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    Las fotos personales de Carmen Mendoza, de 56 años, su hija, Sheyla Mendoza, de 21 años, y Stephanie Henríquez, de 21 años, decoran el monumento conmemorativo en su honor, tras morir al ser atropelladas por un conductor ebrio, el fin de semana pasado en Anaheim.

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    Esta pancarta pide que Sheyla, una de las víctimas que murió en un accidente el fin de semana pasado, descanse en paz.

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Las decoraciones de un baby shower aun colgaban del apartamento de Evelyn Morales, el lunes de esta semana, mientras hablaba de la última vez que vio a la madre de su novio, una de tres mujeres que murieron el sábado pasado en un choque que la Policía cree involucró a un conductor ebrio.

Carmen Mendoza, de 56 años y residente de Anaheim, al igual que su hija, Sheyla Mendoza, de 21 años, y su sobrina Stephanie Henríquez, de 21 años, estaban caminando a su carro aproximadamente a las 11 de la noche, para regresar a su casa tras el baby shower de Morales cuando fueron atropelladas por un Honda Civic rojo, dijo la Policía.

“Era gente muy buena, muy dulce”, dijo Morales.

El residente de Buena Park Anthony Lewis Sánchez, de 40 años de edad, está bajo arresto por sospecha de conducir bajo la influencia del alcohol y por homicidio vehicular, después de que las mujeres fueron mortalmente atropelladas en la cuadra 100 de la avenida South Western, cerca de la avenida Lincoln, a las 11 de la noche del sábado pasado, dijo el sargento de la Policía, Bob Dunn.

Dunn dijo que dos de las mujeres murieron tras ser aventadas por el parabrisas del Honda. Las mujeres no estaban en un paso de peatones, dijo Dunn.

El novio de Morales recibió una llamada del choque mortal esa noche y Morales de inmediato fue a la escena de los hechos. Recuerda haber visto un cuerpo cubierto por una sabana blanca.

Carmen y Henríquez murieron en el hospital, mientras que Sheyla falleció en el lugar del accidente.

“Estamos intentando sobrepasarlo”, dijo Morales. “Es difícil, especialmente con tres muertes”.

El lunes de esta semana, varios vecinos y amigos visitaron un monumento conmemorativo en honor a las tres mujeres, decorado con filas de veladoras, flores, fotos de Sheyla y sus amigas y un rosario. Una pancarta verde leía (en inglés): “Descansa en paz, mi Sheyla”.

“Ella siempre tenía una sonrisa en su rostro”, dijo Candy Cortez, de 21 años, quien asistió a la Preparatoria Western con Sheyla. “Sin importar lo que estaba pasando en su vida”.

Cortez y un amigo encendieron velas religiosas en el lugar del accidente la noche del domingo pasado. Iluminaron el altar, con una hilera de docenas de velas religiosas y blancas en la acera. Por la tarde, tres rosas rojas artificiales yacían junto a las velas. Luego, otros amigos trajeron más flores.

Estudiante de tiempo completo en el cercano Cypress College, Sheyla Mendoza vivía a pocas cuadras de allí, dijo Cortez.

Ese tramo de la avenida Western es conocido por el exceso de velocidad, dijo un vecino que trajo una vela grande para el altar. El accidente ocurrió en medio de la calle arterial, rodeada de apartamentos, una lavandería y casas unifamiliares.

“Deberían imponer un límite de velocidad más bajo”, dijo Maxie Hamilton, de 44 años, quien también estaba en el altar.

Norma Vásquez, de 36 años, salió de su apartamento de dos pisos en la avenida Western cuando escuchó gritos y los chillidos de llantas.

Vásquez dijo haber visto a dos víctimas dentro del vehículo con por lo menos los pies de una de ellas colgando de la ventana.

“Han habido varios choques, pero ninguno tan horrendo como este”, dijo Vásquez.

Ralph Uribe-Chavarría y su esposa estaban regresando de una fiesta cuando vieron el resultado del choque. Se estacionaron en la intersección y se salieron.

Uribe-Chavarría dijo que intentó ayudar a una de las víctimas, “caída sobre el asiento de pasajero”, y cuyo cuerpo estaba expuesto.

“Intenté bajarle la camiseta. Ella trataba de agarrarme la mano”, dijo Uribe-Chavarría.

Uribe-Chavarría dijo que la música dentro del Honda estaba un alto volumen y que el conductor estaba “en shock”.

Sánchez y su pasajera fueron llevados a un hospital con heridas que no eran de vida o muerte.

“Él y su conciencia vivirán con esto”, dijo Cortez del conductor. “Él va a tener que soportarlo”.

Alyssa Duranty, Ian Hamilton y Mike Reicher contribuyeron a esta nota.