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    Javier Yáñez afuera de su balcón, donde colgó ambas banderas para celebrar las reestablecidas relaciones entre Estados Unidos y su natal Cuba, el lunes, 20 de julio 2015.

  • El jefe del Departamento de Policía de Riverside, Sergio Diaz.

    El jefe del Departamento de Policía de Riverside, Sergio Diaz.

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Extrañamente el 20 de julio no fue un día tan ocupado para Sergio Díaz, jefe del Departamento de Policía de Riverside.

A diferencia de otras ocasiones, este lunes los temas importantes para el jefe Díaz no fueron ni el crimen, ni la seguridad, ni las pandillas. Parte de su atención estuvo fija en la reanudación – 54 años después – de las relaciones diplomáticas de Cuba y Estados Unidos.

Durante el acto oficial, celebrado en Washington, D.C., el canciller cubano Bruno Rodríguez, dijo que con el restablecimiento de las relaciones entre ambos países, culmina una primera etapa y se abre paso al complejo y largo proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales.

“Es grande el desafío”, subrayó.

John Kerry, secretario de Estado viajará a La Habana el 14 de agosto para celebrar la reapertura de la embajada norteamericana en ese país. En conferencia de prensa Kerry dijo que ése era un día histórico.

“Este logro no significa que las diferencias que separan a nuestros gobiernos hayan terminado, pero reflejan la realidad de que la guerra fría terminó hace mucho tiempo y que los intereses de ambos países están mejor servidos si hay un compromiso”, dijo Kerry.

Díaz nació en Quivicán, al sur de La Habana y a los 7 años de edad llegó a Estados Unidos en un vuelo de Pan American, como parte de la Operación Pedro Pan que entre 1960 y 1962, coordinada por la Arquidiócesis de Miami, y con el respaldo del gobierno de los Estados Unidos, sacó de Cuba a más de 14,000 niños.

“Aún no he podido entender los beneficios para la comunidad norteamericana”, dijo Díaz en conversación telefónica. “Yo creo que muchas personas no se dan cuenta de lo que dicen, hay comentarios desde ‘queremos visitar Cuba antes de que nosotros los americanos los arruinemos’. Creo que no se dan cuenta de que esto puede ser ofensivo. Hay cosas peores que le pueden pasar a Cuba”.

Sin embargo – y a título personal – Díaz dice que él no habla de estos temas con sus amistades y también dice que no piensa volver a Cuba.

“Para mí sería un poco irrespetuoso volver a Cuba. Mi padre fue parte de una de las brigadas en Bahía de Cochinos. Mientras no hayan cambiado las cosas, considero irrespetuoso visitar Cuba”, dijo Díaz.

Explicó también que desde su punto de vista todo esto se está viendo como una oportunidad de turismo y se está dejando de lado la falta de libertad que se vive en Cuba.

“Para muchos Cuba son sólo Chevrolets viejos y edificios en semiruinas. No se dan cuenta lo que realmente hay detrás”, dijo Díaz. “Por alguna razón yo no siento esa fuerte añoranza por Cuba. Estoy consciente de mi cultura y a veces cuando experimento alguna nostalgia, escucho la música y hay ocasiones en que la añoranza es más fuerte, como cuando visité Republica Dominicana y Puerto Rico y pude ver la misma tierra rojiza, el mismo cielo azul y el mismo verde de mis recuerdos en Cuba. No me interesa volver a la playa; tal vez me gustaría volver a montar un caballo a Quivicán”.

Reacciones opuestas

Gisela González Frannea tiene 67 años. Nació en Guantánamo y llegó hace casi 50 años al condado de Orange.

González considera que la opinión que tienen los cubanos sobre el restablecimiento de las relaciones políticas entre Cuba y Estados Unidos varía dependiendo de los años en los que salieron del país.

“Nosotros salimos a un exilio político y los que llegaron después, la mayoría por el puente La Habana-Miami, o por otro país, lo hicieron por razones económicas”, dijo González Frannea. “Yo llegué con mi familia en 1966, salimos huyendo por un problema político. Salimos a través de España. Ahí estuvimos refugiados por dos años y después llegamos al condado de Orange”.

Para González el haber reanudado relaciones diplomáticas con Cuba no es algo bueno.

“Es una traición demasiado grande lo que el gobierno de Obama está haciendo para los que nacieron aquí, los que nacieron allá, los que han muerto, los que han intentado cruzar por el mar”, dijo González Frannea. “Yo y la mayoría de la gente que salieron en aquellos años, pensamos que es una traición”.

González Frannea dice que las embajadas son solamentes una apertura económica. Tener una embajada en La Habana requeriría también tener una comisión de derechos humanos, dijo.

“En lugar de abrirse al turismo, deberían hacerse verdaderos convenios de trabajo, que se abran los ingenios para que la gente pueda trabajar. El cambio tendría que ser para el pueblo, no para que la gente vaya a divertirse solamente. Es como si se abriera un burdel”, dijo González Frannea.

Por su parte, JJ Pérez, residente del condado de Riverside y nacido en Cuba, dice que apoya el cambio.

“Ya era hora. Hemos tenido una política tonta con Cuba”, dijo Pérez, de 69 años de edad. “El bloqueo no ha consegido nada y Cuba nunca ha sido una amenaza para nosotros. Llevamos relaciones con Vietnam y otros paises mucho más peligrosos que Cuba”.

Oportunidad de estudios

Sin duda se vive una nueva etapa. Meses antes de que se hiciera el anuncio de la apertura de las embajadas, educadores cubanos ya estaban abriendo puertas con la Universidad Estatal de California, Fullerton (CSUF). Un grupo de profesores y periodistas visitaron a CSUF en diciembre 2014.

A principios de este mes de, CSUF anunció un programa de intercambio estudiantil con Cuba. Ya se iniciaron las negociaciones con la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana para trabajar en un programa conjunto.

El diario The Orange County Register publicó que el intercambio está abierto a estudiantes de periodismo que quieran tomar clases en La Habana.

“Esta es una gran oportunidad para que nuestros estudiantes de periodismo experimenten una cultura de periodismo diferente”, indicó el profesor Jason Shepard, presidente del Departamento de Comunicaciones en CSUF.