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Con frenos en los dientes y con su mochila cargada, el muchacho entra al bus. Entre la “guaza” de otros chamacos, él se pone a imaginar con su chavalita dándose besos de piquito en la biblioteca de la escuela secundaria, y, luego, jugando futbol americano mientras su morra vestida de “cheerleader” lo hace fantasear estar muy cerca de ella. Ese es el video de “Mi Niña Traviesa”.

Pero en otro, Luisito, ya sin mochila, se despide de su novia por la mañana y ella le dice: “Gracias, fue una gran noche”. Lo que no sabía el malandrín es que los guaruras de su candidato a suegro le iban a echar el guante y llevarlo con el dueño de esa mansión. El video de “Escápate” pareciera que va a concluir en un crimen estilo mafia, luego de una persecución en el Este de Los Angeles, cuando… su suegro les tira las llaves del auto y los deja ir.

¿Cuál es el video que expresa mejor las fantasías actuales de los jóvenes?, se le pregunta a Luis Coronel, quien a sus recién cumplidos 21 años, acaba de dar a conocer el sencillo “Qué se siente”.

“Yo creo que es el primero, el de la escuela. El otro es más como para una relación ya más avanzada”, dice.

También, Coronel, quien apenas se hizo “mayor de edad”, cree uno de los fenómenos recientes que le asombran de las parejas jóvenes actuales es que la tecnología de comunicación algunas veces si amenaza el romanticismo de la pareja (en el Facebook no se pueden darse esos encuentros diurnos en la biblioteca, ni los encuentros nocturnos del video “Escápate”).

“Yo creo que el romanticismo si se está perdiendo un poco”, dice.

 

Todo ha pasado muy rápido. ¿Cómo te sientes?

“Uauu… Hasta la fecha todavía no me siento como que estoy ahí, pero me encanta que tenga tanto trabajo, y para mí esa es una gran responsabilidad”.

¿En qué forma tu carrera musical cambió los planes que tenías y que tenía tu familia?

“La verdad es que ni yo, ni mi familia sabíamos dónde íbamos a quedar”, dice Coronel al comentar sobre cosas inesperadas. “Cuando murió mi papá nos separamos, y algunas cosas anduvieron mal. Yo me fui a vivir a un gimnasio”.

Nacido y crecido en los Estados Unidos, en distintas ocasiones se ha referido a la importancia de su abuelo, y la importancia que tuvo fortalecer su identidad binacional cuando se presentó en un concierto de Río Roma en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México.

Y aunque su panorama musical apenas se abre a distintas fusiones y experimentaciones (como irse de rumba, con Farruko), no le teme a las “reacciones secundarias” que vienen con la fama, entre ellas las adicciones.“Mi padre me dijo alguna vez: aprende de los demás, aprende de sus errores… Y yo, la verdad es que he aprendido de lo que les ha pasado a algunos”.

La generación de Coronel, una generación que casi nace con el milenio, ha tenido una gran variedad de alternativas de estilos de vida, así como de gustos musicales, donde se puede brincar de la banda sinaloense al reggaetón boricua.

El se siente más atraído a lo que antes simplemente se clasificaba como “música ranchera” y ahora puede entrar en las categorías de “regional mexicana” o “banda”, sin que esto resuelva el problema de las definiciones.

El considera importante abrirse a los diálogos entre estilos y géneros, e incluso a la posibilidad de cantar en inglés, pero sin dejar de lado al sonido de las tarolas, metales y acordeón.

“Pero, cuando me haga viejito, quiero tener el gusto de decir que hice algo en la regional mexicana”, dice quien ve una influencia mayor en Larry Hernández. “¿Grabar en inglés?… Claro. Me encantan los riesgos”.

A Coronel le gusta soñar en las posibilidades que se le presentan,, pero no deja de preocuparse por los “soñadores”, los “dreamers” que llegaron de niños a los Estados Unidos con sus familias inmigrantes, y que ahora su futuro es un poco incierto por la actual política migratoria.

“Este es un mundo muy difícil para ellos, y hay que estar bien enfocados. Yo lo que les puedo decir es que tengan mucha fuerza, mucho valor, que el mundo no se acaba, y que una frontera no nos puede matar (nuestras aspiraciones)”.