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Marvin Gámez está listo para prestar su servicio en Nepal con el Cuerpo de Paz de los Estados Unidos.
Marvin Gámez está listo para prestar su servicio en Nepal con el Cuerpo de Paz de los Estados Unidos.
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Marvin Gámez, un joven de 21 años, acaba de terminar la universidad y en pocos días se irá – literalmente – hasta el otro lado del mundo.

En septiembre Gámez, quien en junio egresó de la Universidad de California, Riverside (UCR) con un título en Estudios Latinoamericanos, se irá a Nepal como voluntario del Cuerpo de Paz (Peace Corps en inglés).

“Me enteré del programa en una charla en un Centro de Carrera donde trabajaba. Cuando estaba en el tercer año de carrera universitaria fui a dejar a un representante de los Cuerpos de Paz y me puse a pensar acerca de ello. La idea se me metió en la cabeza”, dijo.

Este joven de origen salvadoreño explicó que aplicó por Internet en octubre del 2011.

“En noviembre tuve la entrevista y María Alejandra García, quien estaba terminando en este programa, había ido a Guatemala, me nominó en diciembre para trabajar en el programa de salud. Tuve que pasar un examen médico que se efectuó entre enero y abril. Fue largo pero todo salió bien”.

“En junio me llamaron del centro en Washington, D.C. y platicaron conmigo. Yo siempre pensé que me iba a ir a Latinoamérica pero me dijeron que había otra oportunidad en Asia”, mencionó.

El 25 de junio le confirmaron que se iba a Nepal, un país situado entre China y la India donde trabajará durante 27 meses.

“Me explicaron que la administración del Presidente Obama implementó este programa para alimentar el futuro. Nepal es uno de los países más pobres de Asia y vamos allá a crear programas y a establecer una fundación que pueda ayudarlos a producir su propia comida”, dijo Gámez.

Al preguntarle si de alguna manera estaba huyendo del desempleo en los Estados Unidos, respondió “yo siempre me confié mucho, sabía que me iba a ir. Si no se daba, entonces iba a pensar en el ‘plan B’. Pero yo sabía que era un buen candidato, tenía confianza que me iba a ir”, dijo.

Al indagar cómo compagina esta ida a Nepal con sus estudios, mencionó que en un futuro quiere hacer una maestría en salud pública. “Por eso el trabajo que voy a hacer en Nepal me va a ayudar”.

Para servir

El Cuerpo de Paz se define como una agencia del gobierno de los Estados Unidos que proporciona voluntarios capacitados a países alrededor del mundo que solicitan asistencia.

Los orígenes de esta agencia datan del año 1960, cuando el entonces senador, John F. Kennedy retó a los estudiantes de la Universidad de Michigan a servir a su país en la causa de la paz, viviendo y trabajando en países en desarrollo.

Cuando ya era presidente, Kennedy inició el programa de Cuerpo de Paz. Más de 200 mil estadounidenses han servido en este programa, 20 por ciento de los voluntarios pertenecen a minorías étnicas, pero todos deben ser ciudadanos de los Estados Unidos.

En el 2009, el Cuerpo de Paz recibió más de 15,000 solicitudes. En esta ocasión que Gámez solicitó uno de los puestos, quedó entre los finalista del oeste de EE.UU.

“Una cosa que me dijo la voluntaria fue que cuando me nominó, yo era uno de los 300 aspirantes del área de Arizona y Los Ángeles. Luego se redujeron a 23 candidatos y solamente me seleccionaron a mí en el área de la salud”, dijo Gámez.

El proceso de solicitud toma de nueve a 12 meses. La edad mínima para el servicio es de 18 años y no hay límite de edad adulta.

Estos voluntarios trabajan en las áreas de educación, salud y sida, negocios, medio ambiente, desarrollo de la juventud, agricultura y otros, en 139 países alrededor del mundo. No se les paga un sueldo completo, pero sí reciben un estipendio para comprar comida. Además el programa les da donde vivir, les da seguro médico y cubre el gasto de la transportación.

Indican que el Cuerpo de Paz es una excelente manera de iniciar una carrera, el educador y candidato demócrata a la asamblea por el Distrito 61, José Medina, es un ejemplo de ello.

Medina participó en el Cuerpo de Paz el mismo año que se graduó de UCR en junio de 1974.

“Mi experiencia fue maravillosa, era la primera vez que iba a Sudamérica, estuve en Colombia en las ciudades de Bogotá y Medellín. A los tres días de terminar mi ceremonia de graduación estaba partiendo a Miami para un proceso de entrenamiento”, dijo.

Medina estuvo casi un año en Colombia.

“Durante mi experiencia en el Cuerpo de Paz, enseñé a menores en las cárceles de hombres. Me tocó trabajar con jóvenes a quienes llamaban ‘gamines’ que eran esos muchachos indigentes que vivían en las calles robando carteras o prendas de la gente. Era un problema muy serio en Colombia en ese entonces”.

Afirmó haber dado clases de matemáticas, geografía e historia Colombiana a jóvenes de 13, 14 y 15 años, quienes aunque estaban en la cárcel de hombres, se encontraban en una sección separada por su edad.

“Todavía tengo el libro de historia que usé en Colombia”, dijo. Medina ha sido maestro en California durante 35 años.

“Fue por esa experiencia en el Cuerpo de Paz que me di cuenta que sí me gustaba ser maestro. Además también me hizo interesarme en las prisiones de aquí de los Estados Unidos”, dijo Medina, quien también ha impartido clases en las prisiones de aquí.

Familia y viaje

Marvin Gámez confesó que sus padres al principio no estaban muy contentos, especialmente su mamá.

“Les expliqué que iba a ayudar a mucha gente, pero estando tan lejos no me van a poder visitar, son unas 20 horas en avión”, comentó Gámez.

Su madre Marina Crispín, una salvadoreña de 44 años quien tiene 27 años en los Estados Unidos, informó que Marvin se va el 5 de septiembre desde Los Ángeles. “Todavía yo no lo puedo aceptar, se me hace muy difícil porque si se fuera a Honduras, Nicaragua o El Salvador lo podríamos ir a visitar”.

Más adelante expresó que “va a ayudar a los niños necesitados, es bueno para la gente. Si eso es por su bien”.

De su hijo, Crispín dijo que es una persona responsable.

“Es muy centrado, piensa las cosas, en ese aspecto no me da miedo. Sólo espero que esos dos años pasen volando. Yo no le voy a hacer sentir que me voy a morir”, dijo la mamá.

Confesó que a su hijo siempre le ha gustado viajar, conocer países y explorar, que es una persona que le interesa lo internacional.

“Pero claro, es muy distinto que siempre lo ande diciendo a ya ver que está listo para irse”, dijo Crispín.