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  • Bernardo Eustaquio, 73, visita al doctor Iqbal Munir durante su...

    Bernardo Eustaquio, 73, visita al doctor Iqbal Munir durante su cita para revisar el estado de su diabetes en el Centro Médico Universitario del Condado de Riverside en Moreno Valley el viernes 21 de octubre del 2016.

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    Bernardo Eustaquio, 73, ve al doctor Iqbal Munir durante su visita regular para revisar el estado de su diabetes en el Centro Médico Universitario del Condado de Riverside en Moreno Valley el viernes 21 de octubre del 2016.

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Bernardo Eustaquio ha padecido de diabetes de tipo 2 por los últimos 43 años y, ahora que ha cumplido los 73 años de edad, se la está tratando de cuidar más. Al inmigrante mexicano jubilado le ha dado aliciente cuidarse ya que tiene más tiempo libre que antes y siente que todavía le quedan años de vida. Muchos de sus conocidos con la misma enfermedad no han podido llegar hasta sus alturas.

Hace poco que Eustaquio llegó a su cita a la clínica para diabéticos que abre cada viernes en el centro sanitario público del Condado de Riverside, en Moreno Valley, donde ha reflexionado sobre las décadas que ha estado batallando con dicha enfermedad. Al principio, recuerda que se sintió asustado y deprimido porque los doctores le privaron de todas las comidas que el más disfrutaba.

“Cuando empecé con todo esto, me espantaron. No podía comer nada: ni tortilla, ni chile, ni carne ni aguacate. Solamente la verdura. Estaba como un palito y no quería seguir así. Pensaba que me había venido a este país por la pura necesidad porque me habían dicho que había comida aquí. Para vivir de esa manera, pensaba, mejor me regreso”.

Un día, sin embargo, dio la casualidad que visitó a un naturalista quien le explicó que para vivir con la diabetes era preciso el comer más a menudo y menos en cantidad, no quitarse de todo lo que le gustaba. “Si antes me comía 12 tortillas, el naturista me dijo que me comiera solamente una”.

El control de la diabetes es la clave

Marielena Cid, educadora y enfermera encargada del programa de diabetes en el centro médico Eisenhower en Rancho Mirage, entiende el desajuste cultural que muchos pacientes atraviesan ya que ha visto de cerca las complicaciones que puede provocar la diabetes en sus pacientes hispanos, especialmente los que llegan a la sala de emergencias con una diabetes descontrolada. Dice que, muchas veces, los médicos no entienden la importancia que tienen las costumbres de los pacientes hispanos.

“La comida es parte de la cultura y, por eso, no se le puede quitar porque no va a resultar”, observa. “Los pacientes se van a sentir y no van a querer regresar a la consulta”.

Desde luego, Cid reconoce que hay mitos acerca de la diabetes que los hispanos pueden creer. Por ejemplo, la diabetes no se causa por un enojo ni por un susto.

Al ser diagnosticado con diabetes de tipo 2, hay una posibilidad de mantenerlo en remisión pero nunca se quita del todo, enfatiza. Recomienda que se acepte la diabetes y que se aprenda todo lo se puede para saber controlarla. Por esta razón, Cid da clases a pacientes diabéticos, en español y en inglés, para que sepan cómo planear sus menús semanales. También les enseña cómo inyectarse o utilizar la bomba de insulina. Ella lamenta que en sus clases de español, que son gratis y abiertos al público, vienen pocos asistentes.

Es mucho mejor prevenir, que lamentar cuando uno ya la tiene, afirma Cid. “Tenemos que recordar que todavía no hay una cura para la diabetes. Lo único que podemos hacer es prevenirla: perdiendo peso, comiendo saludablemente, haciendo ejercicio (cinco días a la semana por 30 minutos) y bajando el nivel de estrés”.

Síntomas de la enfemedad

El sentirse muy cansancio, particularmente después de que haber comido, y el tener una sed insaciable son algunas síntomas de la enfemedad. indica Cid. Otras señales de alerta incluyen el tener mucha hambre, vista borrosa y el perder peso sin saber por qué. Cid ha notado que algunos de sus pacientes no tienen síntomas. “Nuestra tendencia es el de ir al médico solo cuando sea necesario. Pero para esta enfermedad, es mejor ir lo más pronto posible porque la diabetes no espera”.

Eustaquio, por su parte, admite que no siempre se ha cuidado como debería. Pero ahora viene cada tres meses al doctor Iqbal Munir, endocrinólogo del centro médico universitario público del Condado de Riverside, para que le revise la cantidad de insulina que se tiene que inyectar y las pastillas que tiene que tomar. Además, tiene que medirse la glucosa seis veces al día.

Munir, quien dice que la mayoría de sus pacientes son hispanos, ha incorporado una manera innovadora para atenderles mejor. Cuenta con un equipo de enfermeras, nutricionistas, profesionales de salud mental, estudiantes de medicina y voluntarios que están allí a su lado.

Robert Andalón es un estudiante graduado que sirve de voluntario en la clínica para darles seguimiento a los pacientes diabéticos. Les llama por teléfono o les manda mensajes de texto para ver cómo se sienten, a qué nivel esta su glucosa y si están siguiendo las metas que ellos mismos se han puesto para tener un estilo de vida más saludable.

“Aunque el mandarles un mensaje texto está bien, yo prefiero hablarles por teléfono”, dijo Andalón. “A veces les ayudamos a comprender cosas que no han entendido en la consulta y les clarificamos cualquier duda. La mayoría se sorprenden que les hayamos llamado”.

Al llegar a su casa, Eustaquio dice que le hablan por teléfono para ver si ha salido a darse unas vueltas al patio. “Aunque no tengo tanta fuerza, no estoy débil tampoco”, dijo el inmigrante mexicano, sonriente. “Sí aguanto”.

MITOS Y REALIDADES

Mito: La diabetes no es una enfermedad grave.

Realidad: La diabetes causa más muertes al año que el cáncer de seno y el sida juntos. Dos de cada tres personas con diabetes mueren por una enfermedad cardiaca o un derrame cerebral.

Mito: Las personas obesas o que tienen sobrepeso van a sufrir de la diabetes de tipo 2.

Realidad: El sobrepeso es un factor de riesgo para tener esta enfermedad pero otros factores de riesgo también influyen como los antecedentes familiares, raza y edad. Desafortunadamente, muchas personas no le prestan importancia a los otros factores de riesgo y piensan que el peso es el único factor de riesgo para la diabetes de tipo 2. La mayoría de la gente con sobrepeso no tiene diabetes de tipo 2 y mucha gente que tiene diabetes de tipo 2 tiene un peso normal o muy poco sobrepeso.

Mito: Comer demasiados dulces causa la diabetes.

Realidad: La respuesta no es tan simple. La causa de la diabetes de tipo 1 son factores genéticos y desconocidos que desencadenan el inicio de la enfermedad; la causa de la diabetes de tipo 2 son factores genéticos y de estilo de vida. La Asociación Americana de la Diabetes recomienda que las personas limiten su consumo de bebidas azucaradas para ayudar a prevenir la diabetes.

Mito: Las personas con diabetes no pueden comer dulces ni chocolate.

Realidad: Las personas con diabetes pueden comer dulces y postres si los comen como parte de un plan de alimentación saludable o en combinación con ejercicio. Estos alimentos no están prohibidos para las personas con o sin diabetes. La clave es comer una porción muy pequeña de dulces y reservarlos para ocasiones especiales, de modo que las comidas se enfoquen en alimentos más saludables.

Mito: La diabetes es contagiosa.

Realidad: No. Sabemos que la diabetes no es contagiosa. Parece haber ciertos factores genéticos en la diabetes, especialmente en la de tipo 1. El estilo de vida también cumple una función.

Mito: Si usted tiene diabetes de tipo 2 y su médico le dice que necesita empezar a usar insulina, eso significa que no está cuidándose correctamente.

Realidad: Para la mayoría de personas, la diabetes de tipo 2 es una enfermedad progresiva. Apenas reciben el diagnóstico, muchas personas con diabetes de tipo 2 pueden mantener la glucosa en la sangre en un nivel saludable sin medicamentos. Pero con el tiempo, el cuerpo gradualmente produce menos insulina, hasta que llega un punto en que los medicamentos no bastan para mantener la glucosa dentro de niveles normales. El uso de insulina para mantener la glucosa en la sangre en un nivel saludable es positivo, no algo negativo.

Fuente: Asociación Americana de la Diabetes (www.diabetes.org/es/)

Contact the writer: Comuníquese con la reportera: anaso@scng.com