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LA HABANA.- Cuba puso el lunes a disposición de inversores extranjeros una cartera de negocios por 8.700 millones de dólares y espera con ello darle impulso a su golpeada economía, que necesita recursos foráneos para incrementar su crecimiento.

El ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, presentó ante empresarios y diplomáticos visitantes a la Feria Internacional de La Habana una lista de 246 proyectos que van desde la producción de pollo y la fabricación de vacunas o botellas hasta el desarrollo de parques eólicos.

“Cuba apuesta con fuerza para aprovechar los beneficios asociados a la inversión extranjera para impulsar el desarrollo”, dijo Malmierca.

La cartera de negocios sigue en la misma sintonía de la aprobación este año de una ley de inversión extranjera y la apertura de un puerto en la localidad de Mariel y una zona franca y de desarrollo aledaña.

Sin embargo, en ese área -que lleva un año de fundada- las autoridades no han informado la instalación de ninguna empresa.

Según el funcionario, Cuba necesita una inversión extranjera de unos 2.000 millones de dólares al año para lograr un crecimiento de 5% contra el 1% actual.

“Los gobiernos podemos hacer mucho para crear un clima pero al final los negocios los tienen que hacer las empresas”, reconoció Malmierca para quien hay un cambio en la mentalidad cubana de hacer negocios con capitales extranjeros, pues antes se los consideraba “complementarios” de la economía y ahora se los ve como un agente “fundamental” en algunos sectores.

La cartera de negocios presentada incluye una ficha con la descripción del proyecto, la modalidad de inversión, la contraparte cubana, el monto estimado del negocio y el potencial mercado para el producto.

En un documento entregado en la presentación se puede observar que los proyectos se extienden por todo el país desde uno para convertir una plaga de arbustos llamados marabú en carbón vegetal por cuatro millones de dólares en Camagüey hasta la construcción de una planta de producción de cemento por 400 millones de dólares en Holguín.

Durante décadas los empresarios foráneos solían encontrarse con problemas de burocracia o impagos y las autoridades cubanas veían con desconfianza a los inversores, pero a partir de una serie de reformas encabezadas por el presidente Raúl Castro en 2010 se comenzó una campaña para atraer capitales como parte de la necesidad de echar a andar las finanzas.

Malmierca reconoció las tensiones en torno a la inversión extranjera en el pasado y mencionó como “obstáculos” las sanciones impuestas por Estados Unidos que inhiben a muchas firmas ante la posibilidad de recibir sanciones por parte de Washington. También admitió la falta de liquidez de la isla, que ha obligado a las empresas a reclamar pagos atrasados una y otra vez.

El ejecutivo chino George Yan dijo que en mayo solicitó permiso para construir una planta de ensamblaje de luces en el puerto en Mariel por un millón de dólares, pero hasta ahora no había recibido permiso.

Los cubanos “tienen cierto temor de que si van muy rápido” no pueden volverse para atrás, pues ellos prefieren ir más lento, hacer todos los estudios”, dijo Yan a la AP.

Malmierca también reconoció ante periodistas que se los había acusado de actuar demasiado lento. “Nosotros lo vamos a hacer a nuestra manera y lo queremos hacer bien”, argumentó el funcionario.

Empresarios de 60 países se dieron cita en la Feria Internacional de La Habana, el foro comercial más importante de la isla, que se desarrollará hasta el 8 de noviembre.