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Foto de archivo de Juana Cárdenas originaria de San Cristobal, Guanajuato, que muestra la fotografia de su hijo Rubén Ramírez Cárdenas, quien se encuentra sentenciado a muerte en Livingstone, Estados Unidos.
Foto de archivo de Juana Cárdenas originaria de San Cristobal, Guanajuato, que muestra la fotografia de su hijo Rubén Ramírez Cárdenas, quien se encuentra sentenciado a muerte en Livingstone, Estados Unidos.
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Washington.-  El estado de Texas programó para el 8 de noviembre la ejecución del mexicano Rubén Ramírez Cárdenas, condenado a muerte por secuestrar, violar y asesinar a su prima de 16 años en 1997.

Ramírez, que según el Departamento de Justicia Criminal de Texas tiene 47 años y es natural de Guanajuato, irrumpió por la ventana en la vivienda de su prima Mayra Laguna en McAllen, municipio del sur de Texas fronterizo con Reynosa (Tamaulipas).

Él y un cómplice, Tony Castillo, la secuestraron, violaron y lanzaron su cuerpo sin vida a un canal de Edinburg, municipio cercano a McAllen.

La autopsia demostró que Laguna fue violada, golpeada y estrangulada.

Por ese crimen, Ramírez Cárdenas fue condenado a muerte en 1998.

Cárdenas es uno de los 51 mexicanos condenados a muerte en EE.UU. cuyos casos ordenó revisar la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en 2004 en una sentencia conocida como “Fallo Avena”.

A estos presos, de acuerdo con el fallo, se les violó su derecho -recogido en la Convención de Viena sobre relaciones consulares- a solicitar asistencia legal a su país tras su detención.

Desde que la CIJ falló en 2004, el estado de Texas ha seguido ejecutando a ciudadanos mexicanos, cuatro de ellos “en franca violación” del “Fallo Avena”, según sostiene la Cancillería mexicana.

Los últimos fueron Edgar Tamayo y Ramiro Hernández, en 2014.