de pobreza de la zona del 18.2 por ciento es una mejora comparada con la cifra del 19 por ciento del 2012 – pero sigue siendo un 50 por ciento más alta que la tasa del 2007. La definición federal de la pobreza es un ingreso anual de 23,850 dólares para una familia de cuatro.

Los expertos han dicho que las mejores cifras reflejan el crecimiento de la economía del Inland.

“Los empleos crecen en el área rápidamente, los precios de vivienda aumentan y la construcción ha empezado a mejorar”, dijo Christopher Thornberg, economista con la compañía Beacon Economics, con sede en Los Angeles. “¿Existe aún un residuo de lo que sucedió hace varios años? Claro. Pero vale la pena notar que lo mismo está sucediendo en mercados laborales a través del país. Las cifras van a ser mucho mejores el próximo año”.

La tasa de desempleo en los Condados de Riverside y San Bernardino se ha reducido de manera constante desde su punto máximo del 15 por ciento en julio del 2010 – una de las mayores tasas de desempleo en cualquier área metropolitana – hasta el 9.2 por ciento en julio.

Montaña rusa financiera

Terry Scharfe, de Corona, ejemplifica a la montaña rusa financiera y laboral que muchos residentes del Inland experimentaron durante la recesión económica.

Scharfe fue despedido de su trabajo como oficial de policía escolar en Huntington Beach en el 2009 pero fue capaz de encontrar un puesto similar en el Distrito Escolar Unificado de Hesperia poco tiempo después.

Pero también fue despedido de ese trabajo en el 2010, pasó seis meses desempleado y finalmente consiguió un puesto como oficial de seguridad que le pagaba menos de un tercio de lo que ganaba en Hesperia. En el 2011, Scharfe consiguió un empleo como agente especial con la compañía ferroviaria Union Pacific, donde tiene un sueldo superior a los 71,000 dólares anuales, una cifra similar a su salario en Hesperia.

Pero los efectos de la pérdida de su empleo y los bajos salarios que recibió como oficial de seguridad continúan pesando en su vida.

“Nuestras finanzas son un desastre”, dijo.

Él y su esposa están en riesgo de perder su vivienda por haberse atrasado en los pagos de la hipoteca. Él aún paga los préstamos que tuvo que obtener para pagar las cuentas.

Hoy día, la pareja tiene trabajos secundarios para crear una red de seguridad financiera en caso que uno de ellos pierda su empleo o trabaje menos.

Jennifer Sweeney, de 56 años y maestra en el Distrito Escolar Unificado de Lake Elsinore, recibió un aumento salarial del 8 por ciento este año. Pero el aumento tomó lugar después de siete años sin aumentos además de cuatro días de cesantía laboral sin goce de sueldo durante dos años, los cuales constituyen básicamente una reducción salarial. Así que, tomando en consideración el aumento en el costo de la vida, ella aún gana menos de lo que recibían el 2007.

Pero con el aumento salarial, Sweeney y su esposo finalmente fueron capaces de reemplazar su viejo vehículo y realizar algunas reparaciones a su vivienda.

“No estábamos muriéndonos de hambre, y éramos capaces de pagar nuestra hipoteca, pero no podíamos tener muchas cosas adicionales”, dijo Sweeney de los años de salarios estancados y descensos.

No esperen un aumento

El aumento estimado de los ingresos medios por vivienda entre el 2012 y el 2013 fue de menos del 2 por ciento. A pesar de la gradual recuperación económica, la mayoría de los empleadores serán lentos con los aumentos salariales, dijo Esmael Adibi, un economista en la Universidad de Chapman en Orange.

Con la tasa de desempleo aún por encima del 9 por ciento, ellos saben que probablemente recibirán muchos solicitantes para cada puesto y que sus empleados actuales tienen pocas opciones adicionales.

“El desempleo tiene que estar en un nivel razonable, del 5 o 6 por ciento”, dijo. “Es allí cuando observas presión salarial y los empleadores empiezan a pagar más”.

Beverly Earl, de Caridades Católicas de los Condados de San Bernardino y Riverside, dijo que el tipo de salarios de bajos ingresos que la gente acepta no es el único problema. Muchos empleadores solamente ofrecen trabajos de medio tiempo.

Muchas de las personas que se comunican con Caridades Católicas en búsqueda de alimentos, comida o ayuda pagando sus utilidades, renta o hipoteca, tienen empleos, dijo Earl, directora de servicios familiares y comunitarios para el Condado de San Bernardino.

“Nuestro mayor problema es la vivienda”, dijo. Alguien que gana entre 9 y 10 dólares por hora no puede darse el lujo de pagar 975 dólares mensuales para rentar un apartamento de una recámara, dijo.

A pesar de las cifras positivas del censo, Earl no ha visto una disminución en las solicitudes de ayuda en Caridades Católicas. Su oficina aún recibe más de 300 llamadas al día. Muchos clientes han estado desempleados por años.

“Acabo de terminar de ayudar a una mujer que no ha tenido gas en su vivienda por tres años”, dijo.

El servicio de gas de la mujer fue cortado después que perdió su empleo y no pudo pagar la cuenta, dijo. Hay personas como ella en todo el Inland.

“La gente aún sigue luchando”, agregó. “Ellos no pueden cumplir con sus necesidades básicas: vivienda, comida y transporte”.