El FC Barcelona se proclamó campeón de la Copa del Rey 2017 tras superar por 3-1 al Deportivo Alavés. Con esta victoria, el equipo culé consigue su tercera Copa del Rey seguida y la 29na. de su historia.
Por su parte, el Alavés llegaba a su primera final de Copa y a la segunda de su historia tras la final de la Copa de la UEFA en 2001 en la que perdió por 5-4 ante el Liverpool en el tiempo extra.
Para la afición blanquiazul, esta final representaba una fiesta y dejaron ver los colores de su equipo por Madrid antes de la final.
La capital de España albergó a unos 25.000 aficionados del Alavés que llegaron de Álava (Norte de España). Se concentraron en su “Fan Zone”, donde también se unieron algunos seguidores del Barça para celebrar como hermanos la gran final entre dos comunidades, la vasca y la catalana, que históricamente se llevan bien.
El presidente albiazul, Alfonso Fernández de Trocóniz, y el máximo accionista de la entidad, Josean Querejeta, también se unieron a la fiesta. Querejeta dijo que “venimos de un situación en la que el equipo estaba prácticamente liquidado y nos encontramos en un momento importante en poco tiempo. Es una etapa para consolidarnos y con esta final y la permanencia en Primera se da un primer paso”.
Poco antes de la final, en los aledaños del estadio Vicente Calderón se veían miles de aficionados de ambos equipos listos para animar a sus equipos. Camisas, bufandas, caras pintadas, los colores azul y grana por el Barça y azul y blanco por el Alavés teñían las calles, ante la atenta mirada de miles de policías que vigilaban la gran fiesta.
Al final ganó el FC Barcelona, pero la afición del Alavés vivió un día especial. Habían animado a su equipo en una final de la Copa del Rey, un acontecimiento que no todas las aficiones de España pueden presumir de haber hecho.
Tres Clásicos este verano
Con la victoria del Barca en la Copa y del Real Madrid en la Liga, este verano habrán tres partidos entre blaugranas y merengues en 19 días entre julio y agosto, uno de ellos un amistoso en Miami el 29 de julio.
El triunfo del Barça confirmó su presencia en la Supercopa de España, donde ya esperaba el Madrid. Será la tercera vez que ambos clubes se disputen este título en lo que va de siglo, tras las ediciones del 2011 (ganó el Barcelona) y 2012 (victoria del Madrid). La ida será en el Camp Nou, el 12 o 13 de agosto, y la vuelta se celebrará en el Santiago Bernabéu, el 15 o 16. Las fechas aún tienen que ser anunciadas oficialmente por la Federación Española.
Pero antes, el amistoso en EE.UU., parte del “International Champions Cup”, servirá de calentamiento. En ese amistoso no jugará Cristiano Ronaldo, que estará de vacaciones tras la participación de la selección de Portugal en la Copa Confederaciones por haber quedado campeona de Europa. Por su parte, el también portugués André Gomes será baja en el equipo azulgrana.
Un choque entre dos grandes clubes que, aunque no tenga carácter oficial, tiene emocionados a los amantes del “soccer”. Las entradas para ver el Clásico en el Hard Rock Stadium de Miami ya se revenden en páginas legales a 360 euros, el triple de su precio inicial en taquilla cuando aún faltan dos meses.
