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El presidente Barack Obama habla en la Casa Blanca en Washington el miércoles 17 de diciembre del 2014 para anunciar que Estados Unidos y Cuba han acordado reanudar las relaciones diplomáticas.
El presidente Barack Obama habla en la Casa Blanca en Washington el miércoles 17 de diciembre del 2014 para anunciar que Estados Unidos y Cuba han acordado reanudar las relaciones diplomáticas.
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LA HABANA.- En un gesto que nadie esperaba, Cuba y Estados Unidos decidieron el miércoles restablecer sus relaciones diplomáticas interrumpidas hace más de 50 años, lo que augura el comienzo de una nueva era entre los dos países al superarse un impasse que permanecía como vestigio de la Guerra Fría.

Los cubanos se agolparon en torno a los televisores para escuchar al presidente Raúl Castro en un discurso transmitido en cadena nacional, en el que anunció la noticia e informó que había hablado telefónicamente con el presidente Barack Obama la víspera.

“Hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas”, afirmó Castro en la televisión vestido con su uniforme verde olivo de general, sentado en un escritorio. “Los progresos alcanzados en los intercambios sostenidos demuestran que es posible encontrar solución a muchos problemas. Debemos aprender el arte de convivir de forma civilizada con nuestras diferencias”.

Entre esos puntos de vista distintos se refirió a los profundos desacuerdos entre La Habana y Washington en temas como derechos humanos, política y soberanía extranjera.

“El bloqueo económico comercial y financiero, que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país, debe cesar. Aunque las medidas del bloqueo han sido convertidas en ley, el presidente de Estados Unidos puede modificar su aplicación acorde a sus facultades ejecutivas”, expresó el mandatario cubano.

Sin embargo, a pesar de la nueva apertura, el embargo económico continuará porque fue el Congreso estadounidense el que lo autorizó y solamente los legisladores pueden cancelarlo, algo que no se avizora ocurra pronto debido a la fuerte oposición de muchos integrantes del Partido Republicano al acuerdo alcanzado por Obama.

“Proponemos al gobierno de Estados Unidos adoptar medidas mutuas para mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre nuestros países basado en los principios del derecho internacional”, dijo Castro.

El presidente de la isla también agradeció las gestiones realizadas por el Vaticano, que facilitaron la liberación del contratista estadounidense Alan Gross y de un cubano que estuvo encarcelado en Cuba casi 20 años por espiar para Washington, a cambio de tres agentes cubanos presos en Estados Unidos. El hecho de que ambos países retuvieran a estos prisioneros había sido uno de los principales obstáculos para restablecer las relaciones diplomáticas.

En las inmediaciones de la zona colonial conocida como La Habana Vieja, muchas personas salieron a los portales. En las aceras, en las entradas de los negocios o las escuelas primarias, la gente se congregó en grupos para escuchar el histórico anuncio televisado que coincidió con una declaración ofrecida por Obama en Washington.

Estudiantes irrumpieron en aplausos ante la noticia. Otros informaban a parientes y amigos por teléfono o se asomaban a las puertas de sus centros de trabajo para comentar con vecinos y transeúntes.

“¡Qué bueno! Las desavenencias están quedando en el camino y creo que se abre un futuro mejor para nosotros”, dijo Milagros Díaz, de 34 años.

Las campanas de varias iglesias repicaron poco después del anuncio. La Universidad de San Gerónimo, dependencia estatal, también hizo doblar sus campanas por la satisfacción que producía el anuncio de la normalización de las relaciones diplomáticas, dijo la recepcionista del lugar.

Expertos coincidieron en que esta jornada marca un parteaguas en las relaciones bilaterales de ambos países.

“Parece que el presidente Obama se ha convertido en el líder transformador que prometió”, dijo el analista y ex diplomático cubano, Carlos Alzugaray. “Siempre he pensado en la metáfora de la presa. El bloqueo es una pared que impide que las aguas fluyan entre los dos países libremente, y cuando se le abriera un hueco a esa presa ya era indetenible”.

La Habana lucía tranquila tras la alocución de Castro y el anuncio, pero se respiraba mucha emoción y expectativa entre los cubanos.

En enero de 1961, el presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower rompió relaciones diplomáticas con Cuba luego de que la isla mostró una marcada inclinación a profundizar sus relaciones con la Unión Soviética. En febrero del año siguiente, su colega John F. Kennedy decretó el embargo total del comercio con Cuba.

El líder Fidel Castro, quien delegó el poder en 2006 a su hermano Raúl, no ha comentado sobre el nuevo acuerdo.

Los cubanos también evaluaron los escenarios que suponen una mejora de relaciones entre La Habana y Washington.

“Es una victoria de Cuba porque la logra sin ceder en los principios básicos. Para Obama creo yo que es una medida espectacular”, dijo Guillermo Delgado, un jubilado de 72 años.

Otras personas destacaron la importancia política que tiene, como gesto, las liberaciones de presos por parte de ambos países.

“Raúl, Fidel, Obama y el papa se han cubierto de gloria; está abierto el camino, qué bueno”, afirmó Gabriel Serrano, de 71 años. “Es una noticia que tanto he esperado”.

Por otro lado, algunos disidentes expresaron su molestia con Obama porque no los consultó antes de emprender un cambio en su política exterior hacia Cuba.

El opositor Guillermo Fariñas consideró una “traición” por parte de Obama, quien aseguró, le dijo personalmente a él y a la líder del grupo opositor Damas de Blanco, Bertha Soler, que serían consultados.

Otro activista, Antonio Rodiles también expresó su decepción. “Las medidas de hoy… mandan un mal mensaje”, afirmó.

Gross fue arrestado en diciembre de 2009 cuando, como subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) y sin el permiso de las autoridades, trató de ingresar al país para instalar equipos de telecomunicaciones.

Cuba consideró que los programas de USAID tenían como objetivo socavar su gobierno y Gross fue sometido a juicio y condenado a 15 años de prisión.

A su vez, tres cubanos liberados por Estados Unidos —Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, que formaban parte de un grupo de espías conocido como “Los Cinco”— llegaron a la isla y la televisión cubana mostró imágenes suyas. Los otros dos integrantes de ese grupo, René González y Fernando González, ya habían sido liberados previamente porque cumplieron sus condenas.

“Estamos emocionados”, dijo Hernández al fundirse en un fuerte abrazo con Castro, que fue a recibirlos al aeropuerto.

Los Cinco son considerados héroes en Cuba, pues su objetivo era infiltrase entre los grupos violentos de exiliados de la Florida. Fueron arrestados a finales de la década de 1990 y declarados culpables en 2001 en Miami por asociación ilícita, no registrarse como agentes extranjeros y otros delitos conexos.

Entre los cubanos también hubo comentarios cautelosos de cara al futuro.

“Todavía falta porque no se ha levantado el bloqueo y vamos a ver si es verdad”, dijo a la AP Pedro Durán, un trabajador independiente de 28 años. “Por el momento yo no creo que haya una mejora inmediata”.

Pero para Carlos González, trabajador informático de 32 años, la alocución de Castro ofrece “esperanza porque con esto se ha logrado superar diferencias; es un avance que abre el camino a un futuro mejor entre los dos países”.