Si usted fuera la esposa artista de un marinero del siglo 17 en Francia, no dejaría escasos recursos que disuadan de la decoración de su hogar con estilo.
Usted transformaría las viejas velas de su marido en los revestimientos de suelos bien pintados, que rivalizarían con las de los hogares ricos. Los marineros británicos los comenzaron a traer de vuelta como souvenirs, y nació un capricho con un alcance y longevidad impresionantes.
Los lienzos pesados – llamados “linóleos” en Gran Bretaña y “tapices” cuando el arte llegó a Norteamérica – serían pintados con diseños simples o complejos, dependiendo del nivel de habilidad de los artistas (pintores de casas a menudo) y la situación financiera de los propietarios de las viviendas. El término “linóleo” probablemente se refiere a las pinturas a base de aceite de linaza y recubrimientos aplicados a los lienzos.
Resistente al agua, resistente a los insectos y fuerte, el tapiz se hizo tan popular en los hogares estadounidenses. Thomas Jefferson, George Washington y John Adams tenían tapices en sus hogares, todavía se puede ver uno en el Monte Vernon – de color verde, ya que Washington trató de simular el césped al aire libre.
Cerca de principios del siglo 20, el advenimiento de la producción masiva de linóleos puso de moda a los tapices elaborados a mano, pero en los años 60 y, más recientemente, los artistas han redescubierto de nuevo el oficio.
Julie Biggs de Pickerington, Ohio, pintó sus diseños contemporáneos, como lunares o flores naif en tonos de rosa, gris turquesa, amarillo y carbón. Una alfombra verde de lunares, sería un aspecto fresco y joven en la habitación de un niño.
Está jugando con las ideas de otros, también.
“Mi técnica favorita en este momento es un estilo de capas, desgastadas, que incluye varias capas de diseños en un tapiz”, dice Biggs. “Una vez que he terminado de pintar cada capa, pongo arena en algunas de las mejores para que las sub-capas miren a través. Da al tapiz un ambiente cálido, con un toque encantador que amará. Recientemente, he estado inspirada por los colores y diseños de telas y tejidos modernos”.
Weathersfield, de Lisa Curry Mair en Vermont, elabora sus alfombras en una granja de 200 años de edad, adornada con muchas de sus creaciones. Ella trae el amor por la historia, las ilustraciones de libros infantiles y las matemáticas en sus diseños.
Una brújula de marinero y una alcachofa son algunos de sus mas vendidos, y los hace diseños personalizados. Lo más difícil de conseguir, dice, es la forma duradera de las piezas y eso es en gran parte debido a la cantidad de artesanos aficionados que hacen productos de calidad inferior.
“Utilizan un tapiz ligero, pintura y acabados baratos. Un tapiz en una cocina de mucho tráfico debe enfrentarse a perros, niños y todo tipo de abusos”, dice Mair.
Un tapiz fuerte debe estar plano y sin baches u ondulaciones, dice. “Cuando hago tapices para museos, deben tener a más de 30,000 visitantes al año caminando sobre ellos”.
Lucía Blum de Wilmington, Carolina del Norte, les da a las alfombras un aspecto artesanal. “Cat Nap” presenta un gato negro y blanco rodeado de la materia de los sueños del gato: peces de colores, pájaros y ratones. “Bunny” retoza en un campo verde rodeado de zanahorias y rábanos.
La artista Faith Wilson les da un enfoque pictórico a sus tapices a menudo inquietantes, sugerentes. Hojas de gingko, coníferas y pájaros negros habitan suavemente en tonos sepia lavados como fondo.
Si usted está interesado en probar su suerte con los tapices, el sitio web HGTV le da algunas instrucciones. El sitio web de Mair tiene un video de cómo hacerlos, además de una tienda de suministros.
