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  • U.S. Rep. Joe Baca.

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  • U.S. Rep. Ken Calvert.

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  • U.S. Rep. Gary Miller.

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Tambaleándose después de unas dolorosas elecciones, los legisladores republicanos del Inland y de toda la nación dijeron que deben hacer más para conseguir el apoyo de la crecientemente, influyente comunidad latina.

Activistas latinos dicen ver una nueva oportunidad para trabajar con el partido republicano sobre el viejo debate de la inmigración.

Pero aún se desconoce si las elecciones del 6 de noviembre han cambiado la dinámica que rodea el incendiario tema lo suficiente para que los demócratas y republicanos lleguen a un acuerdo. Algunos dicen que la mayoría de los legisladores republicanos no tienen motivo para cambiar su postura porque sus distritos no cuentan con significativas poblaciones latinas.

El representante Ken Calvert, republicano por Corona, dijo que los republicanos deben considerar medidas para legalizar a algunos inmigrantes indocumentados.

“No somos un partido anti-inmigración”, comentó. “Necesitamos comunicar eso”.

Los votantes latinos, según muestran las encuestas, se presentaron en cifras record a las urnas y tuvieron un papel vital en la reelección del Presidente Barack Obama. Al nivel local, los latinos fueron vistos como clave en la victoria del demócrata Raúl Ruiz sobre la representante titular, Mary Bono, republicana por Palm Springs. Los votantes también eligieron a otros dos demócratas a asientos del congreso por el área del Inland después de una década en la cual el representante Joe Baca, demócrata por Rialto, fuera el único miembro demócrata en al Casa de Representantes en la región.

“La comunidad latina ya no puede ser ignorada”, comentó Fernando Romero, coordinador de la Coalición de Justicia para los Inmigrantes, un grupo del Inland que incluye a la Diócesis Católica Romana de San Bernardino, a grupos a favor de los derechos de los inmigrantes y a sindicatos laborales.

Romero dijo que los inmigrantes y los grupos latinos necesitan presionar por una propuesta exhaustiva de inmigración que incluya un camino a la ciudadanía para millones de inmigrantes indocumentados.

“Tenemos que empezar cuando estamos en la cima”, comentó. “Los republicanos están hablando al respecto y hay nueva energía en el movimiento. Tenemos que actuar ahora que el hierro esta caliente. Si no movilizamos a la gente ahora, tal vez nunca suceda”.

Una reciente encuesta de ABC News/ Washington Post encontró que el 82 por ciento de los latinos apoya un camino a la ciudadanía para aquellos que se encuentran aquí ilegalmente.

Calvert dijo que no apoya un camino a la ciudadanía. Pero que esta dispuesto a discutir una legalización más limitada.

“Creo que para avanzar en esto tenemos que discutir alguna clase de categoría – categoría de trabajo – que les de el derecho legal de estar aquí, no necesariamente la ciudadanía”, comentó.

Calvert también demostró disposición de apoyar el DREAM Act, una propuesta que permitiría que los inmigrantes indocumentados que fueron traídos a los Estados Unidos durante su niñez se conviertan en ciudadanos si se matriculan en la universidad o se enlistan en el ejercito.

“Creo que está abierto a la discusión”, comentó Calvert, quien se había opuesto previamente a la medida. “Simpatizo con el tema. Estos niños llegan aquí, tienen 2 o 3 años, han estado aquí toda su vida. No fue su culpa que los hayan traído”.

Grupos estatales y locales a favor de los derechos de los inmigrantes y organizaciones latinas planean solicitar reuniones con Calvert y otros miembros californianos del congreso para discutir el tema de la inmigración, comentó Arnulfo De La Cruz, director estatal de Mi Familia Vota, un esfuerzo de empadronamiento de votantes latinos que abarca seis estados y que tiene su sede de California en Riverside.

Las reuniones incluirían una presentación de los datos de las elecciones mostrando el crecimiento del voto latino en los respectivos distritos – un recordatorio de lo importante que es incluir un camino a la ciudadanía en la reforma de inmigración para los votantes latinos, comentó.

De La Cruz dijo que, en vista de la elección, hay una mayor oportunidad que los oficiales electos que se opusieron a la reforma de inmigración cambien de opinión.

Eso incluye a representantes como Gary Miller, republicano por Rancho Cucamonga, comentó. Miller es un líder nacional contra la inmigración ilegal que patrocinó una propuesta que les negaría la ciudadanía a los hijos nacidos en EE.UU. de inmigrantes indocumentados.

“Buscamos el apoyo de los republicanos porque ésta medida no será aprobada sin su apoyo”, comentó De La Cruz.

El nuevo Distrito 31 de Miller es un 49 por ciento latino, y un tercio de los votantes son latinos.

Cuando se le preguntó si la composición étnica de su nuevo distrito cambiaría la forma en que ve el tema de la inmigración, y si se reuniría con grupos a en pro de los derechos de los inmigrantes, Miller respondió con un comunicado escrito diciendo que revisaría cuidadosamente cualquier propuesta “para reparar nuestro quebrantado sistema de inmigración”.

No ofreció detallas, pero dijo, “mi trabajo es representar las posturas de mis constituyentes cuando creó legislación federal”.

Dos senadores republicanos a punto de jubilarse presentaron legislación de inmigración el 27 de noviembre. Pero la medida solamente ofrece residencia permanente – y no un camino a la ciudadanía – a un número limitado de jóvenes inmigrantes indocumentados.

La senadora Barbara Boxer, demócrata por California, dijo que los republicanos necesitan ir más allá.

“Creo que son sinceros, absolutamente”, comentó. “Pero creo que no es forma de comenzar, para mí y para los latinos”.

El tema de la ciudadanía es el punto principal del debate, agregó.

“Cualquier propuesta que no incluya un camino a la ciudadanía crearía una mala situación para los Estados Unidos, en la que algunas personas tendrían todos los derechos en el país, y otros no”, comentó. “No creo que sea algo bueno para nuestro país”.

Baca, quien por muchas años ha sido partidario de una reforma comprehensiva de inmigración y que perdió en su intento por relegirse el mes pasado, dijo mostrarse optimista en que ambos lados puedan llegar a un acuerdo, particularmente porque los republicanos ven como una imperativa política mejorar sus lazos con la comunidad hispana.

“Sé que ellos saben que tienen que cultivar a los votantes latinos”, comentó Baca. “Saben que si no cambian el curso de la historia, van a ser impactados en futuras contiendas”.

Pero Roy Beck, director ejecutivo de Numbers USA, una entidad con sede en Virginia que favorece mayores restricciones en inmigración, duda que la elección cambie la dinámica en la legislación de inmigración.

“Salvo algunos distritos en California, muy pocos republicanos en la Casa de Representantes tienen significativos electorados hispanos en que preocuparse”, comentó.

Pero pueden arriesgarse a desafíos de la derecha durante las elecciones primarias si cambian sus posturas en el tema de inmigración, comentó.

“Los miembros republicanos de la Casa de Representantes enfurecerían a sus bases en todo el país si apoyaran un tipo de amnistía como la sugerida por Bush”, agregó Beck, refiriéndose al apoyo del ex presidente George W. Bush a un camino a la ciudadanía.