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  • Eliseo Zelaya, quien cumplió 38 años hace unos días, recibe...

    Eliseo Zelaya, quien cumplió 38 años hace unos días, recibe diálisis tres veces por semana para extraer las toxinas y el exceso de agua en la sangre producido por el fallo renal.

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    Eliseo Zelaya, quien cumplió 38 años hace unos días, recibe diálisis tres veces por semana para extraer las toxinas y el exceso de agua en la sangre producido por el fallo renal.

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A los 27 años de edad, Eliseo Zelaya, residente de San Bernardino, comenzó a perder el apetito, a sufrir nauseas continuas, y a debilitarse. Su piel se volvió amarilla y debido al descontrol alimenticio, Zelaya perdió mucho peso, lo que le causó anemia. Una visita de emergencia al médico mientras sufría una fuerte fiebre, le confirmó lo que su familia cercana sospechaba: insuficiencia renal.

“Aun me recuerdo que el doctor me dijo ‘si no recibes atención inmediatamente no vivirás más de seis meses’. Se me vino la muerte a la mente”, comentó Zelaya, oriundo de El Salvador. “Desde entonces mi vida cambió para siempre”.

Zelaya, quien cumplió 38 años hace unos días, recibe diálisis tres veces por semana para extraer las toxinas y el exceso de agua en la sangre producido por el fallo renal.

Con el objetivo de que tanto Zelaya como los miles de pacientes que reciben diálisis todos los días reciban la atención adecuada en clínicas con el número apropiado de empleados altamente calificados, el Senador Estatal de California Ricardo Lara, introdujo la propuesta de ley SB 349, “Seguridad del Paciente en Diálisis”.

De convertirse esta propuesta en ley ordenaría inspecciones anuales a las clínicas de diálisis y ofrecería el número necesario de empleados en cada clínica. Bajo la ley actual, las inspecciones a dichas clínicas son realizadas cada seis años, y debido a que muchas clínicas no cuentan con suficiente personal, la vida de miles de pacientes está en peligro, añadió.

Arreglar la industria

“Los pacientes de diálisis son abuelos, niños, y hermanos, no son cifras en una hoja de balance. Es hora de arreglar la industria del diálisis y mejorar la atención al paciente”, indicó Lara.

La propuesta de ley es apoyada por el Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios/Trabajadores Unidos de Cuidado de Salud del Oeste (SEIU/UHW por sus siglas en ingles). Según Sean Wherley, portavoz de SEIU/UHW, la iniciativa aumentaría la proporción de empleados por pacientes para poder brindar una óptima calidad de servicio.

“En las clínicas de diálisis hay tres clasificaciones de empleos, técnicos de cuidado de pacientes, los enfermeros registrados y los trabajadores sociales. Pedimos que la proporción de los técnicos, los que se encargan que las maquinas funcionen óptimamente, sea de un empleado por cada tres pacientes”, comentó Wherley. “Por su parte, pedimos que en cada clínica haya un enfermero registrado por cada 8 pacientes, y un trabajador social por cada 75 pacientes”.

Según el sindicato, dos de las más populares empresas que operan cientos de clínicas de diálisis en todo el país—DaVita y Fresenius Medical Care—generaron ganancias de 2.9 mil millones de dólares en 2015; sin embargo, los trabajadores argumentan que dichas compañías gastan el dinero en lugar de invertirlo en la mejoría de atención al paciente.

Según datos de DaVita, con sede en Denver, Colorado, el beneficio neto atribuible por el último trimestre de 2016, fue de 158 millones de dólares. DaVita, la cual opera 2,350 clínicas de diálisis en todo el país, calcula que los ingresos consolidados ajustados para el 2017 sea de entre 1.6 mil millones de dólares y 1.7 mil millones de dólares.

Según Brian Stern, vicepresidente de grupo DaVita basado en California, de acuerdo a medidas independientes de control de calidad federal, la atención a pacientes de diálisis ya está entre las mejores en la nación y la legislación podría traer consecuencias no deseadas. Stern agregó que un enfoque de tamaño único podría dañar a los pacientes y compañeros de equipo.

“Si una de nuestras enfermeras se retrasa en el tráfico o se reporta enferma, la legislación propuesta nos obligaría a no proveerles el tratamiento que les salva las vidas. Nuestra industria ya está muy regulada. Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid mantienen a los proveedores de diálisis responsables ante 376 reglamentos específicos y regularmente aparecen en el sitio para encuestar los centros de diálisis”, comentó Stern a La Prensa. “Toda la comunidad de diálisis, y nuestros compañeros de equipo en particular, se centran intensamente en el cuidado de cada uno de estos pacientes. Estamos orgullosos de invertir en nuestros compañeros y en nuestras comunidades”.

Por su parte, Cameron Lynch, vicepresidente de asuntos de gobierno de Fresenius, dijo a La Prensa que la compania ofrece una excepcional atención de alta calidad en todas las clínicas y a todos los pacientes y que continuamente buscan mejorar la calidad de servicio. Lynch añadió que la legislación deseada podría ser contraproducente.

“Utilizamos nuestros recursos financieros para invertir en investigación y programas que mejoran la calidad de vida de los pacientes y reducen su necesidad de ser hospitalizados. Poner los intereses económicos ante nuestros pacientes va en contra de lo esencial de nuestra misión de mejorar la vida de cada paciente, todos los días”, comentó Lynch.

Mejorar la ley

Según los simpatizantes de la propuesta de ley, el objetivo es evitar muertes innecesarias debido a la falta de empleados. Como ejemplo citaron el caso de un paciente que colapso en el estacionamiento debido a la falta de atención adecuada en marzo del año pasado en la ciudad de Anaheim.

De aprobarse, California sería el octavo estado en el país en tener niveles mínimos de personal en dichas clínicas. Entre los estados que cuentan con tal beneficio están Georgia, Maryland, Massachusetts, Oregón, Carolina del Sur, Texas y Utah.

La diabetes genera un elevado nivel de azúcar en la sangre lo que a través de los años podría causar daños a los riñones– filtros que limpian y oxigenan la sangre. Al ser dañados, los desechos y líquidos se acumulan en la sangre, lo que causa la intoxicación.

A este daño se le llama nefropatía diabética y puede ser retrasado controlando la glucemia y la presión arterial, además de tomar los medicamentos adecuados y evitando alimentos altos en proteína. Para evitar ser diagnosticado con diabetes tipo 2, se recomienda elegir alimentos sanos, restringir los alimentos chatarras y el consumo elevado de bebidas azucaradas, así como mantener un peso ideal a través de actividad física.

Una lucha diaria

“El proceso dura tres horas cada día, al principio me debilitaba mucho pero ahora el cuerpo ya se acostumbró. Es una bendición poder recibir la terapia pero a la vez es un calvario ya que te ata a un lugar, no puedes viajar lejos y tienes que cuidarte mucho”, comentó Zelaya.

Los riñones de Zelaya han dejado de funcionar por completo y es la diálisis lo que lo mantiene de pie mientras espera la llegada del trasplante de riñones. Zelaya es uno de más de 120,000 personas a nivel nacional que espera un trasplante de algún órgano, y después de 10 años en diálisis la espera se acorta.

“Me dijo el doctor que ya estoy cerca de recibir ofertas de trasplante, solo tengo que entregar unos estudios más y listo”, dijo Zelaya. “Tengo fe en que así será, confío en que pronto mi vida cambiará para bien”.

Zelaya es uno de alrededor de 63,000 pacientes con problemas renales que reciben diálisis en 565 clínicas en el estado de California, de las cuales 63 se encuentran en la región de Inland Empire, conformada por los condados de San Bernardino y Riverside.