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CORONA: Familiares piden $5 millones por la desaparición de tumbas en Cementerio Sunnyslope

  • Bill Cervantez en la tumba de su hermano en 1930....

    Bill Cervantez en la tumba de su hermano en 1930. Cervantez dice que la tumba de su hermano fue profanada cuando se construyó una fosa común.

  • John Delgado, Bill Cervantez, Lola Varela y Lupe Solorio, todos...

    John Delgado, Bill Cervantez, Lola Varela y Lupe Solorio, todos alegan que las tumbas de sus familiares fueron profanadas cuando se construyó el cementerio Sunnyslope Cemetery.

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Una fotografía de 1967 de la fosa común del Cementerio Sunnyslope muestra cientos de lápidas que rodean un árbol de pimienta.

Algunas de las lápidas eran de fabricación casera, hechas de madera y concreto por las familias pobres de migrantes que enterraron a sus seres queridos allí desde 1892 hasta principios de la década de 1940. Otras fueron reconstruidas por los Boy Scouts para preservar el lugar en Corona.

El árbol de pimienta sigue ahí, las lápidas desaparecieron. Todo lo que queda de la fosa común es una lápida de granito y dos cruces blancas enterradas del lado este del árbol.

Los familiares de los fallecidos presentaron una demanda colectiva solicitando $5 millones en compensación, reclamando que los administradores del cementerio, sin fines de lucro, reclasificaron imprudentemente la zona el año pasado, eliminando los marcadores para ocultar las tumbas existentes “con el propósito de vender parcelas de tierra” a los compradores incautos, según una copia de la denuncia presentada la semana pasada ante el Tribunal Superior de Riverside.

Amador Corona, el abogado con sede en Corona que representa a las familias, se reunió con los 15 demandantes en su oficina el miércoles, 29 de abril. Los familiares formaron un semicírculo, para escuchar a Corona señalando una vieja fotografía pegada a un tablero de anuncios: Bill Cervantez, de 3 años de edad, con la cruz blanca para la tumba de su hermano en una mano y un ramo de flores en la otra. Hoy, Bill Cervantez tiene 88 años.

UN PROBLEMA CONTINÚO

No es la primera vez que la fosa común ha sido investigada por su presunta profanación. En 1994, las autoridades estatales y del condado ordenaron un estudio geofísico de la zona después de que varias familias afirmaron que sus familiares fueron enterrados bajo los terrenos de un desarrollo en la década de 1980.

El informe, preparado por Peterson & Associates y que compartió el abogado Corona, declaró que el área cercada al este del árbol de pimienta contenía restos humanos. Los resultados de la Zona A, el área cercada al oeste del árbol no fueron concluyentes. La Junta de Cementerios del estado suspendió la búsqueda de otras dos parcelas por falta de fondos.

El año pasado, la Zona A fue vendida a la Sociedad Islámica de Corona-Norco. Actualmente hay 17 tumbas, pero el área tiene capacidad para 400 parcelas. El abogado Scott Schutzman, quien trabaja junto con el abogado Corona en este caso, dijo que la demanda colectiva también pide la indemnización a las familias de los recién enterrados en el cementerio musulmán.

Ron Mowry es administrador de Sunnyslope. Dijo que en 1992 tomó fotos y vídeos de la propiedad para documentar las condiciones. Sostiene que sólo quedaban cinco lápidas —todas al este del árbol de pimiento en la fosa común.

“Las conclusiones finales del estudio fueron que no se encontró ninguna prueba de restos humanos en el lugar”, dijo Mowry sobre el cementerio musulmán.

Mowry agregó que los registros muestran que 258 personas fueron enterradas en la fosa común, pero las listas en los libros sólo muestran el nombre y la fecha de entierro —no específica coordenadas.

Corona dijo que los registros de la biblioteca revelaron el entierro de cerca de 600 indigentes en la fosa común, aunque no proporciona las ubicaciones exactas.

‘SIMPLEMENTE DESAPARECIERON’

Eva Mejía, de 88 años, visitó la tumba de su hermana durante más de 60 años. Es una de esas visitas hace unos años, dijo, la cruz de concreto había desaparecido.

“No podía creer que no pudiera encontrarla”, dijo Mejía. “Nunca abandonamos su tumba. Siempre la visitábamos; ahora, simplemente desapareció”.

Richard Becerra recuerda que cuando era niño limpiaba la tumba de su abuelo.

Él cree que las tumbas de los trabajadores de bajos ingresos, como su abuelo, fueron descartadas por la administración que vio poca utilidad en su mantenimiento.

“Esto no habría ocurrido con gente rica, se aprovecharon de los pobres”, dijo Becerra.

Mowry dijo que nunca ordenó el retiro de lápidas del área, y sólo se hizo una nivelación menor para eliminar la maleza.

No existen fondos para el mantenimiento de la zona.

Corona dijo que podría tomar más de un año antes de que el caso se lleve ante un jurado. Él espera que las reuniones de negociaciones para un acuerdo se llevarán a cabo antes del juicio. Mientras tanto, trabajará en establecer contacto con los familiares, “posiblemente miles”, que tienen familiares enterrados en la fosa común de Sunnyslope.