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Betsy y Steve Froehling, al frente de su casa junto a muchas de sus pertenencias que fueron destruidas durante la tormenta Sandy. Según expertos, muy poca gente estaría preparada si un desastre de este calibre sucediera en California. (Kathy Kmonicek/AP)
Betsy y Steve Froehling, al frente de su casa junto a muchas de sus pertenencias que fueron destruidas durante la tormenta Sandy. Según expertos, muy poca gente estaría preparada si un desastre de este calibre sucediera en California. (Kathy Kmonicek/AP)
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Miren la devastación que la tormenta Sandy ha causado.

Si usted es originario de esas regiones – como lo soy yo, nacido y criado, que solía jugar béisbol al cruzar de la calle de una planta que explotó la semana pasada – respire profundamente mientras ve las imágenes de lo que ha ocurrido.

Siéntase triste. Identifiquese. Y recuerde que algún día California estará en esa misma situación.

Ya sea que usted es el importante jefe de una compañía o tan sólo un ciudadano común, o alguien en medio de esos dos, ¿está usted listo?

La realidad es que California está tan poco preparada para un desastre natural, que ha creado el sitio web TotallyUnprepared.com, que en español se traduce a “Totalmente sin preparación”, solamente para hablar acerca de la preparación para un desastre natural.

En el sitio web hay información sobre cómo prepararse para un terremoto, un incendio forestal o una inundación. Tal vez se quiera informar sobre los simulacros que se acaban de hacer a lo largo del estado. Pero prestemos atención a unas estadísticas un poco preocupantes sobre el estado de California en su totalidad:

Sólo el 12 por ciento de las propiedades residenciales del estado tienen seguro para terremotos.

Sólo el nueve por ciento de las propiedades comerciales tienen seguro para terremotos.

En este estado de la costa que tiene más de 20 millones de propiedades, solo hay 260,000 pólizas de seguro para inundaciones.

“Mucha gente dice ‘esto no me va a pasar a mí’”, dijo Richard McCarthy, director ejecutivo de la Comisión de Seguridad Sísmica del estado, que ayudó a crear el sitio web

TotallyUnprepared.com.

Para comenzar, aunque afortunadamente, el estado no ha sufrido un gran desastre recientemente. Sí ha habido terremotos, inundaciones e incendios, pero no a una escala mayor que llegan a tener un impacto significante en la psicología del estado. Así que tenemos un sentido de confianza falso.

También hay un gran número de personas que malinterpretan sus pólizas de seguro básicas y lo que cubren y lo que no cubren. Los daños causados por terremotos, inundaciones e incendios típicamente no están cubiertos. Y cuando muchos analizan el costo por añadir esa cobertura, el costo parece muy alto.

Aparte, muchas personas y negocios asumen incorrectamente que el gobierno los ayudará en caso de una emergencia, pero históricamente la ayuda viene de préstamos a bajo costo.

“¿Está protegido mi negocio?, ¿mi hogar? En la mayoría de los casos, la respuesta es ‘no’”, dijo Pete Moraga, portavoz del Network de Información de Seguros de California.

Tal vez igual de problemático, según dicen los expertos, es que la gente y las organizaciones no calculan apropiadamente los costos de una recuperación.

No se trata de tan sólo reponer los activos más grandes. ¿Cómo es que las personas logran recuperar otros gastos, desde la reubicación de un negocio, hasta tener que detener un negocio, o la comida que se puede echar a perder, hasta electrodomésticos decompuestos.

Y que tal la vida después de un desastre: ¿Usted y su negocio tienen todo lo necesario para poder vivir varios días, en caso de que no tenga acceso a todas esas cosas que compra cada semana y que muchas veces subestimamos, como comida, agua, energía o un techo? Puede comenzar por comprar linternas, agua y comida en enlatada. Aparte de eso, ¿ha pensado en una evacuación o un plan de comunicación?

Los negocios que ya operan con una economía apretada están aún en mayor riesgo. Los negocios ya tienen poco inventario, un sistema empresarial en donde sólo compran cosas que definitivamente necesitan. Y con la economía, las prácticas como ésta se han vuelto prácticas más comunes.

Básicamente, no se puede cometer ningún error, incluso en un buen día.

Cuando hay un desastre, ya sea cerca o lejos de un negocio, los suministros se vuelven más escasos. Los negocios, incluso si están lejos del desastre, terminan lastimados.

La industria automovilística de Japón, junto con toda la economía, sufrió durante varios meses después del terremoto del 2011, cuando los autopartes y las fábricas de proveedores fueron dañados. Y miren cómo los precios de la gasolina aumentan en California cuando las refinerías, que ya estaban bastante limitadas, se enfrentan a otro reto más.

Así que mientras vemos que la Costa Este se recupera de la tormenta, imagine la vida de los californianos después de que “The Big One” o “El grande” llegue a ocurrir.

Moraga nos dio una estadística muy fuerte: Un cuarto de los negocios que cierran después de un desastre nunca volverán a abrir.

Los desastres sin planeación, dijo Moraga, “son una buena manera de salir del mercado”.