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Felipe Calderón deja un legado mixto.
Felipe Calderón deja un legado mixto.
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MÉXICO Cuando llegó al poder hace seis años, el presidente Felipe Calderón fijó como prioridades de su gobierno el combate a la pobreza, la generación de empleos y la seguridad pública.

A terminar su mandato la semana pasada, Calderón dejó un México con estabilidad y tras remontar al país del colapso durante la crisis económica mundial, pero con una violencia mucho mayor, pocos cambios en los niveles de pobreza y un anémico incremento de empleos.

Su Partido Acción Nacional (PAN) fue considerado la esperanza para una nueva democracia cuando su predecesor, Vicente Fox, derrotó al Partido Revolucionario Institucional (PRI) después de 71 años de gobiernos ininterrumpidos. Ahora Calderón entrega la presidencia de vuelta al PRI y con un país dividido acerca de cuál es el camino que tomará México.

En una de sus acciones finales, propuso cambiar el nombre oficial del país de “Estados Unidos Mexicanos” a sólo “México”.

“Como tras seis años de ejercicio del poder la realidad del país no cambió para bien, entonces, al menos, habría que terminar cambiándole de nombre al país. ¡Vaya final!”, escribió el jueves el historiador y columnista Lorenzo Meyer en el diario Reforma.

Formal y serio en público, Calderón es un hombre visto como alguien que mantenía un círculo de confidentes que pensaban como él. En su mandato, no tuvo el poder de años atrás para simplemente ordenar cambios en un país con nuevas reglas democráticas. Llegaba a ser descrito como obstinado, especialmente en su lucha contra el crimen organizado.

Pero también es conocido como alguien que se relajaba cuando se refería a los triunfos internacionales de México en el área deportiva o cuando hablaba sobre turismo.

También es reconocido por haber logrado que México se sobrepusiera a una de las peores crisis económicas en la historia mundial.

“Si algo se puede aplaudir de los 12 años de gobiernos del PAN es una disciplina económica que nos mantuvo al margen de las crisis grandes. Nos blindó y estamos listos para crecer bien”, dijo a The Associated Press Roy Campos, presidente de la encuestadora Mitofsky.

El presidente saliente no tuvo grandes logros en términos de transparencia y estado de derecho. La oficina gubernamental encargada de combatir la corrupción estaba encabezada por una persona designada por el Ejecutivo más que un investigador. Su reforma judicial para tener juicios orales no ha sido implementada a nivel nacional cuatro años después de que fue aprobada.

Incluso algunas de sus propias estadísticas oficiales no muestran un gran desempeño. Cuando Calderón asumió la presidencia en diciembre de 2006, un 42.6 por ciento de la población estaba en pobreza. En la más reciente medición, en 2010, el porcentaje era de 46.2 por ciento, un incremento atribuido a la crisis internacional y al incremento de los precios de alimentos. No se han divulgado nuevas cifras.

A finales de 2006, el país tenía casi 13.6 millones de empleos formales y para octubre de 2012 había unos 16,2 millones, lo cual implicó una creación de poco más de 2,6 millones de puestos de trabajo en seis años de gobierno. Y aunque aparece como una cifra positiva, las propias autoridades han reconocido que se necesitan más de un millón de empleos al año para enfrentar la demanda laboral.

Los homicidios alcanzaron 101,199 en el período de gobierno de Calderón, un 36 por ciento más que los 74,586 registrados en la administración anterior, según un informe divulgado esta semana por el centro de estudios privados México Evalúa.

Calderón ha repetido que tenía la obligación legal y moral para lanzar una ofensiva contra los carteles de las drogas, que se convertían en grupos cada vez más violentos y que buscaban el control de territorios e incluso de autoridades.

“La historia habrá de juzgar y recordar a quienes lucharon por un México libre, libre del yugo del crimen y de la delincuencia”, dijo Calderón el 20 de noviembre durante el 102 aniversario de la Revolución Mexicana, uno de los eventos que marcaron la historia del país.

La presidencia no respondió a repetidas solicitudes de la AP para realizar una entrevista.

En discursos recientes, Calderón había lamentado que su lucha contra el crimen organizado y el incremento de la violencia opacaron cualquier logro.

Calderón cuenta entre sus principales logros la expansión de la cobertura de salud a través del llamado Seguro Popular, que ofrece servicios a la gente que no está afiliada a ninguno de los otros dos sistemas de salubridad que cubren a más de 60 millones de personas.

Su gobierno ha construido cerca de 21,000 kilómetros de carreteras, puentes y caminos, que supera los aproximadamente 19,300 kilómetros hechos en las dos administraciones anteriores.

Las reservas internacionales superan los 160,000 millones de dólares, una cifra récord. La producción de petróleo se encontraba en declive y actualmente se ha estabilizado en unos 2.5 millones de barriles diarios. Calderón ha dicho que hace seis años México era el noveno exportador mundial de automóviles y ahora es el cuarto.

Algunos le reconocen el manejo que hizo su gobierno.

“A pesar de esa profunda crisis, los saldos de desempleo, de pobreza, incluso de inequidad no saltan a los extremos”, dijo a la AP Nicolás Loza, experto de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en México. “El barco finalmente se mantuvo a flote”, añadió.

Pero no todos piensan así.

“Regularmente se menciona la famosa estabilidad macroeconómica como uno de los mayores logros, cuando en realidad el problema es que a pesar de ello hay un entorno de bajo crecimiento económico”, dijo a la AP José Luis de la Cruz, director del Centro de Investigación en Economía y Negocios de Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México.

El experto dijo que sólo entre 2006 y 2011 la economía tuvo un crecimiento promedio de alrededor 1.6 por ciento, uno de los peores comportamientos en la historia reciente del país.

Para Alfredo Coutiño, director para Latinoamérica de la consultoría Moody’s Analytics, el gobierno de Calderón podría definirse como uno en el que “solamente se administró la estabilidad económica… pero no se mejoró ni se incrementó la capacidad potencial de crecimiento de la economía mexicana”.