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WASHINGTON.- El gobierno estadounidense ha deportado a un 4% de las decenas de miles de niños no acompañados que han tratado de cruzar la frontera sin permiso en los últimos años, dijo el martes un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional a una comisión legislativa.

Thomas Homan, director de deportaciones del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), dijo a la Comisión de Asuntos Judiciales del Senado que 7.643 niños no acompañados fueron devueltos a sus lugares de origen entre los años fiscales de 2012 y 2015.

Más de 171.000 menores —la mayoría de Honduras, El Salvador y Guatemala— fueron detenidos en la frontera en ese período.

El número de niños detenidos cuando trataban de infiltrarse en el país aumentó súbitamente en el 2014, y el gobierno entonces prometió que quienes no merezcan recibir estatus de protección en Estados Unidos serían devueltos a sus países en forma expedita.

Según las leyes federales, los niños provenientes de países que no tienen frontera con Estados Unidos deben ser remitidos al Departamento de Salud y Asistencia Social para ser trasladados al hogar de un patrocinante, usualmente un familiar, mientras un juez evalúa el caso. Debido a que suman más de 474.000 los casos retrasados, algunos procesos pueden demorar años.

Juan Osuna, funcionario del Departamento de Justicia a cargo de los tribunales de inmigración, dijo el martes a los legisladores que un 40% de los inmigrantes que son citados a la corte nunca comparecen. Al no presentarse, por lo general se emiten órdenes de deportarlos.

Hallar a los niños sobre los que penden órdenes de deportación es particularmente complicado, ya que muchas veces no se encuentran en la dirección suministrada originalmente al gobierno.

“Los estamos buscando pero es difícil hallarlos”, dijo Homan. “Muchas de estas personas que no comparecen en la corte, no sabemos dónde están”.

La revelación de estas cifras sobre inmigración surge en medio de tensiones políticas sobre cómo el gobierno está aplicando las leyes para regular el flujo migratorio, y temores de que podría haber otro éxodo de niños migrantes que arriben a la frontera en los meses venideros.

Durante dos días a comienzos de enero, agentes del ICE arrestaron a 121 inmigrantes que cruzaron la frontera sin permiso como familias. Al igual que a los menores, todos recibieron órdenes de deportación. Pero algunos legisladores demócratas, al igual que ciertos activistas, opinaron que no deben ser deportados a sus países de origen porque podrían caer víctimas de la violencia y pobreza allí.

Muchos republicanos discrepan, y algunos de ellos reiteraron el martes que los que se encuentran sin autorización en el país deben ser deportados.

“No puede ser que todo joven de Centroamérica tenga el derecho a recibir asilo o a ingresar en este país”, dijo el senador Jeff Sessions, republicano de Alabama.