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WASHINGTON.- Los congresistas republicanos regresaron esta semana al Capitolio para confrontar una realidad incómoda: Donald Trump es su casi seguro candidato presidencial, pero en lugar de unificarse en su apoyo, importantes figuras como el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan están renuentes a respaldarlo.

Esa situación sumamente inusual ha creado un panorama difícil para los republicanos en el Congreso, algunos de los cuales temen que Trump afecte sus propias posibilidades de reelección en un año en el que el partido lucha por retener una mínima mayoría en el Senado.

Esa nota discordante resuena en momentos en que continúa el proceso de primarias hacia las elecciones para la presidencia y el Congreso, con votaciones el martes en West Virginia y Nebraska.

“Él es nuestro nominado y no hay razón para que yo no esté feliz con ello”, afirmó el senador republicano Tim Scott, de South Carolina, quien busca la reelección. A la pregunta de si apoyaba a Trump, Scott respondió: “Es una pregunta ridícula. Obviamente, si apoyo al nominado entonces apoyo al candidato, ¿no crees?”.

Pero quizás la pregunta no es tan ridícula en un año electoral en el que el Partido Republicano ha sido puesto contra sí mismo, quizás irrevocablemente, por un millonario divisivo que durante años fue un demócrata registrado y en la campaña ha insultado a mujeres, hispanos, discapacitados y otros.

Muchos líderes republicanos han expresado apenas un respaldo reticente, si acaso. Esa posición irrita a otros en el partido que dicen que es hora de unificarse detrás de Trump y prepararse para una muy probable contienda contra Hillary Clinton en noviembre.

“Tienen que meterse en la cabeza que él es nuestro nominado”, afirmó el senador James Inhofe el lunes, cuando los legisladores regresaron de un receso de una semana durante el cual Trump se aseguró la nominación.

Trump se reunirá el jueves en el Capitolio con Ryan, el líder de la mayoría republicana del senado Mitch McConnell —quien le ha ofrecido su respaldo— y otros líderes del partido en ambas cámaras.

Ryan tuvo un tono ligeramente conciliatorio en entrevistas con reporteros de su estado el lunes, al tiempo que defendió su asombrosa decisión de negarse a respaldar a Trump.

Ryan criticó la idea de que cualquier republicano vaya a lanzar una candidatura independiente o por un tercer partido para retar a Trump, diciéndole al Milwaukee Journal-Sentinel que eso sería “un desastre para nuestro partido”.

Dijo que renunciaría al tradicional papel del presidente de la cámara baja como líder de la Convención Nacional Republicana si Trump así lo desea, algo que el candidato insinuó el fin de semana. Ryan insistió en que el partido debe buscar unificarse y Trump debe liderar el esfuerzo.